ENTREVISTA EXCLUSIVA

Blockchain: ¿Qué es y cómo puede mejorar la vida de los porteños esta nueva tecnología?

La Ciudad ya cuenta con cajeros automáticos que operan con Bitcoin, pero esta es la punta del iceberg de una nueva tecnología que algunos especialistas consideran una revolución tan significativa como la irrupción de Internet en la vida pública en los ’90.

Cuando el año pasado la empresa Athena instaló los primeros cajeros automáticos que operan con Bitcoin en Buenos Aires, inauguró una nueva etapa para la ciudad cuyo impacto todavía no se percibe pero que promete traer grandes cambios a las vidas de los porteños. Es que la tecnología blockchain, en la que se basan las criptomonedas como Bitcoin, tiene posibilidades mucho más allá de las financieras, y varias de ellas apuntan a resolver problemas que los argentinos conocen bien, y que van de la inflación al exceso de burocracia en la administración pública. Esto hace que este nuevo tipo de moneda sea apenas la punta del iceberg de lo que los entusiastas de blockchain consideran una revolución tan significativa como la irrupción de Internet en la vida pública en los ’90.

Nicolás Belgrano es uno de esos devotos. Abogado egresado de la Universidad Austral y con una Maestría en Administración de Empresas otorgada por la IAE Business School, vio el potencial de las criptomonedas en su trayectoria en el mundo de las inversiones y los capitales de riesgo, y hoy está convencido de que la tecnología blockchain puede resolver muchos de los problemas que más afectan la vida de los argentinos, especialmente en ciudades del tamaño de Buenos Aires donde la administración engorrosa tiene un gran impacto en sus habitantes.

En diálogo con Nueva Ciudad, Belgrano revela algunas de las maneras en que blockchain puede transformar la realidad cotidiana de los porteños.

Primero que nada: ¿de qué hablamos cuando nos referimos a la tecnología blockchain?

Blockchain es una tecnología que permite el almacenamiento de datos (como por ejemplo transacciones) y usa un registro abierto, descentralizado, irreversible, a prueba de manipulaciones y públicamente compartido entre todos los participantes de la red. ¿Qué quiere decir esto? Que al ser una red descentralizada hace casi imposible ser atacada por hackers o falsificadores, y permite eliminar intermediarios en todo tipo de transacciones, lo que abarata costos y reduce tiempos. Además, no hay casi forma posible de alterar la información que tiene almacenada sin que ello sea descubierto (lo que en inglés se llama “tamper-evident”), por lo que es absolutamente transparente, y si bien se trata de un registro abierto, la información que contiene en cada bloque es privada, así que los usuarios están en control de sus datos.

Esto cambia completamente el paradigma actual, en el que todas las actividades de los ciudadanos tienen que estar auditadas por una autoridad central (que en general depende del Estado), y que suele tener procesos lentos, burocráticos y, muchas veces, injustos.

Claro que todavía existen limitaciones muy relevantes desde el punto de vista técnico para que blockchain pueda ser implementada en muchos de los procesos o ámbitos a los que se podría aplicar, pero seguramente veamos varios usos funcionando por completo en los próximos años. Lo que sí queda por verse es si va a ser posible utilizar blockchains “abiertas” para registros que actualmente son controlados por el gobierno como autoridad central.

Hablás de descentralización, y justamente Bitcoin y otras criptomonedas no están sujetas al control de ninguna autoridad gubernamental. ¿Qué implicancias tiene esto?

Bueno, sin dudas tiene impacto en la inclusión financiera y social participativa. Una de las razones de ser fundamentales de Bitcoin es empoderar a las personas a tener un medio de pago y reserva de valor, para no tener que depender de la moneda controlada arbitrariamente por una autoridad gubernamental central que, por la condición humana de quienes la controlan, suele estar viciada de intereses personales, políticos, etc.. A su vez, existe un problema mucho más grave y de índole económico, que es la inflación y la pérdida de valor real de la moneda, lo que genera un empobrecimiento gradual de los ciudadanos. Bitcoin está diseñada para ser transnacional, sin limitación de fronteras, seguro, y, sobre todo, con una dinamica deflacionaria. Una vez que exista adopción masiva, cualquiera va a poder adquirir Bitcoin, pagar con Bitcoin en cualquier lugar del mundo y transferir Bitcoin a otras personas de manera rápida y económica. Pero, sobre todo, una vez que adquiera mayor madurez, Bitcoin va a servir como reserva de valor frente a las inflacionarias monedas “de curso legal” que son impuestas por los gobiernos. En ese contexto entran los cajeros automáticos que ya instaló la empresa Athena para comprar y vender Bitcoin en Buenos Aires.

También es una tecnología que está teniendo impacto en el financiamiento colectivo, o “crowdfunding”, ya que permite a pequeños ahorristas convertirse en dueños de activos como inmuebles, jugadores de fútbol u otros negocios en los que antes no podían participar porque no tenían el capital mínimo que los dueños de estos proyectos requerían para las inversiones. Está ocurriendo ya en varios clubes de fútbol del mundo, por ejemplo, como el Paris St. Germain de Francia, donde se otorga a los contribuyentes derecho a voto y participación en ciertas decisiones del club. Por eso otro gran impacto que trae blockchain es el concepto del consenso en estas instituciones para la toma de decisiones

¿Puede ser blockchain la solución a la burocracia y brindar transparencia a los registros públicos?

Si los registros públicos como el de la propiedad inmueble, automotor, registro de las personas, registro sanitario, etc., pasasen a utilizar una blockchain abierta y pública, los trámites pasarían a ser mucho más rápidos y menos costosos, y la información se conservaría de manera más segura. Esto, a su vez, haría prescindibles las grandes estructuras de personal que hoy son guardianes del proceso y de la información de estos registros públicos. Implicaría terminar con cierta corrupción en los procesos, ya que el hecho de que un trámite se lleve a cabo en tiempo y forma no dependerá de una persona con poder.

Además, para documentar y registrar la venta de inmuebles o automotores, no se va a necesitar llamar a intermediarios, como por ejemplo escribanos, para que certifiquen la veracidad de la transacción y de la personería de las partes. Ahora confiamos en el propio sistema, que es seguro per se porque es abierto y estamos todos garantizando su seguridad participando en el mismo. Por lo tanto, la prescindencia del intermediario nos ha abaratado el costo de la transacción al menos en un 2% del valor del inmueble. Además, al no depender de las inmobiliarias para brindar confianza, se puede ahorrar entre un 3 y 5% extra del valor de la propiedad.

Y al no haber intermediarios, también se ahorraría tiempo…

Claro, la transacción puede llevar cuestión de segundos en ser procesada, con lo cual no hace falta ni explicar que nos ahorramos por lo menos 15 días de coordinar reuniones, procesos de registro y espera hasta que la transacción figure en el registro público.

Todo eso sin contar casos en los que el ahorro de tiempo es vital, como el de las historias clínicas. Con blockchain se pueden almacenar de manera segura por cualquier entidad pública o privada, siempre con el consentimiento de la persona, por lo que en caso de cualquier necesidad, los médicos pueden leer la historia clínica de la persona en el momento. Eso ahorra tiempos de espera y, consecuentemente, riesgos para la salud en casos de urgencia.

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