BOLICHES, FIESTAS ELECTRÓNICAS Y CONTROLES

El show debe continuar: La noche porteña bajo la lupa

La tragedia de Costa Salguero puso de manifiesto los problemas que siguen existiendo en la noche de Buenos Aires. Empresarios inescrupulosos, controles insuficientes y normativas laxas donde pagan siempre los mismos: los jóvenes.

Werner Pertot
El show debe continuar: viaje al fondo de la noche porteña

Cada vez que hay una tragedia, se repite la secuencia: hay un cambio en las leyes, recrudecen los controles sobre los boliches, bares y centros culturales, y el negocio de la noche se adapta y sigue bajando costos a cambio de vidas. Los cinco jóvenes muertos en la fiesta electrónica Time Warp que se hizo en el Complejo Costa Salguero no son los primeros: Nueva Ciudad pudo rastrear, al menos, 18 chicos muertos en fiestas o en boliches en los últimos cuatro años. ¿Fallaron los controles del Gobierno de la Ciudad? ¿Son suficientes 80 inspectores para controlar cerca de 10 mil establecimientos? En la Agencia Gubernamental de Control (AGC) señalan que la responsabilidad es compartida con las fiscalías porteñas, que no imponen sanciones más duras a quienes violan las clausuras.

Un funcionario de la AGC, no obstante, fue separado del cargo y sumariado cuando lo denunciaron por un incremento de su patrimonio personal. Era el que tenía que controlar las fiestas electrónicas y estuvo en Time Warp la noche en que murieron los chicos. Al área que controla los boliches, en tanto, la rozó un fallo del juez Andrés Gallardo, que mostró en un plazo breve que había cuatro boliches sin habilitación en funciones. Mientras tanto, en la Legislatura ya hay dos proyectos de ley del PRO y del Frente para la Victoria para introducir cambios en las normas actuales.

Los cambios en las normas después de la tragedia son recurrentes, casi cíclicos. Lo hizo Aníbal Ibarra después de Cromañón, cuando dictó el DNU 1/2005. Lo hizo Mauricio Macri con otro DNU (2/2010), inmediatamente después del derrumbe en Beara. Lo está haciendo Horacio Rodríguez Larreta ahora, después de Costa Salguero. El DNU de Ibarra endureció los controles para los locales bailables clase “C” (comúnmente conocidos como “boliches”), creó un registro público al que se debían inscribir anualmente y los obligó a presentar certificados de que el lugar estuviera en condiciones. Hoy hay 147 inscriptos. En la AGC señalan que a los que están inscriptos en ese registro actualmente se los controla una vez por mes. El problema, indican los inspectores, son los que no están en ese registro.

El show debe continuar: Juez Andrés Gallardo


Después del derrumbe de Beara –que no estaba habilitado como boliche- Macri dictó otro DNU en noviembre de 2010, en el que creó un Registro Público de Bares. Una medida en espejo con la que se había tomado después de Cromañón. Volvió a endurecer los controles. Pero el negocio de la noche parece escaparse como el agua entre los dedos, a partir de complicidades que investiga el Poder Judicial en los tres casos: Cromañón (ya con condenas), Beara (con funcionarios procesados) y Costa Salguero.

¿Cómo es el sistema de controles? La AGC planifica y controla todos los fines de semana a boliches, bares y fiestas masivas. Los mecanismos son diferentes para los boliches y para las fiestas. Los boliches y bares están inscriptos en sus respectivos registros y tienen inspecciones periódicas. Deben pedir permiso cuando hacen shows en vivos, pero no para su actividad habitual. Los controla la Gerencia de Nocturnidad, a cargo del arquitecto Ernesto Reyna Morgan. “Inspeccionamos lugares que pueden llegar a tener 4000/5000 personas hasta kioscos. Son todas actividades nocturnas. El kiosco, el bar, los clubes, los restoranes, los prostíbulos, todo lo que funcione a la noche”, indica el funcionario. Tienen prioridad los que son transgresores recurrentes de las normas, para lo que hay un listado que se modifica semana a semana. En su última versión, tenía 67 lugares. La cantidad de personas que asiste a los boliches varía: hay más al comienzo del mes, cuando tienen más plata; se intensifica en la segunda mitad del año. Los días a controlar son jueves, viernes y sábado.

