Pelea por la entrega de raciones para bebes

"La mala leche": Por Werner Pertot

Los CESAC debieron reclamar porque el Gobierno porteño no enviaba las partidas de leche en polvo. Tras una semana de protesta, comenzaron a normalizar los envíos. Hay reducciones en las becas alimentarias en las escuelas.

Werner Pertot
Negarle a las y los bebes  el acceso a la leche es quizás una de las versiones más cínicas y descarnadas del ajuste. Pero ocurrió: las trabajadoras y trabajadores de los CESAC (Centros de Salud y Acción Comunitaria) tuvieron que organizarse en las últimas semanas para reclamarle a la gestión de Horacio Rodríguez Larreta que mandara las partidas, que habían sido suspendidas sin dar demasiadas explicaciones. En medio de la campaña electoral para reelegir, el jefe de Gobierno parece priorizar las obras más visibles y grandilocuentes a las necesidades básicas de los sectores más vulnerables. Finalmente, producto del reclamo, la gestión PRO comenzó a enviar las partidas de leche en polvo a los CESAC. Los gremios docentes, que apoyaron la protesta, alertan sobre la reducción de las becas de alimentos. 

El reclamo llevó a una denuncia conjunta de los trabajadores de los CESAC y los movimientos sociales, acompañados por legisladores y referentes de la oposición.  La noticia, sin dudas, hubiera merecido más cobertura: un Gobierno que hace recortes en las partidas de leche para bebes de cero a dos años y suspende las entregas a los CESAC. Con honestidad, ¿ese es el lugar por donde recortar (suponiendo que estuviéramos de acuerdo en que hay que recortar)? ¿No hay otras partidas que tocar antes de todo lo que gasta el Gobierno porteño en, por ejemplo, publicitar sus acciones de Gobierno? Claro que la entrega de leche en polvo es invisible para los votantes de clase media y alta que Larreta busca seducir con megaobras como el Paseo del Bajo. De allí, que la lógica sea más dinero para proyectos faraónicos y pauta publicitaria y menos para este tipo de cosas. 

Aún entendiendo esa lógica, cuesta creer que hayan suspendido la entrega de leche para bebes. Ni el Grinch se hubiera animado a tanto. La acción de denuncia de los y las trabajadoras de los CESAC se llama “Mil litros de leche para mil días” y se complementó con la entrega de mil litros de leche de los movimientos sociales a vecinos de La Paternal. Se trata de organizaciones populares debiendo reemplazar, una vez más, el rol que debería ocupar el Estado. 

“El Gobierno de la Ciudad redujo 70 por ciento la provisión de la partida de leche. El CESAC 22 debería haber recibido 3600 kilos de leche por mes, en el mes de enero recibió 600 kilos y no recibió más. Otros centros desde enero a esta parte no han recibido nada”, relató a este portal el ex director del Garrahan Oscar Trotta, quien detalló que solo en ese CESAC había 1800 familias afectadas por la decisión.  En un relevamiento veloz, había encontrado problemas similares en los CESAC 34, 19, 35, 13 y 5. Esto ocurre, recordemos, en uno de los peores momentos de la crisis económica, cuando la pobreza escaló por encima del 30 por ciento.  Y estamos hablando de leche para bebes. 

Como médico, Trotta recordó que si bien se fomenta la lactancia materna, la leche como suplemento debe estar disponible para las familias vulnerables porque las consecuencias que sufren los y las bebes por déficits alimentarios son irreversibles: “Tendrá un déficit en el desarrollo físico, psíquico, intelectual y motriz que le va a producir menor rendimiento escolar y, posteriormente, laboral. Lo que no se logra en los dos primeros años de vida, no se recupera nunca más”. 

En esa misma conferencia de prensa, estuvo presente la presidenta de la Auditoría General de la Ciudad, Cecilia Segura, quien destacó que el Gobierno porteño cuenta con el presupuesto necesario para afrontar la compra (es la Ciudad más rica del país) y también del defensor adjunto del Pueblo, Gabriel Fuks, quien calculó que la compra había sido reducida a la sexta parte. La Defensoría del Pueblo debió abrir un expediente por esta cuestión y diversos legisladores opositores se comprometieron a presentar pedidos de informe. 

Los gremios docentes apoyaron el reclamo. Desde UTE-CTERA, indicaron que “hace unos días aplicó el ajuste en la comida de lxs chicxs al reducir las raciones en los comedores escolares, ahora decidió suspender las provisiones de leche a lxs niñxs que asisten a los centros de salud. Es inconcebible que la gestión porteña afecte un derecho básico como la alimentación en un contexto de crisis, con niveles crecientes de pobreza y hambre en las calles”. El gremio denunció también las restricciones a quienes piden becas para recibir comida o refrigerios en las escuelas.

Concretamente, el Gobierno porteño avisó que quienes no hubieran completado los trámites para pedir las becas se quedaban sin la comida, salvo que las familias decidan pagar 110 pesos por día a las empresas concesionarias. Hay que recordar que las familias que deben completar esos trámites muchas veces no tienen acceso a Internet, salvo desde un locutorio, y que los turnos en los CGPs estaban colapsados. 

Desde el ministerio de Salud, que conduce Ana María Bou Pérez, sostuvieron que hubo un problema con la licitación y con el área de bromatología y que eso había retrasado la entrega de leche en polvo. Al diario, Página/12, en tanto le negaron desde el mismo ministerio que haya habido cambios en la entrega de leche. Sin embargo, a partir de la denuncia pública, esos supuestos problemas comenzaron a resolverse como por arte de magia.  La semana pasada las entregas de leche en polvo comenzaron a normalizarse en los CESAC: hacia el fin de semana quedaban cinco centros a la espera de que llegaran las partidas, luego de una protesta que dio resultado para frenar el ajuste.     

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