EL CURRO DE LOS JUEGOS DE LA JUVENTUD

Estafa olímpica

El Gobierno porteño vendió los juegos de 2018 con un costado social: las viviendas se destinarían a aliviar la crisis habitacional de Lugano. Esta semana se supo que el aumento en las cuotas dejará afuera a muchas familias. Fueron un gran negocio para empresarios amigos.

Werner Pertot


Cuando Mauricio Macri lanzó el proyecto de la Villa Olímpica y anunció que Buenos Aires sería sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud lo vendió con un costado social: miles de familias podrían luego aprovechar las viviendas construidas para los atletas. Con el tiempo, quedó claro que las estimaciones iniciales del gasto que iba a representarle a la Ciudad albergar los juegos eran –como decirlo- muy optimista. Macri decía que iba a ser el 1 por ciento del presupuesto. Si bien nunca estuvo claro el número final, se calcula que se comió cerca del 7 por ciento del Presupuesto porteño de 2018. No menos de 18 mil millones de pesos. Mucho de ese dinero fue a parar a empresas amigas del Gobierno. La semana pasada se conoció que el objetivo social también era un fake: por la suba de las cuotas a muchas familias se les hará imposible mudarse.

La noticia quizás haya quedado opacada por la decisión de Larreta de reprimir a pequeños agricultores que vendían verdura a precios baratos en Constitución. Pero revela una estafa a la población y un negocio formidable con la Villa Olímpica. El universo que se vería complicados por la suba de las cuotas para ser adjudicatarios de su departamento es de, al menos, cien familias. Esto es, un diez por ciento del total. Es que para ser aprobados y empezar a pagar, quienes quieran cumplir el sueño de la casa propia PRO deberán alcanzar un cierto puntaje, que sale de comparar la situación financiera del aspirante con el valor del inmueble.  Sucede que las familias empezaron a pagar las nueve cuotas iniciales en julio del año pasado, cuando la corrida cambiaria empezó a hacer estragos. Pese a que ya pagaron esas primeras y costosas cuotas, hay riesgo de que se queden sin la casa, dado que la escrituración debe pasar primero por un nuevo cálculo de puntaje que se hará a fin de mes y dentro de la realidad económica actual, con la inflación actual, con el dólar actual. 

Como caso testigo, se conoció el de una vecina que comenzó pagando cuotas de 12.700 pesos, que saltaron a 17 mil pesos. En el mismo período de ese aumento, su salario aumentó cuatro mil pesos (y acá no estamos contando que también le aumentaron los alimentos, las tarifas, los útiles escolares, etcétera). Es uno de los casos que, con el nuevo cálculo de scoring, podría quedar afuera de la compra, dado que no hay correlación alguna entre el aumento de los salarios y el del valor de la propiedad.  "Vivo en Villa Riachuelo en una casa de 60 m2 con mis padres, mis dos hijos, mi hermana y mi sobrina. Poder comprar una casa propia sería un logro enorme y una demostración para mis hijos de que con trabajo y esfuerzo se puede, pero la situación está complicada", comentó esta vecina al diario La Nación. Otra vecina comenzó pagando 17.800 y ahora la cuota saltará a 26 mil. “Dejamos nuestro sueldo en la cuota”, dice. La promesa de que las viviendas de la Villa Olímpica iban a tener un destino social no incluía el detalle de que será para quienes puedan pagar cuotas de 26 mil pesos por mes. Hay quien diría que el diablo está en los detalles.

De la promesa PRO, entonces, estamos pasando a la estafa macrista. Sucede que las familias tomaron créditos UVA a través del Instituto de la Vivienda (IVC), que tenían cuotas accesibles en un comienzo, pero luego se encarecieron notablemente. Las receptoras de las viviendas eran principalmente familias de la Comuna 8 (Lugano, Soldati, Villa Riachuelo), donde la crisis habitacional es muy alta y la capacidad adquisitiva no puede seguir los vaivenes del dólar.

Ya existe un grupo de Facebook  de los adjudicatarios con 147 miembros donde el nivel de nerviosismo y decepción viene el alza junto con el valor de las cuotas.  Desde el IVC, aseguran que harán lo posible para que nadie quede afuera del scoring. Advirtieron que, luego de las quejas de los vecinos, retrotrajeron el precio de la UVA al valor que tenía el 31 de octubre, o sea, $28,16, cuando en realidad hoy vale $32,12.

Esta gran estafa a los sueños de quienes quieren una vivienda también fue un gran negocio para desarrolladores inmobiliarios cercanos al oficialismo. Como contamos acá, entre los ganadores de las obras están Dycasa, una empresa vinculada a Autopistas del Sol, donde también supo tallar el Grupo Macri; CRIBA SA, cuyos dueños aportaron 832 mil pesos a la campaña de Macri; el Grupo Terranova, propiedad de un ex candidato macrista y también aportante de la campaña de Macri con 200 mil pesos; Bricons, aportante de Macri con un millón de pesos;  Niro Construcciones, aportante de Macri con 500 mil pesos; EMACO, la empresa cuyos dueños también tienen la concesión del complejo Costa Salguero, sancta sanctorum del PRO. También aportaron 63 mil pesos a Cambiemos. Y la lista sigue y sigue. Una última: SES SA, empresa que perteneció al “Hermano de la vida” de Macri, Nicolás Caputo. Que no se diga que nadie ganó con la vivienda de la construcción de la Villa Olímpica. Algunos ganaron miles de millones, a costa de comerse un pedazo importante del presupuesto porteño. En cambio, los vecinos que se querían mudar, por ahora vienen perdiendo.  

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