OPINIÓN

A Larreta se le rebeló la granja

El jefe de Gobierno tuvo que dar marcha atrás con la ley de residentes y concurrentes luego de una protesta con una carpa en Parque Patricios y paros en los hospitales. Además, los radicales formaron su propio bloque para negociar.

Werner Pertot
Residentes y concurrentes en la Legislatura.


La semana que pasó dejó en claro que Horacio Rodríguez Larreta no tiene del todo el camino allanado en estos cuatro años que le esperan rumbo a su candidatura presidencial. Si bien el jefe de Gobierno logró colar en la estructura del PRO a uno de sus hombres de confianza, Eduardo Macchiavelli, como secretario general, el mandatario enfrentó una fuerte protesta de trabajadores de la salud que le torció el brazo, así como un connato de autonomía de sus aliados radicales, que hicieron su propio bloque en la Legislatura y comenzarán a demandar desde allí negociaciones ley por ley.

La primera novedad se dio en un acto que suele carecer de noticias: la jura de los nuevos legisladores. Allí lo principal parecía ser la llegada de Ofelia Fernández, que con sus 19 años es la legisladora más joven de toda la región. Pero hubo un dato más. Se armó un bloque radical, que formará parte del interbloque oficialista. Hasta aquí, si uno considera que los diputados de Martín Lousteau siempre tuvieron una dosis de autonomía, no debería haber nada raro. Pero lo llamativo fue que aquellos que responden a Daniel “El Tano” Angelici abandonaron la organicidad del PRO y se unieron a la bancada radical, que tendrá nueve integrantes. Entre ellos está Martín Ocampo, que estará saboreando el gustito de la revancha luego de que lo echaran del ministerio de Seguridad porteño en plena pelea con Patricia Bullrich. La ministra saliente se deberá conformar con ser presidenta del PRO, si es que eso finalmente se concreta en febrero.

Como sea, en la Legislatura habrá un interbloque de Vamos Juntos, donde el PRO junto con la Coalición Cívica y el espacio de Graciela Ocaña sumarán 26 bancas. A los larretistas los conducirá Diego García Vilas junto con Daniel del Sol. Facundo del Gaiso, cercano a Elisa Carrió, terciará en ese bloque. En tanto, los nueve formaron su bloque llamado Radicales en Evolución, que responden a Emiliano Yacobitti y a Angelici, con la sombra de Enrique “Coti” Nosiglia siempre presente. Con ellos, el oficialismo tendría 37 votos para todas las leyes que necesite, pero el apoyo de los radicales no parece que vaya a ser tan automático como antes. Van a tener que trabajar para seducirlos. Por ejemplo, advirtieron que no votarían la ley de residentes y concurrentes, que se aprobó con represión en la calle a las y los trabajadores de la salud y dejando a siete legisladores opositores afuera de la Legislatura, como contamos por acá.

Esa sesión escandalosa, seguida de un paro por tiempo indeterminado en los hospitales públicos y la instalación de una carpa blanca frente a la jefatura de Gobierno, podría haber terminado como otras tantas protestas que Larreta enfrentó en estos años. Sin espacio en los medios y ante la indiferencia de los funcionarios, el conflicto podría no haber modificado nada de lo ocurrido. Pero algo cambió. Hay un jefe de Gobierno que quiere ser presidente y que decidió que esto, en algún lugar, podía dañarlo. De otra forma, no se explica la marcha atrás una semana después de votar a sangre y fuego una ley que consolidaba la precarización de residentes y concurrentes. Para darla de baja, debieron recurrir al papelón de presentar un proyecto de resolución por el que anulaban la ley y creaban una “mesa de diálogo”, en tácito reconocimiento de que no hubo tal diálogo para la aprobación de la primera norma.

La anulación de la ley, votada incluso por los mismos legisladores que se apuraron a aprobarla en 48 horas una semana antes, fue seguida atentamente por los trabajadores de la salud, que no levantaron sus medidas de fuerza hasta asegurarse de que la norma dejara de existir. La retractación tuvo 58 votos afirmativos de los 58 presentes (de un total de 60). “Hemos escuchado y entendido las preocupaciones de los profesionales de la salud. Hemos trabajando en esta casa buscando los consensos y pensando que los habíamos obtenido. Pero creemos que es prudente presentar este proyecto de resolución aclarando antes que vamos a trabajar para llegar a los consensos necesarios”, dijo un visiblemente nervioso legislador macrista. Daniel Presti le puso la cara así a la marcha atrás ordenada por Larreta. 

Con la muñeca política que lo caracteriza, el vicejefe Diego Santilli consiguió en la reunión de labor parlamentaria que los discursos de los opositores duraran un minuto cada uno, con el pretexto de que había muchos temas por tratar. Eso no le ahorró el escarmiento que le hicieron sentir al oficialismo los opositores, aún en esos módicos 60 segundos. Algunas pinceladas de la reprimenda que se comió el PRO: “No hubo diálogo, no hubo conceso. En menos de 48 horas se intentó sancionar una ley que no había sido consensuada con los protagonistas. Estamos votando una semana después la derogación”, recordó Victoria Montenegro.

“Con un minuto me alcanza y me sobra para agradecer a residentes y concurrentes el gran ejemplo que dieron en esta ciudad donde parece que el oficialismo avanza y solo queda agachar la cabeza. No queremos más Legislatura vallada, palos en la puerta ni que nos dejen afuera cuando queremos venir a expresarnos acá adentro”, le reprochó Myriam Bregman. “Lograron hacer que Larreta retroceda en chancletas y la tienen que derogar con vergüenza”, se sumó Gabriel Solano, del FIT. Fue una sesión caliente como hace tiempo que no se vivía en una Legislatura dormida. Siguió durante todo el día con la aprobación de muchos proyectos inmobiliarios –como la venta del Costa Salguero- y la marcha atrás de algunos otros –como el de la policía montada- que deberán esperar al año que viene. Una señal de que Larreta no la tendrá tan fácil en los próximos cuatro años que le esperan, ya sin un presidente ni una gobernadora de su mismo signo político.

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