CIUDAD

Vacía y sin micros: así está la estación Dellepiane, una obra del PRO y Néstor Otero

La terminal se inauguró en 2017 y está prácticamente abandonada. Pertenece a una empresa relacionada con el actual operador de Retiro, Néstor Otero, a quien hoy Bonadío pidió su detención por la causa de Centeno. La obra fue una iniciativa que el empresario le presentó al entonces jefe de Gobierno, Mauricio Macri.


Ubicada entre las autopistas Dellepiane y Perito Moreno, en Villa Soldati, la terminal que se inauguró en 2017 y que está completamente abandonada pertenece a Terminales Terrestres Argentina S.A (TTA), una empresa relacionada con el actual operador de Retiro, Néstor Otero, a quien este martes el juez federal Claudio Bonadío pidió su detención en el marco de la causa que investiga los cuadernos de Centeno. 

Se trata de 48 dársenas que esperan por micros que nunca llegan sobre terrenos que pertenecen a la Ciudad y que fueron cedidos por 18 años para su explotación a través de la Ley 4924 sancionada por la Legislatura a TTA. La estación se inauguró tras dos años de obra y luego de una cuantiosa inversión de más de US$ 30 millones

En su apertura estuvieron presentes los por entonces secretario de Desarrollo Urbano y Transporte, Juan José Méndez, el exministro de Modernización, Innovación y Tecnología, Andrés Freire, y autoridades de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT).  Se pensó como una alternativa a la tradicional estación de Retiro con presuntas salidas de servicios a Bariloche, Misiones y Rosario que jamás se realizaron.

En rigor, la obra fue el impulsada por el Gobierno porteño para descentralizar el ingreso y egreso de micros de media y larga distancia a la Ciudad de Buenos Aires. Fue una iniciativa que Otero le presentó al entonces jefe de Gobierno, Mauricio Macri, en 2012, y dos años después la Legislatura lo aprobó. El emprendimiento, desarrollado por la empresa TTA, estuvo marcado por la polémica desde el principio con las compañías de transporte que se negaban a instalarse allí. 

El año pasado, el por entonces gerente de la terminal, Agustin Foti, explicaba: “En junio de 2016, un decreto presidencial modificó la norma que establecía a Retiro como única terminal habilitada de la Ciudad, y habilitó Dellepiane. De acuerdo a ese decreto, el 35 por ciento de las operaciones de Retiro debían pasar a la nueva terminal, pudiendo llegar hasta el 50 por ciento en casos excepcionales. Ese flujo lo tiene que administrar semestralmente la CNRT, indicando cuáles servicios deberían ir a cada terminal. Sin embargo, pasó el tiempo y esto no se cumplió”.  

En este marco, en abril de este año la CNRT emitió una disposición que determinó que a Dellepiane vaya solamente el 1% del total de movimiento de micros de larga distancia que pasan por la Ciudad. Si se tiene en cuenta que en temporada baja sólo por Retiro pasan aproximadamente 1.000 micros por jornada, a Dellepiane irían 10 micros por día.  

Desde la Secretaría de Transporte porteña argumentaron que el emprendimiento “era privado” y el Gobierno no intercedía en las tratativas. “El privado es quien debe seducir a las empresas para que operen desde la terminal, es él el que tiene que encargarse de que funcione. Y no es desinterés del Gobierno”, detalló una vocera a los medios.

Hace meses, desde el Ministerio de Transporte aseguraron a Clarín que “la norma lo que establece es un porcentaje mínimo de servicios semanales que deberán operar en Dellepiane. Para nada es un techo, todo lo contrario. Es para motorizar que salgan servicios desde ahí. El objetivo es que en diciembre de 2018 operan en Dellepiane un 2% de los servicios que salen de terminales en la Ciudad. En números absolutos son 108 servicios semanales. Aunque siempre todo queda atado a lo que decidan las empresas”.    

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