OPINIÓN

"Sin pase sanitario pero con un estallido de casos en la Ciudad", por Werner Pertot

Ante un aumento exponencial de casos, Larreta decidió volver a diferenciarse del Gobierno nacional no aplicando en este caso un pase para que las personas que no estén vacunadas no puedan realizar determinadas actividades.

Werner Pertot
El juego de diferenciarse del Gobierno nacional en cómo combatir la pandemia es uno que Horacio Rodríguez Larreta viene jugando peligrosamente desde fines de 2020. Nunca sabremos qué diferencias hubiera habido si se hubieran aplicado los mismos protocolos y las mismas restricciones que en otros distritos (entre otras cosas, porque las divisiones políticas no son compartimentos estancos para el virus y, por lo tanto, las flexibilizaciones de la Ciudad se irradiaban al AMBA). Quizás por eso el jefe de Gobierno sigue jugando a diferenciarse: en este caso, anunció que no aplicará el pase sanitario anunciado por el Gobierno nacional, en aras de defender “la libertad”. Lo hace en un momento en que la Ciudad escaló de un promedio de 100 casos hace unos meses a más de 2000 por día.

El encargado de informar que no cumplirían con la medida nacional del pase sanitario fue el jefe de Gabinete, Felipe Miguel. ¿Cuáles fueron los argumentos? “En la ciudad no tenemos un pase sanitario, tenemos un pase para actividades particulares como eventos masivos y eventos clases C, y un control de vacunación”, aseguró. Es extraño que una gestión que dice tomar las decisiones “basadas en la evidencia científica” no tome ningún tipo de disposición ante el aumento exponencial de casos que sus mismos números revelan día a día. La tercera ola está aquí y llegó para quedarse.

Es cierto, no obstante que, mientras los casos ascienden, los niveles de ocupación de las camas de terapia intensiva se mantienen bajo (en el orden del 5 por ciento en el sistema público porteño y cerca del 9 por ciento en el privado). Bien lejos de la ocupación por encima del 90 por ciento que vimos este mismo año. Esto es un dato que lleva tranquilidad por el momento, pero si algo sabemos es que la escalada de casos puede trasladarse al sistema de salud en algunas semanas. A menos que la vacunación masiva siga avanzando y los casos que se produzcan sean leves. Esperemos que ese sea el escenario.

Aun así, el pase sanitario cumple con la función de traer tranquilidad a las personas que concurren a lugares colmados. Implica que nadie que te rodea no recibió la vacuna y, por lo tanto, es un vector de contagio más importante que las personas vacunadas. También es una protección para las propias personas que son se vacunaron y que, por ende, pueden tener un cuadro más complejo de la enfermedad. No se termina de entender por qué un Gobierno no implementaría esta medida, salvo para buscar ganar puntos políticos con los sectores libertarios y antivacunas. ¿Cuánto del electorado de Larreta representa esto?

Está claro cuál es el motivo por el que Larreta eligió mencionar la libertad en su discurso sobre la situación sanitaria. “Si actuamos con responsabilidad, si nos comprometemos con los cuidados y trabajamos juntos cuidando del otro, podemos sostener nuestras libertades individuales”, afirmó el jefe de Gobierno, en una decisión que toma más pensando en su candidatura a presidente en 2023 que en la salud de la población.

Encima, se comprobó que en los distritos que aplicaron el pase sanitario primero (provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Río Negro y Santiago del Estero) se dio un incremento de las personas que se anotaron para vacunarse. Si es una medida que fomenta la vacunación y, por lo tanto, la protección de la población, de nuevo, ¿por qué Larreta no la aplica?

La Ciudad de Buenos Aires se encuentra entre los distritos con los peores indicadores y que entraron en situación de riesgo. En este punto, también es importante atender la vacunación pediátrica, que todavía encuentra resistencias en madres y padres (e incluso ¡en pediatras!). "Ayer dos personas me contaron que los pediatras les dijeron que esperen: es un grave error. Los chicos transmiten y se pueden enfermar. Cuando me preguntan, les digo que cambien de pediatra. El médico que dice eso no entiende lo que está pasando”, planteó el médico infectólogo del Hospital Rivadavia, Martín Hojman, que forma parte de la Sociedad Argentina de Infectología.

En tanto, el integrante del directorio del Hospital Garrahan Oscar Trotta señaló se duplicaron los contagios en niños y adolescentes en la Ciudad de Buenos Aires y remarcó que la mayoría de los que cursan cuadros no tienen ninguna vacuna o no superan una dosis. “Estamos viendo un aumento sostenido de consultas e internaciones de niños, niñas y adolescentes en el Hospital Garrahan y que se duplicó en la última semana. Notamos que la mayoría no tienen las dosis inoculadas o tienen una sola”, remarcó Trotta, que reiteró que no hay efectos secundarios graves registrados por vacunar a niños y niñas.

En contraste, el ministro de Salud, Fernán Quirós, justificó las medidas por el avance de la campaña de vacunación y dijo que las personas se pueden reunir en las fiestas “con cierto cuidado”, en contraposición con lo que planteó la Organización Mundial de la Salud (OMS). “Prácticamente queda un 5 por ciento de los porteños que no han empezado el esquema de vacunación. El 91 por ciento de las personas que indicó el esquema de la vacunación en la ciudad, el 84 ya tiene la segunda dosis y el 16 por ciento ya completó la tercera dosis”, señaló.

Hubo una medida que Larreta decidió sí implementar ante el avance de los casos: adelantar la tercera dosis al quinto mes. “Hay que aplicarse la tercera dosis en ese rango de tiempo según lo define las evidencias científicas", indicó el jefe de Gobierno. Las evidencias científicas, no obstante, no alcanzaron para que se implemente el pase sanitario. Curioso.

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