OPINIÓN

"Alguien puede pensar en los niños", por Werner Pertot

La pelea por la educación del PRO de esta semana mostró los planes educativos. El de Larreta incluye limitar paros, sumar pasantías gratuitas por todo el país y avanzar sobre las universidades como quería el menemismo.

Los fuegos de artificio de la interna de Juntos por el Cambio no deberían alejarnos de poder ver cuál es el plan educativo que están impulsando sus candidatos. Patricia Bullrich atacó a Horacio Rodríguez Larreta con la cantidad de días de escuela y el jefe de Gobierno movió a su ministra de Educación, Soledad Acuña, para contraatacar. Pero en el medio presentó un plan que incluye declarar “servicio esencial” la educación, para limitar fuertemente los paros docentes, exportar el sistema de pasantías (trabajo gratuito) que existe en la Ciudad a todo el país y hacer una reforma universitaria que es muy similar a la que proponía el menemismo.

Vamos por partes, como diría Jack el Destripador. El plan que presentó Larreta incluye como primer punto “declarar servicio esencial a la educación. No se van a poder cerrar más las escuelas. Los chicos van a tener clases a pesar de todo, a pesar de los paros o de lo que sea. Como pasa hoy con las guardias de los hospitales o con los operadores aéreos, donde el servicio es esencial”. Es una medida que viene impulsando la derecha hace años, con el fin de limitar el derecho de huelga. Hay que decirlo: si fuera por el PRO declararían “esencial” todo para que nadie más pudiera hacer un paro.

Ahora bien, al momento de ocuparse de las vacantes que falta o de asignar presupuesto, no se ve para nada ese carácter “esencial” de la educación. Lo “esencial” es solamente eliminar a los gremios docentes, hiperdemonizados por ambos candidatos del PRO.

Segundo punto de Larreta: “Sumar prácticas profesionales en el último año de la secundaria. La escuela tiene que conectar a los chicos con el mundo del trabajo. Por eso, los chicos del último año de la secundaria van a tener prácticas educativas en ambientes laborales, una oportunidad única para ayudarlos a descubrir el mundo laboral y su verdadera vocación”. En esencia, es exportar el modelo de Secundarias del Futuro que ya vimos como funcionó en la Ciudad: les estudiantes perdieron horas de clase para ir a armar sanguchitos o limpiar en negocios, sin cobrar ni siquiera un sueldo. Es enseñarles a trabajar gratis o por un sueldo simbólico desde el primer día de su vida adulta.

El tercer punto polémico que me interesa señalar tiene que ver con algo que intentó el menemismo, pero ahora vuelve con otro envoltorio: “Impulsar la segunda reforma universitaria. Vamos a hacer coincidir la oferta de carreras con las necesidades del desarrollo productivo de cada región y vamos a impulsar carreras más cortas y títulos intermedios”. Lo de orientar las carreras al mercado ya sabemos donde termina: eliminemos Filosofía y Letras. Eliminemos todo lo que no sirva al capitalismo. El pensamiento crítico, de ser posible (vemos como va de la mano con prohibir los paros). En segundo lugar la idea de “carreras más cortas y títulos intermedios” puede sonar bien, pero siempre fue un caballo de troya para introducir el arancelamiento universitario: los primeros años de la carrera son gratis, después hay que pagar.

Todo esto se dio con el telón de fondo de la interna PRO. Además de con la policía y los piquetes, Patricia Bullrich optó por atacar a la gestión de Larreta nada menos que con la educación, que es uno de sus caballitos de batalla, la educación: Bullrich hizo una enumeración de los días de clase y sostuvo que en la Ciudad en lo que va del año hubo solo 71 días. Culpó a los gremios docentes: "Si no cambiamos esto de raíz, la decadencia seguirá y no habrá futuro para los chicos de Argentina. Conmigo, esto se acaba", afirmó. No explicó cómo va a eliminar el derecho a huelga.

La ministra de Educación porteña le salió al cruce: "Te informaron mal, Patricia. Este año en CABA ya tuvimos 85 días de clases. Nuestro calendario escolar es el más extendido del país, 192 días, y lo estamos cumpliendo. Los paros en Ciudad no suman ni el 20 por ciento de acatamiento y la mayoría de docentes no adhirió a medidas de fuerza", afirmó. "Con el descuento de los que paran reconocemos a los que cumplen siempre. Y con todo respeto, la Coalición de la Educación debería citar la fuente del informe y sus especialistas firmarlo, para ver qué evidencia conforma el análisis y quiénes lo acreditan. No da todo lo mismo", le retrucó. Con lo de reconocer a los que cumple, se refiere a que ofreció 60 mil pesos a los que rompan huelgas, una de las últimas medidas polémicas de la gestión PRO.

Le saltaron al cuello otras dirigente paladar negro de Bullrich, como la ex secretaria de Lucha contra la Corrupción (Ajena) Laura Alonso, quien escribió: "Dato mata relato. Por eso se enojó la Ministra. Al menos (como ella dice) un 20 por ciento de los pibes de CABA perdieron clases en lo que va del año".

No obstante, por más que se peleen, de fondo, da la impresión de que todos están proponiendo el mismo plan para la educación.

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