COMUNAS 12

Quieren tapar los adoquines de la avenida Triunvirato en Villa Urquiza

El Gobierno porteño retiró los adoquines de Alberdi y los tapará en Triunvirato, pese a estar protegidos por ser parte del Patrimonio Cultural de la Ciudad.


El Gobierno de la Ciudad planea cubrir con asfalto la avenida Triunvirato en el barrio de Villa Urquiza. Ya arrancaron con las obras de nivelación, el argumento es que el adoquinado de esta avenida está cada vez más dañado por el tránsito creciente y la falta de mantenimiento.
 
La ley de protección de adoquines dice que hay que consultar a las Comunas respectivas sobre qué calles se quieren proteger patrimonialmente. Pero en la práctica, las Juntas Comunales que tienen mayoría oficialista, deciden sin consultar a los vecinos.
 
El adoquinado de la Ciudad está protegido por la Ley 4.806 del año 2013, por ser Patrimonio Cultural porteño. Se define como calles adoquinadas todas aquellas cuya superficie pavimentada no supere el cuarenta por ciento.
 
Asimismo, el artículo 27 de la Constitución de la Ciudad establece “la preservación y restauración del patrimonio natural, urbanístico y arquitectónico”; la Ley N° 1227 de protección del Patrimonio Cultural de la Ciudad; y específicamente, la Ley N° 65 que ofrece protección a “las vías circulatorias secundarias, adyacentes y/o circundantes a monumentos o lugares históricos de la Ciudad de Buenos Aires cuyo solado se encuentre actualmente ejecutado con empedrado o adoquinado”.
 
Pero en noviembre del año pasado, la Legislatura aprobó una modificación de la ley para permitir la remoción de aquellos que estén desgastados o destruidos y para autorizar el uso de los deteriorados y removidos en la producción de asfalto.
 
Algunos tramos de Triunvirato ya están asfaltados: el que va desde Monroe hasta Parque Sarmiento, y el que se abrió este año entre Elcano y Lacroze. El resto, es puro adoquín con intermitencias de asfalto, algunas en forma de parches. Esta avenida quedó fuera de la lista de calles adoquinadas protegidas por ley desde 2013.
 
Tras las obras del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, los adoquines serán cubiertos por asfalto en el tramo entre Monroe y Elcano. Para eso, ya comenzaron los trabajos de nivelación de las calles en las zonas donde están las tapas de sumideros y las bocas de ventilación del subte B. El proceso no es sencillo: por allí circulan una decena de líneas de colectivo y, en algunos tramos, tránsito pesado.
 
“La ley de protección de adoquines decía que había que consultar a las Comunas respectivas qué calles querían que se protegieran patrimonialmente. Pero en la práctica, cada mayoría oficialista decidió en las comunas sin consultar a los vecinos”, sostiene a Clarín el arquitecto Carlos Blanco, de la organización Basta de Demoler. “Al asfaltar encima, la avenida entierra su historia. También pierde capacidad para absorber el agua de lluvia y hasta para controlar indirectamente el tránsito. Con el asfalto, los autos y colectivos van a ir más rápido”.
 
Daniel Prieto, presidente de la Cámara de Cafés y Bares de la Ciudad, opina a Clarín que “Triunvirato se va a convertir en una autopista. Al asfaltar, se pierde el efecto de paseo que tiene la avenida: el adoquín hace que los autos bajen la velocidad y se puedan ver mejor los locales, además de que los peatones caminan más cómodos”. Prieto tiene un restaurante en Mendoza y Avalos, a una cuadra de Triunvirato.
 
En junio se asfaltó otra avenida adoquinada sin protección histórica: Juan Bautista Alberdi, desde San Pedrito hasta la autopista Perito Moreno. Era un reclamo de larga data de los vecinos de la zona, que incluso fue presentado como sugerencia en el programa BA Elige. El motivo: el mal estado del empedrado arruinaba autos y bicis.
 
Según cifras oficiales, en la Ciudad hay 3.700 cuadras de adoquines, que “son muy difíciles de mantener cuando tienen mucho tránsito”, resalta el Gobierno porteño. La mayoría de las cuadras -unas 21.000- son en cambio de asfalto, al que se le hace mantenimiento cada cuatro, seis u ocho años, de acuerdo al tránsito. Hay además 4.000 cuadras de hormigón, que duran unos 20 años y casi no requieren tareas de conservación.
 
En las calles que cuentan con protección, en cambio, no se asfalta: el Gobierno de la Ciudad debe encargarse de las tareas de mantenimiento del granito, que son manuales.
 
Las calles empedradas están consideradas Patrimonio Cultural de la Ciudad desde que fue aprobada la ley, en noviembre de 2013. Ocho meses antes, el Gobierno porteño, entonces a cargo de Mauricio Macri, empezó a levantar los adoquines de la cuadra de Carlos Calvo entre Paseo Colón y Balcarce, y de la de Balcarce entre Pasaje Giuffra y Estados Unidos, ambas en San Telmo, en pleno Casco Histórico.
 
La explicación fue que se iban a reinstalar, aunque dejando bandas laterales de otro material para mejorar el escurrimiento. Pero un amparo judicial frenó la obra, y así las calles quedaron inutilizables durante un año. En abril de 2014, y luego de más de un año de litigio, la Justicia destrabó la obra para reparar los adoquines en esas dos cuadras, pero porque la Ciudad aceptó repararlas con su diseño original.
 
Un año después de la aprobación de la ley, se quisieron reemplazar los adoquines por hormigón y asfalto sobre la avenida Juramento entre las vías del Mitre y la avenida Cabildo, en Belgrano. El motivo invocado: el deterioro de la calzada. Pero una ONG presentó un recurso de amparo porque decía que la obra era ilegal. Finalmente, aunque la Justicia entendió que los adoquines de esta avenida no estaban amparados por la norma, ordenó a la Ciudad preservar los que se quitaran.
 
En enero de este año se modificó la norma: las zonas protegidas se mantienen, pero se habilitó la remoción de los adoquines desgastados o dañados y su uso para otros fines.


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