- Opinion
- 08.12.2025
OPINIÓN
"La Ciudad ya tienen su propio servicio penitenciario", por Werner Pertot
Jorge Macri consiguió sumar cárceles propias, con lo que pronto tendrá lo que otros distritos tienen: denuncias por violaciones a los derechos humanos.
Quiero tener mi propio servicio penitenciario. Dijo nunca nadie. Mentira: sí lo dijo el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que además de la aprobación del Presupuesto 2026 con los votos del La Libertad Avanza, obtuvo la creación de un Servicio Penitenciario porteño. Con esto, busca poner fin a la eterna discusión por la fuga de presos de comisarías que empezó el
año pasado con Patricia Bullrich. Pero a su vez va a comenzar a recibir lo que ocurre con otros gobernantes que ya tenían sus cárceles: denuncias por violaciones sistemáticas de los derechos humanos en contextos de encierro. Era una cucarda que, hasta ahora, los jefes de Gobierno no tenían que colgarse.
¿Significa que había que dejar todo como estaba? Claro que no. Tener a los presos hacinados en cárceles o construir módulos tipo container para seguir alojándolos en las peores condiciones no era mejor. Pero tampoco lo es construir cárceles contrareloj.
Lo mejor hubiera sido poder armar un sistema carcelario que por primera vez respete las condiciones que establece la Constitución nacional y que estuvieran fuertemente ligado a instancias educativas y de reinserción, que es lo que logró ubicar el peronismo en la ley. Pero que tengo dudas de que ocurra realmente.
Esto se da después de que el 2024 fue una sucesión de fugas de comisarías, mientras Bullrich no quería entregar vacantes en las cárceles federales y eso forzó al descenlace actual. (Recordemos: en febrero, un fallo de la Justicia porteña ordenó al Servicio Penitenciario Federal (SPF) recibir a más de 400 presos condenados alojados en comisarías y alcaldías porteñas.
Así como la creación de la Policía Metropolitana, allá por las épocas de Mauricio Macri, fue una oportunidad desaprovechada de construir una policía democrática, esta creación de un Servicio Penitenciario, lamentablemente, parece ir en la misma dirección. En el caso de la Metropolitana hubo una ley de avanzada que hablaba de una “policía de proximidad” y una realidad, que se pareció más a La Federal II y que tuvo hechos bochornosos como la represión al Borda.
Aquí ocurre algo similar: la ley que se votó tiene elementos muy positivos, como la Agencia Penitenciaria y de Reintegración Social, un organismo civil, desconcentrado, especializado y auxiliar del Poder Judicial, que dependerá del Ministerio de Justicia porteño. En los hechos, tengo que dudar de cuanto va a funcionar (ojalá me equivoque). A la par de los clásicos penitenciarios, la idea es que haya agentes de reintregración social que trabajen en… eso mismo, darle un futuro al preso. Uno de los aspectos progresivos del proyecto es “la incorporación del Plan de Vida, que implica compromisos y objetivos acordados con los detenidos para facilitar su reinserción social, con acceso a educación, salud, capacitación laboral y acompañamiento interdisciplinario”.
La realidad se verá cuando concluyan las obras en Marcos Paz, que sería la primera cárcel porteña (paradójicamente, fuera de CABA) y se vea como empiezan a funcionar las cosas allí. En el Gobierno porteño dicen que la tendrán lista para marzo del año que viene con capacidad para 2.232 internos. Allí aseguran, se trasladará a los detenidos del Penal de Devoto (que cerraría sus puertas) y el Gobierno porteño tendría un espacio propio para su servicio penitenciario al que se destinaría también a algunos de los detenidos de las comisarías y alcaidías que actualmente sufren una sobrepoblación que aproximadamente duplica su capacidad declarada de alojamiento de presos.
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