CULTURA

El Gobierno de la Ciudad volvió a clausurar espacios culturales

Esta vez fue el turno de Vuela El Pez, ubicado en el barrio de Palermo. El sábado por la noche inspectores de la AGC se presentaron para realizar un control y lo clausuraron.


El sábado pasado, por la madrugada, inspectores de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) se presentaron en el centro cultural Vuela El Pez, ubicado sobre la avenida Córdoba 4379, en el barrio de Palermo, para realizar un control y lo clausuraron. Desde el espacio denuncian "cierta animosidad" y alertan sobre la dificultad para seguir desarrollando otras actividades.
 
Cuatro inspectores de la AGC se hicieron presentes en la puerta del centro cultural Vuela El Pez para hacer una inspección y lo terminaron clausurando. “Parece que en esta Ciudad está prohibido bailar”, dijo a El Grito del Sur Agostina Agudín, directora del espacio.
 
Mediante un comunicado en sus redes sociales y bajo el hashtag #LaCulturaNoSeClausura, desde Vuela El Pez manifestaron que “la clausura fue totalmente arbitraria e injusta”, y explicaron que estas situaciones no son nuevas, puesto que la “falta” es que había gente bailando. “Así de absurdo”, cuestionó Agostina. Este es sólo un caso más entre tantos. Los espacios culturales independientes de la Ciudad de Buenos Aires vienen siendo perjudicados por las políticas del Gobierno porteño, lo cual se ha profundizado desde el inicio de la pandemia.
 
Vuela El Pez es una de las salas de referencia del circuito cultural independiente y está gestionado por la agrupación barrial El Hormiguero. El espacio abre de lunes a lunes y cuenta con talleres por la tarde y espectáculos en vivo de noche. Además se desarrollan muestras de arte, clases de distintas disciplinas, actividades políticas y sociales.
 

Estar clausurados les representa una pérdida económica, pero también es un problema en otros aspectos. “Los martes tenemos una olla popular para gente en situación de calle de la Comuna 15. Lamentablemente es cada vez más la gente que va a comer a nuestro espacio, parece que de eso no se quiere hacer cargo el Gobierno de la Ciudad. Ahí no les molesta la actividad que llevamos adelante”, explicó Agostina.
 
“Estamos acostumbrados a este tipo de inspecciones, que se dan por la noche de manera repentina justamente para corroborar capacidad y papeles de habilitación. En general, están viniendo con una frecuencia de 2 a 3 semanas”, declaró la directora del lugar. No obstante, Agudín también aclaró que no están en contra de las inspecciones, ya que las consideran necesarias porque también son una manera de cuidar al público asistente en los eventos pautados. “Lo que no está bien es cuando parece que hay cierta animosidad porque llegaron decididos a clausurar. Lo dijeron en la entrada, casi no permitieron mediar palabra”, siguió.
 
Durante la pandemia, muchos espacios culturales tuvieron que cerrar definitivamente sus puertas al verse golpeados por la crisis económica generada por la emergencia sanitaria. En ese marco, crecen los reclamos hacia el Ministerio de Cultura de la Ciudad. “En toda la pandemia fue nula la política de contención para los espacios culturales de la Ciudad; es más, los subsidios que anualmente obtenemos por parte del GCBA se demoraron mucho más de lo habitual. No hubo una política extraordinaria por la situación de crisis que atravesamos. Esto hizo que muchos espacios cerraran sus puertas. Si no hubiera sido por el Gobierno nacional que tuvo una política federal e inmediata de sostener a los espacios, creo que ninguno hubiera sobrevivido”, concluyó Agudín.


COMENTARIOS