EN LA BOCA

“Madres en lucha”: sus hijos fueron víctimas de violencia policial y ellas pusieron en marcha un merendero

Ivonne Kukoc es la mamá de Juan Pablo, asesinado por la espalda por el policía Luis Chocobar. Carolina Vila es la mamá de Lucas Cabello, cuadripléjico por el gatillo fácil del oficial metropolitano Ricardo Ayala. Y Roxana Cainzos es la mamá de Nehuén Rodríguez, atropellado fatalmente por el agente Daniel Castagnasso, también de la Policía Metropolitana. Con sus reclamos de Justicia a cuestas, las tres se organizaron para dar una mano en el barrio.

por Luciana Rosende



Falta poco más de una hora para la apertura y ellas no pueden más de la ansiedad. Las tres combaten los nervios con cigarrillos, en la puerta del merendero que están a punto de inaugurar. Se las puede identificar fácilmente por sus remeras: llevan en el pecho la foto de sus hijos, víctimas de violencia policial e institucional. Ivonne Kukoc es la mamá de Juan Pablo, asesinado por la espalda por el policía Luis Chocobar. Carolina Vila es la mamá de Lucas Cabello, cuadripléjico por el gatillo fácil del oficial metropolitano Ricardo Ayala. Y Roxana Cainzos es la mamá de Nehuén Rodríguez, atropellado fatalmente por el agente Daniel Castagnasso, también de la Policía Metropolitana. En la tarde de este lunes, con sus reclamos de Justicia a cuestas, las tres inauguraron el merendero “Madres en lucha”, en el barrio de La Boca.

El merendero se gestó rápidamente. El primer encuentro entre las tres madres en lucha fue en la última marcha contra el gatillo fácil, el 27 de agosto pasado. Menos de un mes después, preparan una mesa con vasitos de colores, facturas y budines para recibir a los nenes y nenas de las escuelas de la zona. Aquella marcha había marcado un punto de inflexión. También lo fue la noticia de que Chocobar, procesado por el crimen de Juan Pablo Kukoc y felicitado por Mauricio Macri y Patricia Bullrich, había vuelto a trabajar como policía. Los otros dos agentes también están libres: Ayala pasó un tiempo preso, pero llegará al juicio en libertad; mientras que Castagnasso ya fue condenado, pero nunca quedó detenido.

“Mi iniciativa nació de verlas a ellas –Ivonne señala a Carolina y Roxana- Ver su tristeza. Verlas ahí. Eso es lo que más me llegó. Y esa marcha. Yo no pisaba la tierra, pensaba que habría 20 casos como el mío, no tenía idea. Cuando vi la cantidad de gente con casos de hacía dos semanas, un mes, 16 años, dije ‘dónde estoy, es terrible’. Ver esas madreas que gritaban desgarradamente es horrible”, dice la mamá de Juan Pablo Kukoc, en una charla con Nueva Ciudad. “Para mí también fue la primera marcha –cuenta Carolina- Fue impresionante ver eso. Aunque uno sabe que son muchos los casos, ver ahí tanta gente y tantos familiares… mamás, papás, hermanas. Porque una cosa así destruye a toda la familia”.

En ese primer encuentro, en plena marcha, surgió la necesidad de juntarse para hacer “algo”. Tres reuniones y una gran red de contactos en el barrio permitieron la puesta en marcha del merendero, en Palos y Pinzón. Instantes antes de la inauguración, vecinos y militantes llegan con donaciones: leche en polvo, tortas caseras, harina. Las madres en lucha hacen planes: “Yo puedo hacer tortillas, como las que salgo a vender”, dice Ivonne. “¡Tortas fritas!”, se entusiasma Roxana, justo cuando llega el aviso de que tres panaderías de los alrededores aportarán productos por la tarde. Enseguida las tres se organizan y deciden cuál le toca a cada una para pasar a retirar la comida.

“Tenemos muchas cosas pensadas para el después, como festejarles los cumpleaños a los chicos, hacer algún evento, ver si hay que ayudar a las familias con ropa, o si necesitan asesoramiento en lo jurídico tenemos un montón de teléfonos”, repasa Ivonne. Y Carolina completa: “Porque cuando nos pasó a nosotras, no sabíamos adónde ir. No hay un lugar ni una línea de violencia institucional. Entonces la ayuda que recibimos fue la del barrio, la de los vecinos, las agrupaciones. Y esto es un poco devolver esa ayuda que recibimos, poder darle una mano a alguna familia. Ojalá no pasaran más estos casos, pero al encontrarte en ese momento sin saber adónde ir, podemos ayudar en eso, informar. En ese momento no sabés para dónde ir”.

“También es para activar nosotras –reflexiona Ivonne- porque si nos quedamos en la casa mirando la foto de nuestros hijos… da más pena. Y sabemos que podemos lograr esto para las familias más necesitadas. Para muchos a veces es difícil tener una merienda en la casa, y con la ayuda de las organizaciones podemos dárselas”. Roxana define lo que las mueve: “Contra el ajuste y la yuta”.

Además de compartir la iniciativa del merendero, las tres madres resaltan que se acompañan y se acompañarán en la búsqueda de Justicia por sus hijos, así como en otros casos de violencia institucional y policial. “Si no hacemos un poco de ruido, alguna marcha o pintadas, es como que se queda todo encajonado. No sé si fue casual, pero hicimos el festival por Lucas en Plaza Irala y al poco tiempo tuvimos respuesta con la fecha del juicio. Es hacer un poco de ruido para que no quede ahí, para que la gente no se olvide de los casos”, remarca Carolina. También para visibilizar los casos, tras la inauguración el merendero se convirtió en el espacio para la presentación del libro "Juan Pablo por Ivonne", de Dani Zelko, un recorrido en verso por la historia del joven asesinado por Chocobar, a través del testimonio de su mamá.

@fotoD@Las tres mujeres coinciden en que el contexto socioeconómico se siente en el barrio. Por eso, el merendero. “Les van a dar un montón de dinero a las fuerzas represivas, sacándole a la salud, a la educación. Sabemos que esto viene para peor. Quizás la justicia no la consigamos en este momento, pero al menos tenemos la justicia social, el apoyo de los vecinos y organizaciones. Y vamos a seguir de pie, como hicieron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que siguen no sólo por sus hijos sino también por los que vienen”, dice Roxana, mientras los primeros chicos y chicas empiezan a llegar, con ganas de merendar.

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