TRANSFEMINISMOS

Travesticidio social: murió, en la cárcel, una mujer trans a quien le negaron la atención médica

La Comisión Provincial por la Memoria informó que se trata de Sasha Barrionuevo, quien "padecía graves problemas de salud no atendidos y, por tal motivo, tampoco diagnosticados”.

“Llamamos travesticidio social a todo el abandono que el Estado permitió. Ya somos forzadas a prostituirnos, pero más allá de subirnos a un auto y que nos mate un cliente en la zona roja o en una esquina, las travas nos morimos todos los días. ¿Cuántas de nosotras nos fuimos a los 14 años de nuestras casas, nunca más volvimos y nuestras familias no saben nada de nosotras? ¿Cuántas de nuestras compañeras están abandonadas en las cárceles?”, se pregunta Alma Fernández, militante travesti, en diálogo con Cosecha Roja.
 
El colectivo travesti trans continúa denunciando esta violencia que hoy se refleja en la muerte de Sasha Barrionuevo, una mujer trans que murió en la cárcel y en una situación de total abandono intencional de la  institucional carcelaria. Sasha estaba detenida en la unidad penal N°44 de Batán y falleció tras permanecer internada durante ocho días en el Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) Dr. Oscar Alende, según consignó Infonews.
 
Su muerte ocurrió el 20 de julio pero trascendió días más tarde a través de un comunicado emitido por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), en el que denunciaron una “sistemática y arbitraria negación del acceso a la atención sanitaria” en perjuicio de la interna que había sido trasladada de meses antes de la unidad penal N°34 de Florencio Varela.
 
“Sasha padecía graves problemas de salud no atendidos y, por tal motivo, tampoco diagnosticados. En un corto período de tiempo había adelgazado 30 kilos y sistemáticamente le negaban la atención médica que pedía. Entre otros padecimientos, indicaba pérdida de visión, vómitos, mareos, episodios de muy baja presión y fatiga. Incluso requería muchas veces la asistencia de sus compañeras -estaba alojada en el pabellón trans- para poder movilizarse y realizar sus tareas cotidianas”, afirmó el organismo, en un comunicado.
 
La CPM conoció a Sasha en un monitoreo que realizaba en Mar del Plata, lo que derivó en la presentación de un habeas corpus, sin el cual, la mujer jamás hubiese sido trasladada al Higa el 12 de junio. “Allí permaneció internada en muy grave estado hasta el 20 de julio, cuando murió”, informaron.
 
La CPM consideró que este caso no solo “expresa la brutalidad y la desidia penitenciaria, judicial y médica en torno a las personas detenidas” sino también la “persistencia de este tipo de abandono que lleva, en muchos casos, a muertes evitables”.
 
“A la violencia de género padecida por Sasha, se suma la deshumanización de médicos que descreen del sufrimiento pese a las manifestaciones claras en el cuerpo de la víctima y la angustia que provoca saber que la salud empeora sabiendo que no será atendida”, concluyeron.
 


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