DESAPARICIÓN FORZADA

Se cumplen dos años de la desaparición del Policía de la Ciudad Arshak Karhanyan

El oficial, de 29 años, fue a comprar una pala y nunca más volvió. La investigación no arrojó ninguna pista de lo que pudo haber ocurrido. La familia apunta a irregularidades en la investigación y a obstáculos puestos por la fuerza a la que pertenecía.


La última vez que se supo algo de Arshak Karhanyan, agente de la Policía de la Ciudad, fue el 24 de febrero de 2019. Desde entonces, su desaparición se convirtió en un misterio. Karhanyan salió hace dos años de su departamento en el barrio de Caballito, dejó sus dos teléfonos celulares adentro y su moto estacionada en la puerta, se llevó su arma reglamentaria, su placa y su tarjeta de débito, que jamás fueron halladas. A dos años, la investigación judicial no tiene datos concretos, pero hay sospechas que apuntan hacia la fuerza a la que pertenecía el joven.
 
Tenemos que tener esa esperanza, de que va a aparecer vivo, es un poco de fe. Si no la depresión que tenemos se multiplicaría un poco más”, expresa a Clarín Tigran Karhanyan (32), su hermano. “La gente suele decir que el tiempo ayuda para estas cosas. Pero nosotros todavía tenemos la falta de mi hermano y mi vieja la de un hijo. La incertidumbre de no saber es la que te deja mal parado. Yo no sé qué justicia reclamar si no sé lo que le pasó”, dice el joven.
 
La última persona que se sabe que tuvo contacto con el joven poco antes de su desaparición fue un compañero suyo de “Exposiciones” llamado Leonel Herba. En una de las pocas filmaciones con datos que constan en la causa, se ve a Arshak el domingo 24 de febrero en la puerta del edificio donde vivía hablando con ese oficial y escuchando juntos un audio del celular de Herba. Él dijo que estaban hablando de un plan de ahorro para comprar un auto, pero a Arshak se lo ve nervioso.
 
Minutos después Arshak sacó plata de un cajero automático en Primera Junta entró a un supermercado Easy. Luego se ve que sale del comercio con una pala de pico en la mochila y mira como quien busca a alguien. En Rivadavia y Paysandú se le pierde el rastro.
 
Arshak nació en Armenia y vino a la Argentina de niño. En 2014 ingresó a la Policía Metropolitana, donde se desempeñó en el área de Cibercrimen y participó como perito en la investigación por la muerte del fiscal Alberto Nisman. Con la creación de la Policía de la Ciudad, fue asignado a la División Investigaciones y luego trasladado a la comisaría vecinal 7B. No conforme con su trabajo de Policía, Arshak estudiaba ingeniería informática en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Tenía amigos, vida social, proyectos y ayudaba económicamente a su mamá. Su familia no encuentra razones para pensar que pudo haberse ido o tomado una decisión drástica.
 
La investigación por la desaparición de Arshak la comenzó la Comisaría Vecinal 7B de la Policía de la Ciudad, la misma en la que trabajaba, el 27 de febrero de 2019. La fuerza porteña pidió colaboración al Ministerio de Seguridad de la Nación y al bonaerense para buscarlo en sus sistemas. Fueron a los hospitales de la zona y la morgue judicial para ver si había ingresado como NN. También revisaron el sistema SUBE, sus movimientos bancarios para ver si sacó más plata e inspeccionaron su casa. No encontraron nada.
 
La Policía también relevó más de 50 cámaras públicas y privadas. La querella denuncia que hay varias cámaras que faltan, o que están pero son de otro día. Los peritos revisaron también sus redes sociales y su celular, pero este último no pudieron abrirlo.
 
La causa por “averiguación de paradero” de Arshak tramita en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 2, a cargo del fiscal Santiago Vismara. Según informaron fuentes judiciales a Clarín, los investigadores continúan realizando “medidas de prueba con la intervención de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) y de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) –dentro del ámbito del Ministerio Público Fiscal-. También de la Gendarmería Nacional Argentina (Grupo Criminalística y Estudios Forenses del Escuadrón de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales Buenos Aires) y de la Policía Federal Argentina (Departamento Unidad Federal de Investigaciones Especiales)”.
 
