OTRA MIRADA

Paseos para gente en situación de calle: cuando el turismo apunta a la integración social

Miembros de la Asamblea Popular de Plaza Dorrego y de la Universidad Nacional de Avellaneda gestaron Mutantur, una iniciativa para que hombres y mujeres en situación de calle o en riesgo de estarlo recorran en clave turista la misma ciudad que los margina día a día.

 


por Luciana Rosende

“¿Esto quiere decir que hoy vamos a ser turistas?”, preguntó una de las personas en situación de calle que participó por primera vez de un paseo dominguero con Mutantur, una “experiencia de turismo para la integración social” que nació de la interacción de los integrantes de la  Asamblea Popular Plaza Dorrego (en San Telmo) y la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV). La respuesta fue que sí: que ese día sería un turista. Porque la propuesta, en el marco de un proyecto de extensión de esa casa de altos estudios, es que la población en situación de calle –o en riesgo de estarlo- que los domingos se acerca a la olla popular de Plaza Dorrego pueda recorrer en clave de disfrute las calles y museos de la misma ciudad que día a día los margina.

“Es una manera de acercarte un poco a la dignidad. Ese caminar por la ciudad y tomarla siendo turista de posiciona de otra manera”, explica Mariana Sosa, una de las coordinadoras del proyecto, en diálogo con Nueva Ciudad. “¿Qué nos motiva? –se pregunta- Comprender el turismo como un derecho al acceso a la ciudad, al patrimonio que supuestamente es de todos”.

La iniciativa comenzó a pensarse hace alrededor de dos años, y a materializarse hace algo más de uno. El domingo 25 de agosto se realizó la décima excursión de Mutantur: un grupo de 70 personas, más de la mitad en situación de calle, recorrió la Plaza de Mayo y el Museo del Cabildo, que los había invitado especialmente.



“Un dispositivo como el turismo, que parece liviano, convoca a pasear y hacer una intervención del espacio público mostrando una problemática”, describe Sosa, y remarca que “esto permite hablar de qué pasa en el espacio público”. Por caso, en el paseo del último domingo, un policía de la Ciudad les preguntó qué hacían y les impidió el paso al otro lado de las rejas que dividen la Plaza, mientras un grupo de turistas orientales caminaba tranquilamente del otro lado sin que la fuerza porteña los molestara. “Nosotros parecemos más un grupo piquetero que de turistas”, compara Sosa: pecheras rojas, banderas y pancartas. Ante el policía increpante, el grupo decidió no avanzar con tal de mantener sus insignias a la vista.

Antes del recorrido por Plaza de Mayo y el Museo del Cabildo –con escalas para hablar ante el Monumento a Roca y tópico especial sobre la ronda de las Madres-, las visitas previas de Mutantur pasaron por Retiro y el Museo de los Inmigrantes, San Telmo y sus museos. También hubo tour por Puerto Madero: “Casi nos echan”.

Además de los integrantes de la Asamblea de Plaza Dorrego y de los hombres y mujeres en situación de calle que se suman a la excursión –muchos de ellos ya son “pasajeros frecuentes”-, el grupo se completa con estudiantes de la Licenciatura en Turismo de la UNDAV (el proyecto tiene un aspecto formativo que también es resaltado por Sosa) y por quien tenga ganas de participar. Entre todos y todas tejen el relato colectivo que se construye en cada paseo. “En ese momento somos todos iguales. Estamos todos con pecheras, caminando, conversando. Ellos –los ‘sin techo’- saben un montón de historia, de música. Derriban todos los estereotipos”.

El destino del próximo paseo, que se concretará en alrededor de dos meses, aún no está definido. Referentes de la Asamblea y de la UNDAV se reúnen los lunes para planificar y organizar los pasos a seguir de Mutantur, una iniciativa que pone en interacción al turismo con el hambre y el déficit habitacional porteños, para que personas en situación de calle “por primera vez se planteen que pueden entrar a un museo y que tienen derecho al ocio”.

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