COMUNA 11

En el club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque abrió Comedor GEVP

El club que cumple 100 años, apuesta a un comedor renovado. Los vecinos lo redescubrieron como restaurante de barrio con milanesas XL para compartir.


El club Gimnasia y Esgrima, ubicado en Tinogasta 3455, es parte de la vida de los vecinos de Villa del Parque, quienes solían festejar los carnavales y grandes bailes en el salón principal. “El club social siempre fue el corazón del barrio, quisimos recuperar esa magia”, comenta a La Nación Abdala Ghisays, chef asesor gastronómico. Con eso en mente, el club se renovó y le dio forma a su restaurante: Comedor GEVP.
 
Nos fuimos empapando de anécdotas a través de la gente del club. Mismo Romina Savastano y otros gastronómicos conocidos se acercaron a contarnos historias y a decirnos que habían crecido en este lugar”, destaca el chef Ghisays, entre fotos, trofeos y tapas de revistas deportivas.
 
Fue, según subraya, una puesta a punto ideal de cara al 18 de junio, fecha en la que el club -una leyenda deportiva - cumplirá 100 años. “Abrimos en octubre del año pasado. Nos atrajo que fuera un lugar con historia. Grandes de la gimnasia y del básquetbol, selecciones enteras han salido de acá. Se han celebrado bautismos, primeras comuniones, cumpleaños y distintos eventos significativos en la vida de muchas personas”, cuenta Ghisays.
 
En Comedor tratan de mantener el legado intacto, empezando por la ambientación: “100 años no se celebran todos los días y queríamos reflejar un poco de historia. Renovamos un poco la cocina (hay reglamentaciones que no existían hace cien años), la pusimos a la vista aunque hubo muchos detalles, como los azulejos originales, que no quisimos perder”, cuentan Ghisays y Savastano.
 
La entrada histórica de Club Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque se mantiene intacta en el patio de Comedor GEVP. En el lugar hay rincones para rodos los gustos: desde mesas grupales tradicionales hasta confortables sillones. Mantuvieron los colores celeste y azul del club además de una vitrina en el salón, donde reciben aportes históricos -trofeos, fotos, recuerdos- de los socios.
 
La carta es de comida saludable: “Acá hay de todo, básquet, tenis, natación; recibimos delegaciones de todo el país cuando hay competencias nacionales y regionales”, señala Ghisays. También se encargan de la colonia de vacaciones “con viandas saludables, soy muy hincha con eso”, continúa.
 
Desde que abrió, el comedor atrajo no solo a vecinos del lugar, sino también de barrios aledaños, como Villa Devoto. “La gente se siente en casa. En verano entra directamente desde el club en ojotas y traje de baño y no pasa nada”, detallan. Con vereda, salón comedor y patio vermutero -con vermuts y tapas-, es apto para todos los públicos. Hasta es pet friendly. La buena comida y los precios –“lejos de los Palermitanos”, señalan – movilizan el boca a boca y, desde que abrió, se ven muchas caras nuevas.
 
“La idea era centrarnos en comida de barrio casera. La que nos trae recuerdos de casa, platos especiales... ¡La lengua a la vinagreta, el vitel toné, el revuelto gramajo! Además de nuestras pastas caseras”, enumera Ghisays. Así el menú también cuenta con tortilla de papas, buñuelos de verdura, canelones, albóndigas con puré, milanesas XL, matambre con rusa, tiramisú, chajá. “Recolectamos recetas tradicionales que solían servirse y también convocamos a Tomi -cocinero desde hace veinte años en el club- al que todos los socios conocen y saludan apenas lo cruzan. En la carta hay un plato con su nombre ‘Bocconcino de Tomi’, que es un salteado de carne o pollo, con panceta, hongos crema y papitas fritas”, cuenta Ghisays.
 
Precio y calidad son una prioridad y el público responde: en sus salones se mezclan grupos de atletas en una suerte de tercer tiempo. En sus amplios salones -los cuidados por la pandemia se mantienen- se ven parejas, adolescentes y familias con chicos. Las hamburguesas son populares: “La GEVP viene con tomates, morrones asados, provoleta, jamón queso y chips. ¡Acá todo está basado en la abundancia! Tenemos deportistas y, al finalizar los entrenamientos, los jugadores quieren comida en cantidad”.
 
El comedor está abierto desde las 8 de la mañana hasta la medianoche. Se puede desayunar, almorzar -con un menú ejecutivo, con postre a $900- o tomar la merienda: para elegir entre submarino, leche chocolatada, cookies, alfajores, budines, roll de chocolate o roll de canela. Es ideal para la hora del vermut y de la cena. También se pude pedir para llevar, para cuando no se quiere cocinar.
 
Comedor GEVP busca un lugar para sentirse en casa. “La gente viene por eso. Ya no van hasta Palermo, prefieren quedarse por la zona y recuperar el concepto de club de barrio que estuvo abandonado por tanto tiempo”, cierra Ghisays.


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