OPINIÓN

De inteligentes no tiene nada

Larreta se despachó con una medida en plena crisis económica para impedir a quienes cartonean que mantengan una actividad de subsistencia. La empresa transnacional Veolia está detrás de los contenedores anticartoneros, que desde el Gobierno porteño aseguran que no tienen costo.

Werner Pertot


En una medida que solo es comparable con sacarle la leche a los bebes, Horacio Rodríguez Larreta decidió en plena crisis económica estrenar contenedores de basura que impiden a los cartoneros poder hacer su trabajo que, recordemos, es de subsistencia. Si bien fue una prueba piloto en un número ínfimo de contenedores, en el Gobierno porteño amenazan con extender la medida a otros sectores de la Ciudad. El sitio elegido fue la Avenida Corrientes, que pertenece al área de concesión de la empresa AESA, quien –a su vez- es parte de la transnacional Veolia, con base en 50 países y con dos siglos de historia. En el Gobierno porteño juran que los nuevos contenedores no le cuestan un peso al Estado (en rigor, el contrato de la basura es el más caro del todo el presupuesto porteño). Los cartoneros, por supuesto, marcharon en contra y adivinen si la Policía de la Ciudad no apuntó a reprimirlos.

No fue una medida inteligente, pero así la titularon: los 18 “contenedores inteligentes” fueron inaugurados con bombos y platillos en Avenida Corrientes. El jefe de Gobierno no puede alegar que no sabía dado que apareció posando feliz en fotos frente a los nuevos contenedores anticartoneros a pura sonrisa. Curiosamente, el tweet lo difundió la empresa transnacional Veolia, responsable de instalarlos. Su ministro de Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, detalló que los habían instalado para “evitar que la gente se meta y saque basura”. Por si quedaban dudas.

El nuevo modelo de contenedor cuenta con una cerradura que solo se abre cuando alguien apreta un botón y pasa una tarjeta magnética que solo tienen en su poder los encargados de edificios y comerciantes de la zona. Cualquier cartonero, cartonera, o familia en situación de calle que intente abrirlo, descubrirá que ya no es posible. A sobrevivir a otro lado. 

La medida obviamente llevó a que se manifestaran los cartoneros. Hubo una movilización que unió a las distintas cooperativas, nucleadas en la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores, con aquellos cartoneros que recorren en soledad la ciudad.  "Estos contenedores son un ataque al trabajo de los miles de cartoneros que buscan material para reciclar y es, a la vez, una medida totalmente discriminatoria que busca esconder el problema de la pobreza en lugar de resolverlo. De la misma manera, viene creciendo la persecución a cartoneros independientes que no forman parte de las cooperativas y recorren las calles buscando un sustento", remarcaron. Con cierto sentido común, los cartoneros se preguntaron cuánto dinero cuestan esos contenedores y si no sería mejor usar esos recursos para aliviar la situación de aquellas personas que necesitan recurrir a esa actividad de subsistencia. Destacaron que eso sería mejor que hostigarlos y perseguirlos. Casi como una respuesta inmediata por parte de la gestión de Larreta, la Policía de la Ciudad amagó con reprimir esa protesta.

Como contamos en este informe especial de Nueva Ciudad, las cooperativas de cartoneros subsisten con el reconocimiento oficial pero también con muchos problemas logísticos. La legisladora Ines Gorbea planteó que el sistema de reciclado debería revisarse, especialmente en una faceta que el Gobierno porteño decidió incorporar: la incineración. Claro que eso arruinaría un formidable negocio.

No es el primer intento que hace el Gobierno porteño de generar contenedores anticartoneros, como informó la revista El Abasto: ya habían hecho otra prueba piloto en Once con contenedores semisoterrados. En ese caso, Macchiavelli también dijo que eran para “evitar el ingreso indebido de personas a su interior”. Esos contenedores costaron cerca de 60 millones de pesos y fueron colocados por la empresa la empresa Da Fré Obras Civiles. ¿Cuánto costaron los nuevos con un sistema de tarjeta magnética?  Desde el  Ministerio de Espacio Público me respondieron lo siguiente: “Los contenedores inteligentes no implican gastos extras porque la empresa tiene adjudicada una licitación por el servicio de higiene urbana donde está contemplada la actualización tecnológica. Por este motivo tampoco hubo que firman nada nuevo”.  Faltó un detalle: el Gobierno porteño ya adelantó fondos en 2014 para esa actualización tecnológica. Concretamente, para la compra de los camiones. En ese momento, la legisladora Gabriela Cerruti advirtió que les habían dado por adelantado 1500 millones de pesos a las empresas de basura para un gasto que debía correr por cuenta de ellos. De hecho, les extendían por diez años la concesión si ellos ponían la plata. Al final, se financiaron con el Estado y consiguieron el contrato extendido. 

Si se revisa el contrato de la basura, el costo de estas medidas dista de ser cero. Por citar solo un caso, la empresa en cuestión en esa área, AESA-Veolia, recibe por el contrato de basura un total de 5.280.665.000 pesos (y ese es el número original, sin redeterminaciones de precios). Pese a promocionar el cambio de contenedores, Veolia consiguió pasar desapercibida en la mayoría de las notas sobre el tema.

¿Qué es Veolia? Es una empresa transnacional con origen en Francia que tiene presencia en 50 países y que existe hace dos siglos. Sus raíces vienen de la  Compañía General de Agua (Compagnie Générale des Eaux  o CGE, según la sigla en francés), creada por el emperador Napoleón III en diciembre de 1853. CGE luego pasó a llamarse Vivendi y luego, tras una escisión de las empresas, tomó el nombre de Veolia.  Es una transnacional que se dedica mayormente a tres cosas: agua, energía y transporte y servicios medioambientales.  En la Argentina, Veolia compró Aseo y Ecología Sociedad Anónima (AESA, la sigla que se puede ver en los camiones recolectores), una de las empresas que tienen el contrato de la basura desde 2014 para la comuna 1. En su web en la argentina, Veolia promociona que brindan “servicios de higiene urbana, tratamiento y gestión integral y soluciones innovadoras y tecnología de vanguardia para la valorización de residuos”. Una de esas soluciones innovadoras son, justamente, los nuevos contenedores anticartoneros.

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