FALTA DE PRESUPUESTO

El Teatro Alvear está cerrado hace cuatro años y no hay planes para reabrirlo

Es la segunda sala en importancia del Complejo Teatral de Buenos Aires. El Gobierno porteño reconoce que no tiene presupuesto asignado para este año. La comunidad cultural volvió a alertar sobre la situación de la sala.


El Teatro Presidente Alvear está cerrado desde mayo de 2014. Aparentemente no puede funcionar por sus malas condiciones edilicias, entre las deficiencias se encuentra el sistema contra incendios y la instalación eléctrica que nunca se adaptaron a las mínimas normas de seguridad. El teatro continúa cerrado y ya se incumplieron tres promesas de reapertura.
 
Ayer martes, durante la madrugada, ocurrió un incendio en el frente del edificio. Sucede que la marquesina, en estas noches frías, sirve de cobijo para familias en situación de calle. Según los Bomberos, el fuego se produjo entre los colchones de las personas que duermen allí. Y aunque no hubo víctimas, la fachada del histórico teatro sumó un daño más, informa Clarín.
 
El Alvear forma parte del Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), que depende del Ministerio de Cultura porteño. El Complejo agrupa, desde diciembre de 2015, a otros cuatro teatros públicos: el San Martín, De la Ribera, Regio y Sarmiento.
 
El Alvear es la segunda sala más grande, después del San Martín. Fue inaugurado en abril de 1942 y su importancia está vinculada a una infraestructura única, no tan usual en otras salas: posee sus propios talleres de escenografía, luminotecnia, sonido y sastrería; tiene un escenario amplio (22 m de ancho, 25 de alto y 8 metros de profundidad) y una embocadura de 12 metros, además de foso para orquestas. Era, además, la histórica casa de la Orquesta de Tango de Buenos Aires. La última obra que se presentó allí fue "Mireya", de Pepito Cibrian y Ángel Mahler.
 
La reapertura tuvo tres fechas prometidas pero frustradas: fines de 2014, mayo de 2016 y fines de 2017. Lo curioso de la situación es que mientras el Alvear sufre este abandono, el Gobierno porteño está llevando a cabo un importante proyecto que pretende revalorizar la avenida Corrientes y favorecer al circuito teatral y gastronómico.
 
Una vez finalizadas esas obras, se estima que ocurrirá a mediados de 2019, la avenida Corrientes estará dividida en dos: sobre el lado derecho circulará el transporte público -taxis y colectivos- y por el izquierdo, autos particulares. Y entre las 19.30 y las 2 horas, el lado izquierdo se transformará en peatonal.
 
La idea es dotar a Buenos Aires de un paseo al estilo del Time Square. Nuestra ciudad es la tercera en importancia a nivel teatral, ya que su oferta de espectáculos es superada solo por New York y Londres. El proyecto para la avenida implica una fuerte inversión por parte del Ministerio de Ambiente y Espacio Público: 41,8 millones de pesos (en la primera etapa, entre Pellegrini y Florida) y otros 185 millones (la segunda (entre Cerrito y Callao).
 
Desde el Ministerio de Cultura porteño explicaron a Clarín que la puesta en valor del teatro "es una prioridad", sin embargo, no pudieron precisar cuándo comenzarán a trabajar. "No existe un presupuesto destinado al teatro durante este año. Coincidimos en que el estado en que se encuentra el teatro no se condice con lo que se busca para la avenida, pero aseguramos que es una prioridad".
 
Lo cierto es que el Alvear cerró el 24 de mayo de 2014 como producto de una crisis generalizada del Complejo Teatral de Buenos Aires, que inició su proceso de vaciamiento bajo la gestión de Hernán Lombardi como Ministro de Cultura porteño. Desde el inicio del proyecto, su reparación y “puesta en valor” está a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, en principio a través de la empresa Vidogar Construcciones, a la que se le adjudicó una primera licitación de 26,5 millones de pesos. En 2015, sin que hubiera empezado la obra, la gestión de Macri reconoció una redeterminación de precios y sumó 4 millones adicionales. El año pasado y este, el Ministerio de Cultura recibió respectivamente partidas de 50 y 35 millones para “obras de refacción” en el Alvear, de las cuales nunca se ejecutó un solo peso.
 
Frente a los hechos ocurridos ayer, la reacción de la comunidad cultural fue inmediata, lo mismo que la de la oposición en la Legislatura porteña, con repudios y medidas concretas para que el oficialismo dé alguna explicación.
 
La comunidad cultural se organizó para repudiar “el fuego de la desidia”. “¿Puede pensarse este incendio como una metáfora de la situación que estamos viviendo, no solo a nivel cultural, sino a nivel país?”, se preguntaron en un comunicado los y las artistas del proyecto sociocultural y cooperativo Archibrazo, que manifestaron que ahora está “la oportunidad de dar vuelta esta página con una victoria”, en relación a la actitud que tomará el oficialismo después de este hecho. Por su parte, la Asamblea de Trabajadorxs de la Cultura sentenció en otro documento que “lo que se está incendiando con el Alvear es un modelo político, representando el fin de un ciclo que ya no puede apagar el incendio del proyecto global de gestión”.
 
La legisladora Andrea Conde dijo a Página 12 que en la sesión de mañana jueves presentará un pedido de informes para que se trate en la Comisión de Cultura que ella integra. “Durante estos años indagamos sobre la ejecución de las obras, sobre el presupuesto destinado, sobre los plazos, sobre las irregularidades, pero desde el Ejecutivo evaden responder. Así de peligroso es el nivel de oscurantismo con que se maneja la Cultura en la Ciudad”.
 
En esa línea se pronunció su compañero del bloque de Unidad Ciudadana, el legislador Mariano Recalde, quien también pidió informes y sentenció que “el Teatro Alvear se incendió porque el gobierno de Rodríguez Larreta lo tiene abandonado hace más de cuatro años” y que “en lugar de preservarlos y hacerlos crecer, el oficialismo deja que esos bienes se deterioren para luego justificar su venta.”
 
Hace poco, el Jefe de Gobierno envió a la Legislatura un proyecto para vender, entre otros 51 inmuebles de la Ciudad, los pisos de arriba del teatro donde están ubicadas sus oficinas administrativas. Si bien el proyecto todavía no tiene dictamen (por ahora sólo está siendo evaluado por la Comisión de Presupuesto), la sola intención supone el desinterés del Gobierno porteño en recuperar el teatro en su máximo esplendor.
 


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