OPINIÓN

"La Ciudad de Buenos Aires tiene un gremio de prensa ahora con personería gremial", por Werner Pertot

Sipreba, creado desde las bases, consiguió finalmente la personería, que antes era detentada por la UTPBA (hoy un cascarón vacío). Qué implica para el derecho a la información.

Esta semana hubo una noticia que quizás no hayas visto en muchos lugares. El Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) obtuvo en el Ministerio de Trabajo la personería gremial y pasó a ser el sindicato habilitado para discutir paritarias. Terminó así con un largo reinado de la Unión de Trabajadores de Prensa (UTPBA) que, lejos de sus momentos de lucha de los noventa, se había convertido en una estructura sin representación alguna. Y me dirás: ¿por qué esto me importa a mi, que no soy periodista? Bueno, es que creo que las condiciones de trabajo en los medios de comunicación, la precarización y los malos salarios atentan contra la posibilidad de hacer buen periodismo. Y eso, en definitiva, atenta contra el derecho a la información en nuestra sociedad. Así que tenemos un largo trabajo para reconstruir un gremio que ha sido diezmado.

Vamos a ponerle un poco de contexto a esta historia. La UTPBA hace años que negociaba paritarias a la baja para el gremio, por una sencilla razón: era un cascarón vacío sin contacto con las trabajadoras y trabajadores de prensa. De hecho, Sipreba se creó ante la imposibilidad de cambiar el gremio desde adentro. Las mismas personas que luego crearon el nuevo sindicato, intentaron competir para cambiar al conducción de la UTPBA. Lo primero que se encontraron fue una maniobra para copar la Junta Electoral. Yo estuve ahí y les puedo garantizar que lo menos que vi fueron patovicas apurando a los periodistas que no íbamos a votar a la Junta Electoral que ellos querían. ¿Y para qué dejar a la oposición fuera de la Junta Electoral? Eso se comprobó mucho después, cuando una serie de fallos judiciales mostraron lo que la UTPBA tenía guardado bajo siete llaves: los padrones electorales.

Qué loco una elección donde no se puedan consultar los padrones, ¿no? Bueno, cuando la lista opositora los cotejó, encontró de todo: personas muertas, policías bonaerenses y un número alto de laburantes que no son parte del gremio de prensa. Pero que votaban igual y garantizaban que siguieran siempre los mismos. A pesar del padrón escandaloso, la elección se hizo igual y ese fue el punto de ruptura.

Antes que quedarse a convalidar un fraude, muchos delegados y delegadas decidieron armar un nuevo gremio. Un gremio que se venía gestando en luchas como la del cierre del diario Crítica, en la que nos empezamos a ver las caras laburantes de distintos medios. Que quede claro: hasta entonces, cada empresa, cada colectivo de trabajadores peleaba sus aumentos salariales solos o como podían.

Con el surgimiento de Sipreba, se logró que volvieran las paritarias y que pelearamos todos juntos. Incluso, Clarín volvió a tener comisión interna (no había desde los despidos del 2000). Pero duró poco: la UTPBA resolvió excluir a los delegados de base de las negociaciones paritarias y ser los únicos que negociaban con las empresas. A ver si se entiende: unos tipos que no había elegido nadie se arrogaban el derecho de decidir sobre los aumentos salariales de todos y todas las periodistas. El resultado, además, fue catastrófico: años de paritarias rídiculamente bajas.

Es por eso que lograr que Sipreba tuviera la personería gremial era fundamental para volver a discutir las paritarias con un gremio que realmente represente los intereses de los laburantes. Para eso, normalmente se hace una compulsa de afiliados. Se ve cuál gremio tiene más. Me voy a detener en la resolución de la ministra Kelly Olmos para que vean el papelón que fue la participación de la UTPBA en esa compulsa:

*“La UTPBA con motivo de la audiencia de cotejo, no resultó apta para acreditar la afiliación cotizante de la entidad, pues los recibos acompañados no cumplen con los requisitos de forma”.

* “La UTPBA no posee Libros de Registro de Afiliados ni Registro de Aportes de Afiliados rubricados”

* “La UTPBA no ha acreditado afiliados cotizantes ni su cantidad”.

Es decir que ante un escrutinio mínimo, se cayó la careta: es un gremio que no pudo presentar 1 (UN) afiliado. En consecuencia, se terminó el reinado del sello de goma.

Como digo, esto tiene consecuencias para todos: un gremio que defiende sus derechos puede mejorar el derecho a la información de la sociedad, el trabajo periodístico, cuestionar los mecanismos de algunos medios. Claro que nada de esto es fácil y nada está ganado. La correlación de fuerzas es compleja. El sindicato que llega ahora tiene que intentar recomponer años y años de postergaciones que, por supuesto, las empresas no van a conceder.

No obstante, no deja de ser una buena noticia que, por una vez, el gremio que nos defiende sea uno que fue construido realmente desde las bases, que tienen mecanismos asamblearios de discusión y que está en contacto con los problemas que vivimos día a día.

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