"Te vendo el centro de salud mental", por Werner Pertot

Entre las 309 propiedades que el Gobierno nacional puso en venta está el terreno donde funciona hoy el Centro de Salud Mental Nº 1, en Nuñez. Un lugar que atiende hace décadas a la población que necesita asistencia psiquiátrica, psicológica o rehabilitación ante problemas neurológicos. El CESAM 1 depende del Gobierno de la Ciudad, pero están terrenos federales y sus trabajadoras y trabajadores están en pie de lucha para evitar que se cierre el lugar y que se les de garantías sobre su continuidad laboral. Ya hace años que los informes de la Auditoría General de la Ciudad advertían sobre el problema de que el centro estaba en terrenos que no son de la Ciudad.

Esto es así: el viernes 25 de octubre el Gobierno nacional sacó un decreto en el Boletín Oficial en el que abrió una suerte de gran barata de terrenos, a los que declara innecesarios para el Estado y miente que muchos de ellos son terrenos baldíos. En realidad, hay una buena cantidad de terrenos suculentos para la especulación inmobiliaria, como es el CESAM 1, justamente. La idea es rematar los terrenos, de forma tal que los amigos lo compren por un valor menor al de mercado.

El CESAM, para quien no lo conozca, existe desde 1968. Tiene más de mil pacientes por semana. La Ciudad lo tiene en un comodato con el Gobierno nacional, que ahora manifestó unilateralmente su decisión de vender el terreno.

La primera duda es que va a pasar con los 110 trabajadores y trabajadoras, profesionales de planta, concurrentes, residentes y administrativos que acuden a diario al hospital. La segunda duda, obviamente, es a donde van a ir los pacientes, en tiempos en que las prepagas aumentan a mansalva, puede excluir monotributistas y las obras sociales pueden hacer lo mismo (todas decisiones del Gobierno de Milei).

El Centro brinda atención a niños y niñas, adolescentes, adultos, adultos mayores y familias. Allí se abordan problemáticas de violencia, abuso infantil, vulneración social y trastornos severos de salud mental y cuentan con equipos especializados en adicciones, violencia de género y grupos. Además tiene dos hospitales de día, uno de adultos y otro infanto juvenil llamado “La Cigarra” que se especializa en autismo y psicosis. El intento de poner en riesgo esta estructura repite la lógica de cuando quisieron cerrar, hace poco, otro centro de salud mental, el Bonaparte.

Desde el equipo del centro explicaron que ya hubo otros intentos de venta en 2016, porque los terrenos son muy cotizados por el mercado inmobiliario. La respuesta fue una marcha y un abrazo al edificio. Tuvieron que hacer una protesta similar durante la presidencia de Mauricio Macri que –como decíamos- también lo quería vender.

Esta situación ya había sido advertida por la Auditoría porteña, que justamente publicó un informe sobre ese centro el 2 de octubre. Allí remarca que no había avances para una modalidad de contratación segura del inmueble, que garantizase la continuidad del funcionamiento. También resaltaba fallas organizacionales como la falta de profesionales sobre todo en las especialidades de Psiquiatría y Psicopedagogía. El informe también detalló que es insuficiente el número de consultorios destinados para la atención lo que provocó que en 2023 se cierren equipos de trabajo debido a la falta de profesionales y espacios. También se constató la falta de personal de enfermería y de personal administrativo teniendo en cuenta la alta demanda de trabajo e insuficiente personal de seguridad y de limpieza.

“La situación alarmante en el CESAM evidencia que, después de casi dos décadas de gobierno del PRO, se consolida una gestión que se enfoca más en los negocios inmobiliarios que en las necesidades de la población”, advirtió, a raíz de este informe, el auditor Lisandro Teszkiewicz.

Lo que se ve es una alianza entre el Gobierno nacional y el porteño en contra de los derechos a la salud mental de la población. Estará en esa misma sociedad evitar que esto se concrete.