ACARREO

Las grúas se llevan 430 autos por día

La Secretaría de Transporte porteña informó que el promedio de remolques durante 2015 fue de 13.000 autos por mes, un 44% más que hace dos años.


Según las cifras de la Secretaría de Transporte del Gobierno de la Ciudad, las grúas acarrearon 13.000 vehículos por mes durante 2015, a razón de 430 por día, un 44% más que hace dos años.
 
La semana pasada uno de esos remolques terminó mal. El dueño de una camioneta fue a buscarla a la playa que la empresa SEC opera en el barrio de Constitución, y discutió a los gritos con los empleados. Cuando quiso llevarse el vehículo sin pagar, le bajaron la barrera y él estalló: estuvo casi un día detenido por destrozar los vidrios de una cabina. El caso parece salido de la película “Relatos salvajes”.
 
Las empresas a cargo del servicio de acarreo, BRD-SEC y Dakota-STO, tienen los contratos vencidos desde 2001. Y el proceso licitatorio para volver a concesionar ese servicio y el de estacionamiento medido está frenado por la Justicia. Pero todavía con sus contratos vencidos, BRD y STO cada vez levantan más autos. En el 2013, el promedio era de 9.000 por mes, un 44 por ciento menos que en la actualidad.
 
Según publicó Clarín, por cada vehículo que se llevan las empresas, reciben $580 de acarreo, es decir que entre ambas recaudan unos $ 9.860 cada hora. Eso se suma a los $4 que cobran por hora en los 4.000 puestos de estacionamiento medido que hay en la Ciudad. Aun así, cada empresa paga un canon de apenas $30.000 por mes al Gobierno de la Ciudad.
 
Los vecinos se quejan por el maltrato a los autos durante el acarreo y porque aseguran que las grúas salen de cacería. Y cada tanto, alguno estalla. Eso fue lo que ocurrió el jueves pasado. Según la Secretaría de Transporte, que tiene bajo su cargo a los agentes de tránsito, fue acarreado un vehículo de la Av. San Juan al 1100, sobre el cordón izquierdo, que además estaba pintado de amarillo.
 
El vehículo, una camioneta Kangoo blanca, fue trasladado a la playa de la empresa SEC, en Juan de Garay y Bernardo Irigoyen. Cerca de las 18.30 hs, el dueño se presentó a retirarla y, según el Gobierno porteño, se negó a mostrar la documentación y a pagar los $ 580 del acarreo. Algunos testigos señalaron que, incluso, intentó llevarse el vehículo. Pero cuando los agentes de tránsito lo impidieron, los insultó a los gritos, tomó un fierro y rompió los vidrios de una garita de seguridad y el de una ventanilla de cobro.
 
Finalmente, intervinieron los efectivos de la Policía Metropolitana, que se lo llevaron detenido e incluso tuvieron que dar aviso al SAME, porque el hombre estaba muy alterado. Por otra parte, además del costo del acarreo, el agresor, un electricista de 43 años cuyo nombre no trascendió, deberá pagar $650 de multa por mal estacionamiento.
 
El episodio recuerda a la reacción de “Bombita”, el personaje de Ricardo Darín en el filme “Relatos Salvajes”. De igual modo se sienten muchas de las personas que se encuentran ante la misma situación. En 2009, la entonces jueza Rosa Parrilli tuvo una violenta reacción en el playón que funcionaba debajo del Obelisco, luego de que una grúa de SEC se llevara su auto de Rodríguez Peña al 400.
 
Otro recordado hecho fue protagonizado por Oscar Feito, el ex secretario de Medios durante la gestión de Jorge Telerman. En ese caso, el agredido fue él. Una grúa se llevó su auto de Cerviño y Salguero. Como Feito no tenía dinero para pagar el acarreo, fue a la playa ubicada junto a la Facultad de Derecho sólo para sacar algunas pertenencias del vehículo. Cuando se iba, cuatro empleados lo increparon por haber ingresado al lugar sin autorización y le pegaron.
 
La Justicia mantiene suspendida la licitación para volver a concesionar el estacionamiento medido y extender las grúas a la mitad de la Ciudad. Una vez que se implemente el sistema, habrá que pagar para estacionar en el 45% de las 24.437 cuadras porteñas, incluyendo las de los barrios, donde se sumarán 2.000 puestos de estacionamiento medido. Pero todo está parado por un conflicto surgido de la licitación para determinar qué tipo de tickeadoras se usarán y con qué software. Ese servicio ya fue adjudicado a una empresa, pero la competidora presentó un amparo y frenó todo.


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