Continúan las gestiones del gobierno para trasladar manteros a un galpón en Once

El galpón es grande, luminoso y protegido de las inclemencias del tiempo. Además, cuenta con baños habilitados y los puestos están bien armados. Pero, a pesar de que está a un par de cuadras del corazón comercial de Once, aún no se ven clientes en la feria adonde el Gobierno porteño pretende mudar a los manteros desalojados de la avenida Avellaneda. Aunque todos los espacios ya fueron asignados, apenas hay entre 30 y 50 funcionando.

Los puesteros se quejan porque casi no vendieron hasta ayer, que se concretaron las tres primeras transacciones. El galpón está ubicado en la calle Perón entre Ecuador y Jean Jaures, en el barrio de Balvanera y a una cuadra de la plaza Julio César Fumarola. Está en un predio del ferrocarril, que antes era un estacionamiento de la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado (Sofse). Esta entidad le traspasó el predio a la Ciudad, que lo utilizó para armar la feria.

En el interior del edificio hay 80 puestos que, según el Gobierno de la Ciudad, ya fueron adjudicados en su totalidad a manteros a los que ya no dejan instalarse en la avenida Avellaneda. Los requisitos para tener un puesto en la feria son presentar un documento de identidad y un informe de antecedentes penales, pagar el Monotributo y exhibir las facturas que acreditan el origen legal de la mercadería. En la parte exterior hay espacio para entre 160 y 200 puestos más. Algunos ya fueron asignados, aunque aún no están ocupados. Otros siguen disponibles.

Este miércoles, una decena de vendedores africanos se agolpaba frente a las rejas cerradas del predio para pedir que les den uno de esos espacios. Sin embargo, los empleados municipales los derivaban para que hicieran la gestión en Huergo 949, donde funciona la Dirección General de Ferias y Mercados. La feria abrió oficialmente el miércoles y funciona de lunes a viernes de 9 a 18 y los sábados de 9 a 14. Pero entre la poca publicidad y el hecho de que las puertas del predio están cerradas, y sólo se abren cuando alguien se acerca y dice que quiere conocer la feria, no se ven clientes.