-¿Cuántos establecimientos tienen que controlar?
-El universo, si bien es impreciso, está más cerca de los 10 mil –indicó Reyna Morgan.
-¿Cuántos inspectores tienen?
-La gerencia de actividad Nocturna tiene aproximadamente 80 inspectores.
-¿Alcanza con 80 inspectores para controlar un universo de 10 mil establecimientos?
-Lo que te diría es que estamos mucho mejor que hace un año.
-¿Hace un año cuántos eran? -Hace un año teníamos cuarenta inspectores, más o menos.

En la AGC, señalan que además de los inspectores hay 136 controladores. Y advierten que las fiscalías no toman un rol activo. Como ejemplo, toman el boliche Acqua Diva. “Lo clausuramos por desvirtuación de rubro. A las 3 de la mañana la policía da aviso al fiscal por violación de la clausura. Va el fiscal y secuestran la consola y la caja registradora. A las 8 ya habían violado la clausura de nuevo”, indicaron.  

El show debe continuar: Ernesto Reyna, Gerente de Nocturnidad de la AGC


La gerencia de Nocturnidad trabaja, entre otras cosas, con denuncias de la ONG Familias por la Vida, que conduce Nilda Gómez, familiar de una víctima del incendio en Cromañón.  “Nosotros estamos preocupados porque no se pueden frenar estas situaciones. Después de Cromañón, pasó Beara y ahora pasó Salguero. Las 194 muertes no fueron suficientes para ordenar todo lo que tiene que ver con Habilitaciones y Controles. Beara pasó en un momento en el que no atendieron los reclamos sobre las fiestas privadas. Y Costa Salguero pasó cuando teníamos un trabajo muy serio a partir de un convenio con el Gobierno de la Ciudad”, sostiene Gómez, quien destacó: “Repudiamos que se siga con esta lógica Cromañón de los empresarios”.

Las fiestas masivas, como las de Time Warp, están controladas por la Dirección de Eventos Masivos, cuyo director Claudio Iacobaccio acaba de ser separado preventivamente del cargo y se le inició un sumario administrativo. Iacobaccio estuvo presente en la fiesta de Time Warp. En la AGC, indicaron que fue a supervisar a los tres inspectores de Eventos Masivos que estaban allí. Iacobaccio fue denunciado por el legislador Gustavo Vera por un incremento en su patrimonio, que pasó de 128 mil pesos a 8 millones en cuatro años. A raíz de esto, el auditor de la Coalición Cívica Facundo del Gaiso presentó una denuncia penal por enriquecimiento ilícito.  "Le pedimos al juez Sebastián Casanello pusiera la mira en la estructura de corrupción que conforma el control comunal y señalamos que tras la tragedia de Cromañón esa estructura no se purificó ni se modificó sino que se perfeccionó. Se creó la Agencia de Control Comunal para erigir un vallado institucional que separe al jefe de Gobierno de la ciudad de la responsabilidad de hechos como Cromañón”, indicó Vera.  "No sólo pasó en Costa Salguero. Desde hace años que la AGC está relacionada con denuncias de corrupción. Los controles en los locales bailables no se están haciendo como corresponde. Esto es inadmisible después de diez años de la tragedia más grande que sufrió la Ciudad en Cromañon", sostuvo el diputado Juan Cabandié.

Para José Iglesias, padre de una víctima del incendio de Cromañón y codenunciante con Vera, hay una diferencia central entre Nocturnidad y Eventos Masivos.  “Los locales de baile han dejado de ser económicamente rentables para los recitales. Toda la actividad se desplazó. O sea, la noche, cuando se prohíbe algo, se mueve a otra cosa más batata. Se crearon las fiestas privadas. Entonces, la AGC de dividió en dos sectores: Nocturnidad y Eventos Masivos. El grueso de los problemas está en Eventos Masivos, que son los que concentran más público, más ingresos y entonces hay que buscar hacer todo eso con los menores costos posibles”. Sobre la responsabilidad del Gobierno porteño, indicó: “Hay que avanzar un poco más arriba. Creo que acá el jefe de Gobierno tiene que ver. Tiene que ver Rodríguez Larreta tanto como tuvo que ver Ibarra. La única diferencia son 189 muertos. Porque los cinco están. Uno basta”.

El show debe continuar: Enrique Iglesias, padre de Cromañon


 

COMENTARIOS