OPINIÓN

"Te cierro el mercado de Bonpland", por Werner Pertot

El Gobierno de Larreta fue por un espacio de comercialización alternativa con el argumento de que había denuncias de salubridad. Los vecinos se resisten a su cierre y suponen un negocio inmobiliario.

El Mercado de Bonpland. Un lugar donde cooperativas de agricultura familiar venden de forma directa a los vecinos, a precios populares. ¿Qué podría gustarle menos a la gestión PRO? Si le sumamos que fue un logro de una de las asambleas de 2001, tenemos todos los componentes para que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta vaya por su desalojo. Eso intentan agentes de la Agencia Gubernamental de Control, quienes pretextaron cuestiones de salubridad para clausurar el lugar. Lo cierto es que nunca el Gobierno se ocupó de hacer las obras para que estuviera habilitado (le arreglaron la fachada, pero no le hicieron la red de agua) y ahora lo quieren cerrar. Los vecinos sospechan de algún nuevo negocio inmobiliario que está motorizando el jefe de Gobierno en el barrio.

Producto de la lucha de las asamblea de Palermo Viejo en 2001, el lugar fue ganado para hacer un Mercado de la Economía Popular. Hoy comercializan verduras sin agrotóxicos, pollos de campo, alimentos envasados sin aditivos y también ropa de cooperativas textiles (sin esclavos) y hasta productos de cosmética hechos naturalmente. Es un espacio para las cooperativas y las familias que se dedican a la agricultura a baja escala y para las personas que quieren comprar directo de los proveedores. 

El edificio fue conseguido del Estado porteño en 2001, pero hace tiempo que la gestión PRO busca terminar con ese experimento subversivo. Desde 2015, pasó a la órbita de la dirección de Desarrollo Gastronómico porteña, que comenzó a intentar concesionar los espacios. Los feriantes se negaron. A continuación, entró a jugar la Agencia Gubernamental de Control: sostuvo que el edificio no está en condiciones y que deberían clausurarlo y desalojar. Desde la AGC, aseguraron que tenían denuncias (de “un vecino”) por falta de higiene, ratas, cucarachas y que les impidieron entrar a inspeccionar. Un dato que advirtieron los feriantes: las condiciones del lugar o la falta de ellas están relacionadas con una obra que el Gobierno porteño licitó en 2008 (primer año de Mauricio Macri) y cuya obra quedó paralizada en 2009 por falta de pago a la empresa constructora. Eso fue hace escasos 13 años. El Gobierno porteño se ocupó de mejorar algunos aspectos estéticos, pero siguen sin red de agua.

"El lugar está limpio. Lo limpiamos todos los días, los puestos se desinfectan cada sábado, la gente que viene y entra al mercado se da cuenta de la limpieza que hay. El lugar está bonito, está cuidado, los puestos estéticamente son muy lindos, pero falta la obra edilicia de base y es el mismo Gobierno de la Ciudad el que no la realiza. Por eso no podemos tramitar su habilitación. Apoyándose en esto los inspectores desembarcan todas las semanas buscando generar un conflicto", advirtieron los feriantes.

Finalmente, los clausuraron. Durante el fin de semana hicieron jornadas de actividades culturales en defensa del mercado de Bonpland. Los vecinos y los feriantes imaginan que están intentando recuperar el edificio para su posterior venta o concesión a alguna empresa. Ejemplos de esto no faltan: hace poco, Larreta inició un conflicto con una escuela para sordos para convertirla en un lugar para promocionar el vino.

COMENTARIOS