Pero pistas concretas sobre lo que pasó con el oficial no hay. En octubre se volvió a rastrillar con la Gendarmería un predio ferroviario de unas 8 hectáreas en la zona comprendida por Donato Álvarez hasta el puente y desde la calle Yerbal hasta Avellaneda.
 
En ese lugar la Policía de la Ciudad lo había buscado en mayo de 2019 pero sin resultados. El segundo operativo que hizo Gendarmería fue más grande, pero también dio negativo. “Para nosotros lo más importante es que esa medida reveló que la primera vez que lo buscaron, cuando lo hizo la Policía de la Ciudad, lo hizo mal”, dijo Juan Kassargian, abogado de la familia de Arshak.
 
"Cuando Tigran me contó el primer rastrillaje, me dijo que estuvo ahí y arrancaron desde Rivadavia con un perro que buscaba rastros de vida y después entraron con otro que buscaba cuerpos de personas fallecidas. Hicieron unos metros por algunas partes pero en otras no entraron ‘porque el perro se podía lastimar las patas’. No llegaron a recorrer ni el 10 por ciento del lugar ni contaban con los recursos necesarios para eso”, advirtió Kassargian.
 
“Gendarmería dijo que necesitaban dos turnos de 80 personas, bomberos porque había partes derrumbadas y 6 o 7 equipos con perros. Quedó claro que el rastrillaje debía ser de otra manera. Hoy tenemos un 90% de probabilidades de decir que ahí Arshak no está. Pero el 100% no lo vamos a tener nunca”, afirmó el abogado.
 
Las sospechas que tiene la querella sobre la desaparición de Arshak surgen a partir de lo que ocurrió después, que de lo que pasó el mismo día. “Estamos trabajando en el pedido del cambio de calificación de la causa, entendiendo que Arshak desapareció y los policías de la Ciudad que participaron de esta investigación hicieron las cosas de tal manera que la verdad quede oculta”, señaló Kassargian.
 
Para reimpulsar la búsqueda, Tigran eligió un nuevo slogan: “Arshak Karhanyan, desaparecido en democracia”.

La diputada porteña y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura Victoria Montenegro denunció la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad:No sabemos nada del agente Arshak. Jamás vimos a ningún funcionario del Gobierno de la Ciudad ponerse al frente de su búsqueda, ni hacer el más mínimo esfuerzo por buscarlo. Ni siquiera hay fotos de Arshak en los patrulleros a pesar que es un miembro de esa fuerza”.
 
Montenegro viene acompañando a la familia de Arshak desde el primer momento y considera que están todos los elementos para considerar al caso como una desaparición forzada de personas. “La Policía de la Ciudad es responsable, borró todos los datos de sus computadoras y celulares, “perdieron” las cámaras del día de su desaparición. A dos años ya no queda ninguna duda que es un caso de desaparición forzada de personas. Denunciamos la responsabilidad de la Policía de la Ciudad, queremos saber quiénes son los responsables. Queremos Memoria y Verdad”.
 
Recién el 6 de octubre pasado, casi 20 meses después, el Gobierno porteño, a través del Ministerio Público Fiscal presentó un escrito para también ser considerado como querellante aduciendo que era un “problema de seguridad”. Desde ese momento la diputada Montenegro ha realizado pedidos de informes, reuniones con integrantes de la comunidad armenia, con el vicejefe de Gobierno Diego Santilli y el Secretario de Seguridad de la Ciudad Marcelo D’Alessandro. Ha presentado un recurso de habeas corpus, ha hecho conferencias de prensa junto a los diputados y funcionarios nacionales como Leopoldo Moreau y Agustín Rossi y Horacio Pietragalla respectivamente y también pedido de explicaciones en diversas sesiones informativas al jefe de Gabinete de Ministros Felipe Miguel.





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