CULTURA

El Gobierno oficializó baja de contratos y recortes en el INCAA

A través de una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial se dispuso la suspensión de aportes al organismo. Cancela todo aporte económico al Fondo de Fomento, estrenos y festivales, entre múltiples recortes dictados por Carlos Pirovano.



La resolución publicada ayer lunes en el Boletín Oficial se veía venir para la industria audiovisual después de que el Poder Ejecutivo designara al economista liberal Carlos Luis Pirovano al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) con el propósito de “racionalizar los recursos”. Se trata de una persona que siempre se desempeñó en las áreas de microeconomía, finanzas y planeamiento estratégico, pero que no tuvo ninguna experiencia en gestión cultural.
 
La industria audiovisual se autofinancia, trae divisas al país, generan miles de puestos de trabajo y construye soberanía.
 
La resolución lleva la firma de Carlos Luis Pirovano, un economista ligado al PRO, asesor de Milei y de Federico Sturzenegger con nula experiencia en el mundo del cine, pero que fue designado con el objetivo de implementar el plan de ajuste dentro del organismo.
 
La resolución cancela el apoyo a estrenos nacionales y festivales de cine, pasajes al exterior, comidas, viajes y celulares para funcionarios, no renueva contratos, elimina la posibilidad de nuevas contrataciones y suspende el pago de horas extras para los trabajadores. En esencia, las medidas dispuestas suponen un congelamiento de la actividad audiovisual argentina, que dejará de contar con todo tipo de fomento.
 
Bajo el título “Suspensión de erogaciones económicas en el marco de racionalización de recursos”, la resolución 2024-16-APN-INCAA#MCH establece una serie de recortes que impactarán de manera negativa en la actividad cinematográfica –que ya venía golpeada– porque paralizan el funcionamiento habitual del Instituto. En primer lugar, el presidente resuelve “suspender la realización de toda erogación económica vinculada a apoyos y aportes institucionales”, es decir, recorta cualquier tipo de fomento a estrenos nacionales, ciclos y festivales.
 
El segundo artículo establece “suspender la realización de todo apoyo económico destinado a las Provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Una de las virtudes de organismos como el INCAA, el Fondo Nacional de las Artes (FNA), el Instituto Nacional del Teatro (INT), el Instituto Nacional de la Música (Inamu), Radio Nacional, la TV Pública o Télam –todos fueron blancos de la gestión en estos tres meses– es que cuentan con dependencias y delegaciones en cada provincia; esto hace posible que artistas, cineastas, teatristas y músicos de todo el país puedan formarse y desarrollarse profesionalmente, pero también permite que la información no esté centralizada en la Ciudad de Buenos Aires sino que pueda representar las situaciones de cada región.
 
El 3er. artículo establece “suspender la aplicación de las Resoluciones INCAA N° 171-E/2019, N° 318-E/2023 y N°1221-E/2023” firmadas por Ralph Hayek y Nicolás Batlle. Esas medidas estaban vinculadas a los aportes económicos que podían solicitar los distintos actores de la cadena productiva del sector cinematográfico (productores, realizadores, agentes de venta, agentes de prensa) para cubrir los gastos de pasajes aéreos o bien la realización de DCP, BlueRay, subtitulado, traducción, tráiler, afiches y material promocional para asistir a eventos internacionales, como así también el apoyo para concretar el lanzamiento de un estreno.
 
Por otra parte, Pirovano continúa profundizando el plan de desguace que comenzó con 170 trabajadores despedidos. El artículo 4° establece que “las contrataciones de locación de obra y las contrataciones de obra por especialidad (monotributistas) del Organismo con vencimiento el 31 de marzo de 2024 no serán renovadas” y también prohíbe “realizar nuevas contrataciones de personal” bajo esas modalidades. Además, se suspenden la asignación y el pago de horas extras al personal, los adicionales en materia de servicios de seguridad en los edificios del Instituto y los desplazamientos del personal e invitados dentro y fuera del territorio argentino. Se dispone la finalización de todos los contratos con compañías de telefonía celular, las erogaciones para la compra de suministros comestibles, servicios y pago de motomensajería, traslados en taxi o servicios afines, como así también los reintegros en concepto de gastos de combustible, estacionamiento, comida o cualquier otro gasto de representación institucional.
 
En una reunión que habían mantenido el martes de la semana pasada los delegados gremiales del INCAA con el director designado por el gobierno, les habían comunicado que no se reincorporaría a la gente ya despedida -unos 90 trabajadores estables y más de 80 que eran tutores de los proyectos presentados- que habría nuevos despidos, que se iba a cerrar la plataforma digital y audiovisual Cine.ar, que se iba a clausurar y a poner en venta el cine Gaumont y que se iban a desfinanciar festivales como el de Mar del Plata.
 
Desde la asunción de Javier Milei, el Incaa estuvo acéfalo. Durante ese período el secretario de Coordinación Legal y Administrativa del Ministerio de Capital Humano, Jorge Maximiliano Keczeli, cumplió tareas interinas que consistían esencialmente en funciones administrativas. Nunca se trazó un plan artístico integral y el organismo se mantuvo paralizado. Luego de que Milei y la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, firmaran el Decreto 202/2024 designando a Pirovano al frente del Instituto no hubo cambios sustanciales. La parálisis continúa y lo único que se puso en marcha es el plan de desguace; ninguna de las medidas publicadas en el Boletín Oficial apunta a generar una estrategia alternativa de fomento a la producción cinematográfica.
 

El INCAA depende de la Secretaría de Cultura que conduce Leonardo Cifelli, que a su vez está bajo el ala del ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello. Posee 645 empleados y unos 500 son de planta permanente. Sus actividades se financian, en gran parte, a través del Fondo de Fomento Cinematográfico, que incluye impuestos a la cultura: uno es el 10% sobre el precio de las entradas de espectáculos cinematográficos en todo el país, otro es el 10% sobre el precio de venta o locación de videogramas grabados y además, recibe un porcentaje de la facturación bruta por publicidad en los servicios de comunicación audiovisual y porcentajes de las películas que se reproducen en el sitio Cine.ar.
 
El director Benjamín Naishtat declaró a Página 12 que "si el Estado quisiera hacer un ahorro sustancial, podría avanzar sobre las exenciones impositivas que le otorga a Mercado Libre, que se calculan en 100 millones de dólares anuales". También podrían intentar eliminando los aumentos de sueldo automáticos para los miembros del Ejecutivo.
 
Así como ocurrió en otros organismos que el Gobierno como el SENASA y la agencia estatal de noticias Télam, en el Instituto del Cine analizan implementar retiros voluntarios, jubilaciones anticipadas, revisión de concursos y reestructuración de algunos sectores. El sindicato ATE Capital convocó para mañana miércoles una asamblea general en el Centro Cultural Kirchner. Definen las últimas decisiones del Poder Ejecutivo como “una declaración de guerra al cine nacional”.


COMENTARIOS