CIUDAD

Otra vez un incendio en Iron Mountain, otra vez la sospechas de encubrir el lavado, por Werner Pertot

El mismo edificio de Iron Mountain que produjo víctimas fatales se volvió a incendiar la semana pasada. Hasta la vocera presidencial desplegó sospechas de una maniobra para encubrir lavado de dinero.


¿De verdad se incendió de nuevo el edificio en Barracas de Iron Mountain, una empresa sospechada de quemar evidencias comprometedoras de corporaciones con siete incendios a nivel global, de los cuales cinco fueron declarados intencionales? ¿De verdad se volvió a prender fuego un lugar que está bajo investigación judicial por la muerte de ocho bomberos y dos agentes de Defensa Civil en 2014? Si no fuera trágico, diría que este país está guionado por Netflix. Pero efectivamente ocurrió: la semana pasada, los papeles de las empresas volvieron a arder, un muro se volvió a derrumbar (esta vez, por suerte, sin muertos) y las sospechas volvieron a volar. 

Empecemos por los hechos: el mismo depósito de la empresa Iron Mountain incendiado en  2014 volvió a prenderse fuego el  lunes pasado.  El olor a humo comenzó a sentirse al mediodía. Los bomberos y Defensa Civil trabajaron durante todo el día y las llamas duraron toda la semana. En su climax, alcanzaron 15 metros de altura, quemaron el techo. Esta vez, con el antecedente de los diez muertos, los bomberos no corrieron riesgos: mandaron drones, vieron que había riesgo estructural (parte del techo cedió) y combatieron el fuego desde lejos, dado que había peligro de derrumbe. Evacuaron los edificios lindantes. Y de hecho,  a la tarde del lunes, se cayó una pared del depósito, sobre Quinquela Martin y aplastó tres autos.

Las llamas tardaron el ceder y de hecho el edificio siguió quemándose a fuego lento toda la semana. Las sospechas también se cocinan a fuego lento. El abogado de una de las víctimas de 2014 advirtió que una semana antes del incendio los imputados presentaron un documento que decía que el edificio había sido intrusado y vandalizado. Como está bajo custodia judicial, Iron Mountain se desentiende de lo que pueda haber ocurrido con el segundo incendio. Adjuntaron fotografías en las que se ve una oficina con escritorios y computadoras rotas y arrojadas al piso, y cajas de archivo desparramadas. Había una investigación pendiente, que ahora se tendrá que hacer en base a cenizas. Como dijo la colega Victoria Massi, “¿cuál será esta vez el expediente inflamable?”.

Esto ocurre en una causa en la que, la jueza Fabiana Palmaghini  dio por cerradas las investigaciones y elevó a juicio oral y público el expediente que tiene 18 imputados, tanto de la empresa como de los responsables del gobierno de la Ciudad. La ex funcionaria de mayor rango involucrada es Vanesa Berkowski, también imputada en la causa por el derrumbe del boliche Beara. En cambio, la causa nunca llegó más arriba, ni siquiera al entonces titular de la Agencia Gubernamental de Control, Juan José Gómez Centurión.  Según comenta el colega Matías Ferrari, Berkowski siguió cobrando su sueldo hasta bien entrado 2019, pero como parte de la Dirección General Gestión de Calidad y Demanda Ciudadana. Notorio.

Sobre Iron Mountain, hay un documental dirigido por Jorge Gaggero que le pone contexto al  primer incendio: recuerda que se dio luego de que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner había tomado medidas para frenar la fuga de capitales: la UIF y la Procelac había puesto en la mira a empresas multinacionales y entidades financieras como el HSBC, cuya documentación clave había sido puesta al resguardo en el depósito de Barracas. Hay una discrepancia sobre el número de cajas que se quemaron en ese primer incendio, pero fueron unas 30 mil. Algunas tenían rótulos como “lavado de dinero”, porque eran parte de investigaciones judiciales sobre ese pequeño tema.

Nunca está de más recordar que Iron Mountain cuenta con siete incendios similares a nivel global, de los cuales cinco fueron probados como intencionales, lo cual dio rienda suelta a las sospechas sobre este último incendio. Llegaron hasta la presidencia. 

“Iron Mountain es una empresa de ´custodia, protección y gestión de información y activos´ que se incendia recurrentemente autodestruyendo información clave cada vez que avanza una causa judicial que involucra a ricos y poderosos”, dijo Gabriela Cerruti, portavoz de la Presidencia. El legislador  Juan Manuel Valdés afirmó que “es otro incendio descomunal e inexplicable. Hace solo una semana la empresa presentó en la justicia un escrito diciendo que habían vandalizado el inmueble y hoy aparece en llamas. Raro, ¿no?.

En tanto, el ex embajador en la República de Ecuador Gabriel Fuks, autor del libro Tragedias de un Estado ausente. De Iron Mountain a Time Warp, detalló: “Yo creo que a acá no hay que tener miedo a sospechar que estamos en presencia de algo tremendo, muy grande, donde seguramente nuevamente se podrían estar quemando pruebas. En este segundo incendio, aunque no me gusta prejuzgar, yo subrayo que algún fiscal debería abrir una nueva investigación”.

¿Habrá algún fiscal que se ocupe de oficio de investigar a los poderosos?

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