TRANSPORTE

Quejas de los usuarios del subte E luego de la extensión

Desde que la línea E llega a Retiro, los usuarios aumentaron un 12%, pero las formaciones tienen entre 22 y 50 años de antigüedad y en las horas pico pasan cada cinco minutos.


El 3 de junio la línea E se volvió más larga con el corrimiento de la cabecera Bolívar hacia Retiro. La extensión sumó tres estaciones, que agregaron dos kilómetros. A casi dos meses de esa extensión, en distintos puntos de la línea, desde Flores y hasta Retiro, los pasajeros padecen el mal servicio. Los coches no cumplen los horarios en que anuncian los arribos a cada estación y en horas pico pasan cada cinco minutos.
 
“No se puede confiar en los carteles. Yo ni los miro. La extensión empeoró el servicio. Ahora somos más viajando en las mismas condiciones, con carteles que nunca dan bien el horario de llegada, demoras y trenes viejos”, se queja a Clarín Matías Seguro, de 22 años.
 
Por su parte, Ana Quintero, de 29 años, opina “La verdad es una cagada. No mejoró en nada. Todos los días hay demoras, las frecuencias son otra cagada y los vagones siguen siendo del año del pedo. En verano te morís de calor porque no hay aire y todo el año hacen un ruido que te deja sordo”.
 
Según datos de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), desde la prolongación, la E aumentó un 12% en su cantidad de usuarios. Pasó de 1.904.144 en mayo a 2.127.545 en junio. Además, la cantidad de pasajeros promedio por día hábil creció de 85.318 a 102.852.
 
En SBASE reconocen que, en hora pico, pasan más de cinco minutos entre una formación, aspiran a bajar ese tiempo a cuatro minutos y medio para antes de fin de año. Sobre el estado de los coches, las perspectivas de mejora no son significativas, al menos en el corto plazo. La mayor parte de las formaciones son Fiat/FM. Varias de ellas, ex coches de la A y de la D, con entre 22 y 38 años de uso. Y todavía quedan General Electric que salieron de fábrica hace más de medio siglo. Tampoco hay planes de sumar trenes con aire acondicionado.
 


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