OPINIÓN

El sur también existe en la Ciudad de Buenos Aires

El jefe de Gobierno viene recibiendo alertas del sur porteño -tanto desde lo alimentario como desde la salud- donde no solo juega el coronavirus, sino también el dengue

Werner Pertot
Larga fila para retirar viandas en la Escuela 10 del Distrito Escolar 4. Una postal que se repite.


Horacio Rodríguez Larreta viene recibiendo planteos desde el comienzo de la cuarentena con respecto a la situación del sur de la Ciudad. Se lo dijeron los titulares de las juntas comunales del sur cara a cara en un encuentro: hay dos problemas, el alimentario –que no termina de resolverse y que el Gobierno porteño busca canalizar a través de comedores escolares y algunas organizaciones sociales- y el epidemiológico, que no pasa solo por el coronavirus –sabemos que las condiciones de aislamiento en los barrios populares no son las mismas que para la clase media-, sino por una preocupante escalada del dengue que el Gobierno porteño sigue sin ver como un problema serio.

El mismo día que Larreta recibió a los opositores porteños con representación en la Legislatura, tuvo un encuentro con los presidentes de las comunas del sur. Dos de ellos son oficialistas y dos no responden a Larreta. Ninguno le pintó un panorama bonito: le hablaron de la posibilidad de que se rompa la cuarentena si las familias no tienen cómo garantizar los alimentos. Le advirtieron que el sistema que estaba usando el Gobierno porteño no era eficaz y, además, producía aglomeraciones de personas para poder retirar una vianda o un bolsón de alimentos. Le dijeron también que, además del coronavirus, los barrios populares venían sufriendo una escalada del dengue. Pidieron que se repartieran repelentes y hubiera fumigaciones, pero además que se resolviera el problema del agua en zonas que, sin esa respuesta del Estado, no tenían posibilidad de enfrentar esta segunda enfermedad, que la semana pasada ya superó los 1800 casos. Según pude reconstruir, Larreta les contestó que iba a estudiar algunas cosas, pero les advirtió que con la caída de la recaudación, los recursos iban a ser limitados.

Pasaron los días, una semana, y el presidente de la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Nueva Pompeya y Parque Patricios), salió a reclamar nuevamente que le presten mayor apoyo ante el doble avance del coronavirus y el dengue. “En estos días en los que asistimos a una situación inédita por la pandemia de coronavirus, volvemos a comprobar que para el Gobierno porteño existen ciudadanos de primera y de segunda. El sur de la Ciudad no puede esperar ante esta situación crítica”, alertó Ignacio Álvarez. “Nuevamente los que más necesitan de la presencia de un Estado fuerte se ven desamparados por el Gobierno local que no toma las medidas necesarias para prevenir tanto el avance del coronavirus como el dengue”, indicó el comunero del Frente de Todos, según consignó Nueva Ciudad. Tuvo que volver a explicar que las condiciones para cumplir un aislamiento social obligatorio no son las mismas para las clases populares: “Entendemos que este momento requiere de un trabajo en conjunto dejando atrás disputas políticas, pero resulta muy difícil para los vecinos de los barrios de Barracas, el Barrio 21-24, La Boca, Parque Patricios y Pompeya poder realizar una cuarentena en esta situación: sin servicios esenciales, alimentos, repelentes, mosquiteros, ni fumigaciones, las personas quedan a la deriva y enfrentando problemas para los cuales no tienen herramientas”.

El jefe comunal advirtió que el operativo del Ministerio de Desarrollo Humano no es suficiente y que, en definitiva, no fueron escuchados: “Los vecinos de los barrios más necesitados afrontan esta crisis con total incertidumbre porque no saben si van a tener agua para lavarse las manos, o gas para poder cocinar, o si los comedores van a tener la cantidad de raciones necesarias, ni cuándo ni donde podrán acceder a los alimentos que hoy sus hijos no reciben en las escuelas”. Recordó que la mitad de la población de la comuna está bajo la línea de pobreza y vive al día. Y volvió a pedir que expliquen cuál será el “el plan de contingencia que se aplicará en el sistema de salud de la Ciudad en una zona que depende casi exclusivamente del mismo y que al día de hoy los hospitales ya se encuentran desbordados por los casos de dengue”. También indicó que la Comuna 4 se encuentra desbordada en su capacidad de acción. Que estos problemas tengan menos cobertura mediática no los hace menos reales.

Coda: el sistema de salud

Otro reclamo que apareció en la reunión de opositores con Larreta y que volvió a plantearse la semana pasada en una sesión virtual de la comisión de Salud de la Legislatura es el de los insumos para las trabajadoras y trabajadores de salud. No se trata de un tema menor, si tenemos en cuenta los riesgos de transmisión del virus. Desde el Gobierno porteño indicaron en esa reunión virtual que buscan ampliar a 900 la cantidad de profesionales de enfermería y a 226 el personal médico. Es bueno que eso ocurra. Pero la pregunta de los opositores y opositoras fue en qué condiciones van a trabajar. Por ejemplo, la legisladora Laura Velasco planteó que hay preocupación por la “falta de insumos, sobre todo de barbijos, guantes, alcohol en gel y elementos de higiene como lavandina, tanto en los hospitales como en los CESAC y en los comedores comunitarios”. En una carta abierta al jefe de Gobierno, el legislador Santiago Roberto advirtió que detectaron “que en los hospitales Pirovano, Tornú, Durand y en los Centros de Salud, hacen falta barbijos, alcohol en gel, guantes de latex, camisolines y antiparras”. Desde el oficialismo solo reconocen que esto pasaba al comienzo de la crisis y dicen que esto ya no es así.

Estas falencias tanto para los barrios populares como en el sistema de salud se vienen arrastrando desde hace años. Para que no se agraven durante la pandemia, tendría que haber un cambio en las políticas públicas que, hasta ahora, no se termina de ver.

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