OPINIÓN

Demoran la licitación de los parquímetros, mientras siguen las grúas salvajes

Un error insólito –dar una dirección de un lugar que no existía- frenó la audiencia pública previa a que Larreta tapice la Ciudad de parquímetros. Pero el Ejecutivo local ya puso nueva fecha. En tanto, el negocio del acarreo sigue intacto.

Werner Pertot


Fueron muchas ya las veces que en esta columna contamos el negocio de las grúas en la Ciudad, por el cual dos empresas privadas pagaban un canon irrisorio y se llevaban el grueso del dinero. Nada de esto ha cambiado. La principal diferencia en este año es que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, decidió avanzar con el plan de dejar más de la mitad de la Ciudad con parquímetros. Se sabe que va a implicar incluso un problema para mucha gente que quiera estacionar frente a su casa, para lo que deberá resolver una serie de trabas burocráticas. La semana pasada intentaron avanzar con la audiencia pública previa a ese verdadero tapizado de parquímetros en la Ciudad. Pero se las frenó el juez Andrés Gallardo porque hicieron mal la convocatoria: pusieron una dirección que no existía para ir a inscribirse. Genios. Como el Ejecutivo local insiste, ya puso nueva fecha: el 20 de marzo.

Recordemos un poco de qué va el negocio: las grúas salvajes son una concesión que viene desde el menemismo profundo. Desde los noventa, las monopolizaban dos empresas: BRD y Dakota. El contrato se venció en 2001, pero –al igual que ocurre con Metrovías y con tantas otras cosas en la Ciudad- consiguieron prórroga tras prórroga para mantener bien vivo el negocio. Hay una licitación que hace dos años que está parada y que les cambiaría la ecuación económica actual, por la que pagan 55 mil pesos al Estado y recaudan todo lo que entra por el acarreo. Para darse una idea con 18 coches remolcados, ya le pagaron al Estado, y el resto es  todo ganancia. En promedio, por mes hay unos 10 mil acarreos, según contó el periodista Gustavo Sarmiento en esta nota. Se calcula que ganan 30 millones de pesos por mes y que este año ganarán hasta 10 veces más, dado que el acarreo ya aumentó un 5300 por ciento. La tarifa por acarreo ya es de 3000 pesos (pegó un salto desde los 1800), más 3000 de multa y el costo de la estadía en la playa de las empresas de grúas. Si no se acuerdan de Bombita Darín, vayan y vuelvan a ver Relatos salvajes. Szifrón se quedó corto al describir el negocio, al final.

Si se terminara de resolver la licitación, la Ciudad se dividiría en cinco zonas: Dakota y BRD se quedarían con una cada una a las que se sumarían nuevos jugadores como la empresa española Plein Air Park en zona norte y la firma IT NET-Tránsito Rosario en el sudoeste. Hay una quinta zona que todavía no tiene dueño y que le quedaría a alguna de esas cuatro.

El avance de la licitación también va a implicar un despliegue de parquímetros por todos lados, que viene generando mucha polémica: de los 4000 medidores actuales piensan pasar a 86.768 terminales multipropósito. Lo que se dice un salgo a cobrar prácticamente por todos lados por estacionar en la calle.

Tuvieron un pequeño problema con la audiencia pública, que no es vinculante pero sí es obligatoria. Las legisladoras Myriam Bregman y Alejandrina Barry se presentaron ante el Poder Judicial y el juez Gallardo suspendió la convocatoria cuando encontró un error grosero: habían puesto en la convocatoria que te podías anotar para la audiencia en la Subsecretaría de Gestión Comunal, en Avenida Guzmán 90. Pero allí no hay ningún lugar para anotarse. Fueron hasta ahí y comprobar que en esa dirección está la Asociación Civil "Niño Jesús". Amen.

Gallardo argumentó que “quienes quisieron ejercer su derecho constitucional y legal de tomar vista de las actuaciones, se vieron imposibilitados de hacerlo”. Además el juez indicó que el Gobierno porteño publicó el llamado a la audiencia una sola vez, el 3 de enero de 2020, por lo que incumplió la obligación de publicar dos veces el llamado a una audiencia pública. “No hay audiencia sin convocatoria y no hay efectiva convocatoria si la información que se expresa a través de ella es insuficiente y, mucho menos, si es confusa o errada”, concluyó el magistrado.

El retraso, no obstante, es temporario. De hecho, el Gobierno porteño ya puso nueva fecha de audiencia para dentro de poco más de un mes: hará como que escucha las críticas y luego tendrá vía libre para aumentar los parquímetros un 66 por ciento (de 13 a 25 pesos la ficha) y avanzará para instalar el estacionamiento medido en 13 de las 15 comunas. Concretamente, en el 45 por ciento de las calles habrá que pagar para estacionar. Esto arrancaría en septiembre, si no hay más demoras. El Gobierno porteño tiene previsto destinarle 611 millones de pesos a completar la instalación en tiempo y forma.

Una de las polémicas con esa medida son todos los trámites que una persona tendrá que hacer para estacionar a 300 metros de su casa: primero, certificar que es el propietario y no poseer multas ni patente adeudada. En segundo lugar, tener actualizado el domicilio del DNI  para que coincida con el de su auto. Ah, y por cierto: cada cuatro horas hay que salir a renovar el estacionamiento. ¿Veremos una fauna de vecinos a las tres o cuatro de la mañana saliendo a ver el estado de su auto? Miren que si no, son seis luquitas.

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