- Opinion
- 24.11.2025
OPINIÓN
¿Se sostendrá la treguas PRO-LLA en la Legislatura?, por Werner Pertot
El Presupuesto 2026 porteño será la prueba de ácido de la tregua pactada entre LLA y el PRO en la Legislatura porteña.
Hace un año, nada más, Jorge Macri y Pilar Ramirez parecían dos soldados en trincheras opuestas que se tiraban sin parar. O, para ser justos, ella le tiraba sin parar a él. Le votaron en contra el Presupuesto 2025, el jefe de Gobierno decidió adelantar las elecciones porteñas a mayo y el resto es historia: perdieron contra Manuel Adorni, que ahora no asumirá su banca como le había prometido al electorado. Pero después de mayo, vinieron los acuerdos de septiembre y octubre y el PRO terminó el año subsumido dentro de una lista de La Libertad Avanza. Como parte de ese acuerdo electoral, que le implicó muy pocos lugares al PRO para lo que solía ser, hubo un pacto de no agresión en la Legislatura que se mantiene hasta ahora. Pero se viene el Presupuesto 2026 y esa será la prueba ácida de este acuerdo. ¿Se sostendrá? ¿Reanudarán las hostilidades, habida cuenta de que LLA quiere quedarse con la jefatura de Gobierno en 2027? Ya se ven las primeras tensiones.
Jorge Macri viene empujando para que el Presupuesto salga lo antes posible: por orden del jefe de Gobierno, se avanzó con el dictamen en comisión y apostó a cerrar la votación antes del recambio legislativo, con fecha probable en la última sesión de noviembre que es la semana que empieza hoy. No obstante, los votos no están fáciles.
Del lado del peronismo ya se anticipa un rechazo frontal, que incluye cuestionamientos muy concretos, por ejemplo al nivel de inversión en vivienda (estamos hablando de un Gobierno que lleva un contador de desalojos y festejó hace poco el número 500, pero al cual no se le conoce un plan para la emergencia habitacional). El legislador Matías Barroetaveña afirmó que existió “una falta de apoyo a los inquilinos”.
Sin el apoyo de ese sector, a Jorge Macri solo le queda depender de LLA. Claro que LLA comenzó a condicionar cada vez más su respaldo, de forma parecida a cómo lo había hecho el año pasado antes de intentar voltearles el Presupuesto. Los legisladores libertarianos votaron con disidencias el dictamen del oficialismo y dejaron en claro que no entregarían un apoyo automático. Pilar Ramírez fue más sutil que en otras épocas, pero dejó en claro la postura de su bloque: “Nosotros vamos a votar el dictamen en disidencia parcial porque de cara al recinto tenemos algunas observaciones que nos gustaría que se siguieran considerando”.
Entre otras cuestiones, reclamarán bajas de impuestos y un ajuste a mansalva en las cuentas públicas que Jorge Macri no parece dispuesto a hacer. Motosierra y reforma fiscal porteña, son las dos cuestiones que le van a intentar imponer o se quedará sin presupuesto.
En contraste, la UCR, la Coalición Cívica, Confianza Pública y los sectores referenciados en Horacio Rodríguez Larreta acompañaron el dictamen sin objeciones. Pero con esos votos no le alcanza a Jorge Macri. Necesita los que le puede proveer la lugarteniente de Karina Milei. A su vez, en el Congreso, LLA necesita los votos del PRO para aprobar el Presupuesto nacional, los cambios a la Ley de Glaciares y las reformas. El problema es que ya ocurrió que consiguieron esos votos en el Congreso mientras a Jorge Macri lo castigaban en la Legislatura. ¿Se repetirá la historia?
Los cambios en los impuestos que piden implican resignar recaudación: entre las condiciones planteadas por LLA figuraron una bonificación del 100% en Ingresos Brutos para las tres categorías más bajas del régimen simplificado y del 75% para las cinco siguientes. También exigieron una baja en el impuesto a la herencia y en las alícuotas aplicadas a las operaciones inmobiliarias, además de recorte de estructuras estatales. Macri llevó ese reclamo a una reunión con el ministro Luis Caputo, con quien no pudo llegar a un acuerdo y el Palacio de Hacienda solo aceptó “estudiar” el planteo. En esa misma reunión, Jorge Macri le pidió por la deuda de coparticipación que tiene el Gobierno nacional con la Ciudad. Solo se llevó promesas.



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