TRANSPORTE

Abren un túnel en el nodo Obelisco del subte

Es para descomprimir el punto más crítico del subte porteño, por ahora es un nuevo acceso a las líneas C y D. Y en el futuro aliviará a los pasajeros de la B. Por allí pasan 300.000 personas por día.


El nodo Obelisco queda justo debajo de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Desde ahí y a través de un hall distribuye a las líneas B, C y D del subte. No existe bajo tierra un entramado más complejo, la conexión está colapsada desde hace tiempo. Desde hoy se abre un acceso al subte sobre la calle Sarmiento y un túnel de 70 metros de extensión, que permitirá conectar con las líneas C y D, informa Clarín.
 
El objetivo a largo plazo de esta "puerta nueva" es descongestionar el nodo donde por día circulan 300.000 pasajeros. Aun con la apertura del acceso de Sarmiento 861, la congestión seguirá ocurriendo porque las líneas B, C y D permanecerán unidas en su pasillos y accesos. Pero en dos meses se habilitará la conexión a Retiro que permitirá llegar a las estaciones 9 de Julio, en sentido Catedral, y Diagonal Norte, en sentido Constitución.
 
En 2016 el Gobierno porteño adquirió un estacionamiento privado para montar ahí el acceso nuevo. Primero abrió un pozo de 32 metros de profundidad. Y dentro de éste construyó un túnel con dos bocas de acceso: una a la C, a 28 metros bajo el suelo, y otra a la D, a 12 metros de profundidad.
 
Para una tercera etapa, que concluirá en 2022, se construirá un tercer túnel, paralelo a la línea D, que permitirá independizar la conexión con la B. Así se eliminará la necesidad de pasar por tres líneas para conectar dos puntos, y en consecuencia disminuirán los cuellos de botella, en los que se forman largas filas por acumulación de gente, sobre todo en las horas pico.
 
Esa tercera etapa está en proceso de licitación y, según el Gobierno porteño, se adjudicará en dos meses. Además del tercer túnel, incluirá la ampliación de los andenes de la estación 9 de Julio y Diagonal Norte, otros dos reclamos históricos entre los pasajeros.
 
En el nuevo acceso se montó una pieza llamada "Inmersión", del artista Hernán Marina. Alude a la necesidad de sumergirse bajo tierra, tanto de los usuarios para viajar, como de quienes debieron abrir la superficie y construir un edificio de nueve pisos, pero hacia abajo, para generar este "acceso complementario".
 
El túnel tuvo un costo de $ 80.9 millones y se hizo con presupuesto de SBASE. El resto de la obra, que incluye la renovación del sistema de señales y potencias eléctricas, necesarias para gestionar la incorporación de coches con aire acondicionado a la línea D junto a una mejora de la frecuencia, se financia con un préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de US$ 104 millones.
 


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