COMUNA 15

En un jardín de una casa de La Paternal se puede disfrutar del mejor asado

Una familia creó una parrilla en el fondo de su casa donde se puede ir a comer el mejor asado. Luciano, Cacho y Malena invitan a disfrutar de esta experiencia única y diferente.

Dafne Strobino

Un hermoso domingo de verano fuimos a conocer El Patio de Mabel, una parrilla a puertas cerradas que funciona en el fondo de una casa histórica del barrio de La Paternal que solo se accede a la dirección una vez que se realiza la reserva. Charlamos con Luciano, el ideólogo de este proyecto familiar y con Cacho, su padre.
 
¿Cómo surgió este proyecto de armar una parrilla a puertas cerradas?
Luciano: La idea la tengo más o menos desde el 2016, de hacer esto con mi vieja que era Mabel. En ese momento estaba muy fuerte la aplicación Cookapp, que permitía ir a comer a la casa de los cocineros. Mis viejos siempre fueron gastronómicos toda la vida, tuvieron en los años 80 y 90 la concesión del club Argentinos Juniors, tuvieron restaurantes en Punta Mogotes, en Mar del Plata y en otros clubes, entonces yo me crié adentro de un restaurante. Cuando mi vieja se jubiló le comenté esta idea y a ella le daba miedo no poder porque ella decía que ya estaba grande, y ahí quedó la idea, la quise convencer, pero lamentablemente en el 2017 mi vieja fallece y me quedé con la espina de haber hecho el proyecto con ella. Por eso se llama El Patio de Mabel, porque esta era la casa de ella, se mantiene todo tal cual como lo dejó ella.
Yo trabajaba en un banco donde estuve 14 años, y sentía que había llegado a un límite, quise buscar un cambio y me había quedado pendiente este proyecto. A fines del 2018, una tarde se lo comenté a mi viejo si me bancaba y me dijo que sí. Empecé a cocinarles a amigos de él, venían 10, 12 personas, cocinábamos chiquito, ellos fueron corriendo la voz entre los amigos y a principios del 2019 tomé la decisión de irme del banco y apostar todo acá. Me senté con mi viejo, mi hermana y mi hija Malena, que es la que atiende a los clientes, y me dijeron: te apoyamos y salió. Mi viejo, Cacho, me ayuda todos los días.
Cacho: Yo no pensaba trabajar más y acá estoy (risas). A la mañana, cuando me levanto, soy el que enciende el fuego de la parrilla a las 7.
Luciano: Arrancamos en el 2019 y nos salió bien.
 
¿Ustedes viven en esta casa?
Luciano: Sí, en la parte de arriba.
Cacho: La parte de la planta baja la dejamos toda para la parrilla. Había un baño y construimos dos más para que la gente esté cómoda. La casa tiene más de 100 años, tiene protección histórica, no le podemos modificar el frente. Yo nací acá.
 
¿Con qué público trabajan? ¿Cómo llega la gente acá?
Luciano: Mucha gente que viene es del barrio porque a mi viejo lo conoce todo el mundo. Llegan por el Instagram o por el boca en boca, de esa forma trabajamos, tenemos ese misterio  que hasta el día que llegás a la puerta de casa no sabés a dónde vas, Te recibe Cacho. Los que trabajan acá, además de la familia, son todos amigos de mi hija del colegio o vecinos. Es un trabajo muy familiar y eso genera algo muy lindo.
La gente vuelve. Les gusta, comen bien y vuelven. Se van agradecidos y contentos y dicen que se sienten como en casa, para nosotros eso es lo que nos pone felices. A la gente le gusta la historia que rodea a esta casa y quiere venir a conocernos.
La época cambió, ahora la gente busca experiencias, algo nuevo, y esto es eso. Viene gente de Chascomús, de Ramos Mejía, de Quilmes, de zona oeste. Hoy había una pareja de Nueva York, estaban desesperados por venir acá antes de volverse, sacaron fotos por todos lados.
También vinieron varios famosos, eso nos ayudó bastante. Vino el Zorrito Von Quintiero, Andrea Taboada, Samanta Casais de Bake Off, Sebastián Prestico. Todas esas cosas nos suman a nosotros como emprendimiento.
 
¿Qué comida ofrecen?
Luciano: La base es todo es la parrilla: asado de estilo campo con cocciones largas de 5 a 6 horas, eso nos diferencia del resto de las parrillas de barrio. En invierno tenemos los guisos, que salen mucho. Cada tanto hacemos cazuela de cordero.
No considero que seamos un restaurante sino que ofrecemos una experiencia gastronómica en un lugar que no es un restaurante, eso es lo que somos nosotros.
La realidad es que estamos en Capital, mucha gente vive en departamento y busca el espacio abierto, nuestro fuerte es ese. Tenemos muchos cumpleaños, la gente viene a festejar acá, a  encontrase con amigos. Es que al argentino nos une el asado.
También tenemos un menú vegetariano a base de parrilla, verduras asadas, provoleta, medallones, es amplio, para vegetarianos y veganos, tenemos cada vez más. La idea es que puedan venir a comer todos.
 
¿Trabajan con reservas?
Cacho: Acá nos manejamos solo con reserva, no hay que esperar para comer, no tenés que esperar a que el otro se levante para poder sentarte.
Luciano: La gente entra al mediodía a las 13 y se va a las 16.30, están tres horas y media acá adentro, disfrutando en las mesas, con la familia, amigos, tranqui, y al no haber rotación de mesas, ese es tu lugar. No apuramos a la gente para cerrar, la idea es esa: pásenlo lindo que seguro después vuelvan.
 
¿Qué días abren?
Luciano: Estamos los viernes y sábados a la noche y los sábados y domingos al mediodía. Queremos sumar los jueves a la noche, pero con otra alternativa, va a ser un vermut con tapeo, con música en vivo, va a ser otro estilo. Algo así hacíamos antes de la pandemia.
 
¿Cómo los trató la pandemia?
Luciano: Como a todos, nos preguntamos qué hacemos ahora y como muchos hicimos delivery, nos reinventamos así, y sobrevivimos, no fue lo mismo, pero nos ayudó. Cambiamos el menú, en invierno hicimos guiso de lentejas, canelones, comidas bien de olla o de abuela y con eso la gente nos ayudó bastante, nos fue bien, por suerte.
Con lo que recaudamos fuimos invirtiendo para cuando se pudiera volver a abrir, compramos mesas, sillas, hicimos refacciones para que cuando volviéramos sea lo que realmente queríamos que sea.
Como es un espacio al aire libre todo el invierno pasado pudimos trabajar, fuimos la opción porque solo se podía comer afuera. La gente venía abrigada con camperas, nosotros les dábamos frazadas y laburamos bien. 
 
¿Qué proyectos tienen?
Luciano: Para este año queremos sumar algunos días. Empezar a hacer algunas noches de vermú con tapeo, sanguchitos, bondiolitas, para que a gente venga a conocer otra alternativa. Tenemos clientes que vienen dos veces al mes a comer y está bueno que puedan venir a comer otra cosa.
La idea también es empezar a hacer unas cajas de comida embazada, asado embazado al vacío para tener la experiencia de comer en tu casa sin humo. Un asado hecho que lo ponés en una ollita 5 minutos solo para calentarlo y lo comés como si estuviera recién salido de la parrilla. Estoy trabajando en eso para el delivery o para hacer un regalo, se viene eso este año.
 
Para ir a comer y conocer El Patio de Mabel comunícate al Instagram: @elpatiodemabel


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