LEGISLATURA

Más punitivismo: se aprobaron los cambios al Código Contravencional para prohibir a trapitos y limpiavidrios

En medio de una sesión maratónica y la última ordinaria del año, el macrismo porteño logró dar curso al nuevo código, comparado desde la oposición con los viejos edictos policiales. Prohibición de cuidacoches y limpiavidrios, y una supuesta perspectiva de género que voces feministas advirtieron que no es tal. En la votación particular, divisiones en el bloque Vamos Juntos.



La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó este jueves las modificaciones impulsadas por el Ejecutivo porteño al Código Contravencional de la Ciudad. En medio de una sesión maratónica, signada por el reclamo de los vecinos y vecinas de la Villa 31 contra la subasta de las tierras de su barrio, el oficialismo logró dar curso al proyecto impulsado por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, pese al rechazo de organizaciones sociales, artísticas y de la economía social. En la votación en particular artículo por artículo, el Bloque Vamos Juntos se mostró dividido. 

El proyecto fue presentado desde el oficialismo como el primer código con perspectiva de género, algo cuestionado y repudiado desde la oposición y distintos sectores del movimiento feminista. También fue fuertemente criticado desde la oposición el carácter “punitivista” del nuevo código, que apunta especialmente a la prohibición y control de la actividad de cuidacoches y limpiavidrios. Desde distintos espacios se relacionó este proyecto con el “contexto Bullrich”, en relación a la legitimación de la llamada Doctrina Chocobar a nivel nacional.

Había gran expectativa sobre los votos de los lilitos, luego de que trascendiera en las últimas semanas que no acompañarían el proyecto. Finalmente, votaron a favor en general pero lo hicieron en contra en la votación particular, donde se pronunciaron en contra de la penalización de los trapitos. Evolución también votó a favor en general, pero con cuestionamientos en particular.

Las diferencias por casos puntuales y los distintos pedidos de modificación hicieron que se votara artículo por artículo, con legisladores pidiendo la lectura de cada punto ante la confusión entre las distintas versiones del proyecto.

Tras la votación punto por punto, se trató la propuesta de Leandro Halperín –de Evolución-, cuya incorporación fue planteada por ese espacio para acompañar el proyecto en general. Consiguió así la incorporación de la figura del "estado de necesidad justificante como causal de inimputabilidad" al Código, un planteo novedoso para el sistema jurídico argentino que podrá aplicarse en cualquiera de las contravenciones. A partir de esta aprobación, quedó completamente aprobada la ley. 

El debate en el recinto

El legislador macrista Daniel Presti, presidente de la Comisión de Justicia, abrió el debate resaltando que la propuesta plantea tres grandes ejes: el uso y cuidados del espacio público, la incorporación de nuevas figuras contravencionales y modificaciones a las normas que forman el código. Señaló, además, que la perspectiva de género estuvo integrada como eje troncal que atravesó todos los temas.

“Los artistas callejeros no van a estar incluidos en estas conductas. Las murgas también están exceptuadas cuando tengan una autorización de la administración pública”, aclaró, y dijo que en relación al os cuidacoches “hemos tomado el proyecto de Roy Cortina. Es para destacar sus modificaciones”.

El legislador del FIT Gabriel Solano planteó que “es un error pretender superar la violencia de género dándole capacidad represiva al Estado. Está claro que la política criminal de este código apunta en un sentido de represión y de montar en la ciudad de Buenos Aires un Estado policial”, advirtió. En el mismo sentido se pronunció la legisladora del FIT Myriam Bregman: “No en nuestro nombre (…) Algunas de nosotras luchamos por terminan con este sistema capitalista que amplifica el patriarcado -porque se va a caer, lo vamos a tirar-. ¿Y saben lo que pasa cuando salimos a la calle? Nos aplican el Código Contravencional. Cuando las mujeres salimos a la calle nos persiguen. No queremos que voten en nuestro nombre este código”.

