COMUNA 2

Podría cerrar la tradicional confitería La Biela de Recoleta

En el año de su 70 aniversario, un emblema del barrio de Recoleta corre riesgo de cerrar sus puertas de manera definitiva. Los tres meses de cuarentena provocaron que sólo trabaje diez de sus 54 empleados.


La Biela, la confitería ubicada en la esquina de avenida Quintana y Roberto Ortiz, es un emblema del barrio de Recoleta que se enfrenta a un riesgo de cierre definitivo. Justo en su 70 aniversario, la inactividad económica prolongada que produjo la pandemia del coronavirus amenaza el futuro del lugar.
 
La Biela, que hasta hace unos meses abría todos los días entre las 7 y las 2 de la mañana, hoy sólo funciona a través de pedidos para llevar y delivery, de 11 a 21 horas, y cierra los lunes. “De los 54 empleados que tenemos en el establecimiento, sólo están trabajando diez. Y lo que ingresa por el delivery apenas representa entre el 5 y el 8 por ciento de nuestra facturación mensual. Ni siquiera nos alcanza para poder pagar los servicios fijos”, explicó a Infobae Carlos Gutiérrez García, un español de 70 años que trabaja allí desde sus 16 y hace décadas asumió la conducción del lugar.
 
“Estamos extremadamente complicados. El mes de marzo lo pudimos pagar al completo, pero ya los meses de abril y mayo, los empleados recibieron un 75% de su sueldo. No sabemos cuánto más podremos resistir así. Nosotros mantenemos la esperanza, pero cada vez nos va quedando menos de ella”, añadió Gutiérrez García.
 
“Las medidas que están tomando el Gobierno Nacional y el de la Ciudad respecto a la enfermedad están bien. No se puede acelerar nada. Pero sí le exijo al Gobierno Nacional que diseñe un plan para ayudar a las empresas ante este contexto. No sólo para acompañar este momento de la cuarentena sino también para planificar una estrategia de cara a cuando se dé la reapertura”, afirmó Gutiérrez García.
 
“Cuando volvamos a abrir, la mayoría de la gente no va a tener dinero como para ir a un bar, con lo cual nuestros ingresos seguirán siendo mínimos. Y ni hablar de lo que respecta al turismo. En nuestro bar, el 60% de los clientes eran turistas. Yo veo casos como el de Madrid, que durante el confinamiento el Estado pagó el 75% de los salarios y, una vez que empezó la reapertura, se comprometió a mantener el pago del 50% al menos hasta diciembre. Yo sé que aquí no hay semejante espalda económica como allí, pero algún plan de apoyo tienen que diseñar”, advirtió el dueño.
 
La Biela nació en 1950. A raíz del auge que se produjo a mediados del Siglo XX con el automovilismo entre las clases medias y altas de la Capital Federal, el establecimiento se convirtió en un lugar de encuentro para aquellos fanáticos. El nombre de la confitería responde a una pieza clave en el motor de un automóvil. Su título original era "La Biela Fundida".
 
Durante los primeros años, se convirtió en algo natural ver a celebridades del automovilismo como el mismo Juan Manuel Fangio, José Froilán González, Juan Gálvez o Gastón Perkins. Sin embargo, su ubicación geográfica, sus enormes dimensiones y el estilo que mantenía, hicieron que su lista de visitantes se amplíe a la esfera de los políticos nacionales, escritores de renombre y hasta artistas del plano internacional como Francis Ford Coppola o Robert Duvall.
 
“Durante muchísimos años, todas las mañanas, cerca de las 11, venía Bioy Casares. Así, la mesa 20 se convirtió en algo exclusivo de él. Por más que no viniera, esa mesa sólo la usaba él. Y han venido a compartir su mesa grandes figuras de la literatura, como Borges o hasta Cortázar, detalló Gutiérrez García.
 
"Yo vine a Buenos Aires en el 65'. Yo vivía en León y tenía 15 años. La situación económica de mi país después de la guerra era muy precaria y prácticamente no había puestos de trabajo. En principio me iba a ir a Suiza, pero un tío me trajo a Buenos Aires y me gustó tanto que decidí quedarme. Después de tanto tiempo, puedo decir que nunca me tocó vivir una situación tan desconcertante como esta. Es imposible poder decir qué va a pasar con nosotros de aquí a fin de año, porque el problema de la gastronomía es que una vez que un local cierra, no abre más", afirmó el dueño del bar.
 
La Biela está incluido entre los 86 bares notables de la Ciudad de Buenos Aires y en 1999 fue declarado lugar de interés cultural.
 


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