EDUCACIÓN

Se inundó el Isauro Arancibia: el GCBA gastó millones en un edificio nuevo que no resistió la lluvia

Techos que llueven, paredes que chorrean agua, el sistema eléctrico en corto circuito, sin calefacción, con agua turbia saliendo de las canillas. “Hay varias escuelas que están así”, fue la respuesta de las autoridades porteñas ante el reclamo.



La escuela Isauro Arancibia, a la que asisten chicos, adolescentes y jóvenes en situación de calle y de extrema vulnerabilidad social, fue mudada este año tras largas postergaciones y reclamos. Pero el flamante edificio no resistió las lluvias de los últimos días. Este martes, la comunidad educativa se encontró con una escuela inundada.

“Lxs estudiantes del Isauro, niñes, adolescentes, jóvenes y adultxs que viven en situación de extrema vulnerabilidad, padecen una vez más la crueldad y el desamparo de las políticas públicas del gobierno de la ciudad que invirtió millones de pesos en la remodelación del edificio escolar inaugurado este año pero que no cumple con las condiciones de seguridad, accesibilidad y dignidad que garanticen la tarea de enseñar y aprender. Esta negligencia de las autoridades expone a les estudiantes al peligro y los deja otra vez a la intemperie”, denunciaron desde el Isauro.

Y agregaron: “después de cinco días de intensas lluvias lxs estudiantes de la Escuela Isauro Arancibia, niñxs, adolescentes, jóvenes y adultxs fueron recibidos en un edificio inundado, con techos que se llueven, paredes que chorrean agua, el sistema eléctrico en corto circuito, sin calefacción, con agua turbia saliendo de las canillas y el peligro que es incalculable”.

El panorama de la escuela este martes, según enumeraron desde ese espacio, incluye “el SUM inundado con cuatro centímetros de agua. El agua filtra por las paredes y provoca la inundación del comedor.  Lxs estudiantes tuvieron que  desayunar en las aulas. Las aulas de subsuelo  y  las de planta baja inundadas. La biblioteca está mojada. En todas las aulas del primer piso cae agua del techo y hay filtraciones en las paredes. El agua se filtró por el tendido eléctrico y hay aulas en corto circuito con luces intermitentes.  En el aula de informática las goteras caen sobre las computadoras. Por los artefactos de luz cae agua. El agua de las canillas sale marrón”.

“Hay varias escuelas que están así”, fue la respuesta de las autoridades porteñas ante el reclamo. “Primero nos preguntamos ¿cómo es que esa respuesta les da tranquilidad en la gestión? Es de un nivel de gravedad extrema. Y por supuesto nos solidarizamos con todas las escuelas que están padeciendo la desinversión y consecuente deterioro de sus edificios escolares. Exigimos al Ministerio de Educación y de Transporte del GCBA  que terminen las obras necesarias que garanticen la dignidad de la educación pública”, enfatizaron desde el Isauro Arancibia.

Esto se suma al reclamo por problemas estructurales que aún no fueron solucionados: una grieta en el patio semi techado que fue denunciada apenas entregado el edificio nuevo; en el Sum, la pared que da al patio semi techado tiene una cañería rota; la cañería de desagote fluvial no tiene las ménsulas que soporte el peso por lo que  el agua cae sobre el tablero de luz (el sábado tuvo que ser desconectado por la empresa SES por los riesgos que implicaba); en la cocina hay una grieta muy grande en una de las columnas; la calefacción no funciona debido a que el medidor de gas debe ser reemplazado por uno de mayor caudal. “Y la lista continúa por eso pedimos que difundan y acompañen nuestra lucha”.


COMENTARIOS