“En el intento de terminar con la inseguridad vamos a generar nuevos problemas sociales. Hay que superar esta situación desde una perspectiva humanista. No podemos legitimar el uso de la violencia después de 35 años de democracia. No estamos debatiendo solamente un Código Contravencional, estamos discutiendo la democracia de nuestros hijos”, resaltó Leandro Santoro, de Unidad Ciudadana, tras analizar las modificaciones al código porteño en el marco de las políticas nacionales de Patricia Bullrich y las indicaciones de Jaime Durán Barba en materia electoral.

“La coalición de gobierno va a sancionar una de las medidas más regresivas desde los edictos policiales. Los y las pobres. Artistas callejeros. Cuerpos no hegemónicos representan un peligro para ustedes. Quieren legitimar un orden social desigual y discriminatorio”, criticó Andrea Conde, también desde Unidad Ciudadana.

“Revisen un poquito la historia. Hoy acá enfrente está la Marcha de la Resistencia. Es muy peligroso lo que están haciendo”, pidió Victoria Montenegro, de UC. Y remató: “¿Saben qué nos da seguridad? Tener trabajo. Tener a los chicos en la escuela. Que en la escuela haya comida digna. Que los hospitales funcionan. Como mujeres, no alcanzan los cartelitos. No funciona así”.

María Rosa Muiños abrió anticipando que el Bloque Peronista también votaría en contra. “En líneas generales este expediente no se corrió nunca de su espíritu. Entendemos que busca dar señales a las fuerzas de seguridad de dar mayor marco de acción en el espacio público, en consonancia con las políticas de Bullrich”, planteó, remarcando que los cambios hechos durante la larga etapa de discusión y negociación no modificaron la esencia del proyecto original. 

Uno de los votos más esperados era el del socialista Roy Cortina, a partir de las negociaciones que hasta último momento intentaban sumarlo para la aprobación. Al comenzar su disertación, aclaró que no iba a acompañar la iniciativa en general pero sí “los tres artículos en relación a cuidacoches y limpiavidrios porque el 80% es casi textual al proyecto que presentamos en la Legislatura hace tres años”.

Otro de los votos más aguardados fue el de Leandro Halperín, de Evolución. Su discurso comenzó remarcando la importancia de la prevención antes de la sanción por parte del Estado y argumentó que “la respuesta estatal más dura –la privación de la libertad- es el símbolo más palmario del fracaso del Estado. El proyecto inicial abusaba de este último recurso y volvía imposible cualquier acuerdo. Consideramos desde el bloque de Evolución que la respuesta era desproporcionada”. Pero remarcó luego que “este proyecto no es el mismo que se presentó hace unos meses” y pese a “algunos” desacuerdos, ya “no es el proyecto del Ejecutivo, sino el fruto del trabajo de esta Legislatura”. Enumeró largamente las modificaciones realizadas y condicionó el acompañamiento a la incorporación de otras, planteando por caso que subsiste una diferencia en relación al artículo 8, sobre la connivencia policial. “Lo que hoy esta Legislatura quiere declarar como contravención, el Código Penal lo llama delito. Llamamos a la reflexión”, planteó, y señaló desacuerdos también sobre los artículos 11 y 14.

Sergio Abrevaya, del GEN, optó por el rechazo al proyecto en general, pero sí acompañó artículos puntuales, incluso en relación con los “trapitos”, a partir de las modificaciones señaladas y pedidas por Halperín. Cuestionó los artículos referidos a “coacción directa” y “ruidos molestos”.

También había expectativa sobre la votación de los legisladores de la Coalición Cívica-ARI, a partir de trascendidos que indicaban que no acompañarían la iniciativa del oficialismo. A su turno, Maximiliano Ferraro dijo que sí acompañan el proyecto en general, a partir de las modificaciones incorporadas, pero planteó reparos en relación a limpiavidrios y cuidacoches. “No compartimos el castigo de la peligrosidad: se identifica a una persona como peligrosa por lo que es, no por lo que hace”, analizó. “La reforma aquí propuesta prohíbe el ofrecimiento del cuidacoche. No queremos una ‘solución’ que destruya los lazos sociales de solidaridad que se viven en algunas zonas, y menos aún que la condena sea la privación de la libertad”. Sí defendió la “lucha contra las mafias”, pero no contra quien individualmente para buscar su sustento pide una propina a voluntad para cuidar un auto.

COMENTARIOS