CIUDAD

"La Corte de Larreta tuvo su primer traspié", por Werner Pertot

Una Cámara civil federal declaró inconstitucional la ley que le permitía al Tribunal Superior de Justicia meterse en causas federales, como la del Correo Argentino. Otra vez queda expuesto un escándalo institucional

Werner Pertot
Si yo les dijera que el Gobierno nacional metió una ley en Santa Cruz que permite que un tribunal de esas provincias resuelva causas en lugar de la Corte Suprema de la Nación y que lo hizo, además, salteando al Congreso nacional, sería un escándalo, ¿no es cierto? No obstante, eso mismo ocurrió en la Ciudad sin que nadie pestañara siquiera. Pero las cosas no parecen estar saliéndole del todo bien a Larreta en ese aspecto: una Cámara Civil declaró inconstitucional la ley que habilitó a TSJ –con mayoría PRO- a intervenir en causas federales y advirtió que la Legislatura porteña no puede reemplazar al Congreso nacional en la sanción de ese tipo de leyes. Esa ley vino a intenta blanquear una situación que ya estaba ocurriendo, con el TSJ metiéndose por la ventana en causas como la del Correo, que afecta directamente a Mauricio Macri. Quedó claro que lo que hicieron es casi tan malo como cuando intentaron vender los terrenos del Costa Salguero salteándose todas las normas constitucionales. ¿Adivinen qué? Están volviendo a la carga con las torres de lujo.

Fueron tres camaristas de la a sala J de la Cámara Civil quienes intervinieron de oficio y dijeron que la ley que había votado la Legislatura es inconstitucional. Recordemos que la norma en realidad era una ley sobre las firmas digitales y, a último momento, la modificaron para generar una reforma del sistema federal… ¡desde una Legislatura local! Establecieron que de ahora en más, el TSJ –integrado por varios ex funcionarios larretistas, prácticamente sin disimulo- podía meterse a revisar sentencias dictadas por distintos fueros de la justicia nacional. Esto implicaba en los hechos que, si no te gusta la cara de los jueces de la Corte, podés elegir tu propio tribunal e ir a probar suerte al TSJ. Lo que en la jerga tribunalicia se conoce como fórum shopping, elegir al juez. Además de que sacaron una norma federal en la Legislatura porteña, además de que la metieron como adenda de otro proyecto en el último minuto y con nulo debate, encima esto ocurrió después de que se armar otro escándalo porque el TSJ había intentado evitar la quiebra del Grupo Macri metiéndose por la ventana en la causa del Correo. Nada de esto fue considerado digno de atención por ciertos sectores de nuestra dirigencia que tienen indignación republicana selectiva.

De hecho, todavía la Corte Suprema no dijo nada al respecto, aunque ya el procurador interino Eduardo Casal dictaminó en contra de esta ampliación de atribuciones de la corte porteña, con argumentos similares a los que ahora esgrimió la cámara civil.

Fueron estos tres camaristas (Beatriz Verón, Gabriela Scolarici y Maximiliano Caia) quienes volvieron a poner el tema sobre la mesa. Si no era por ese fallo, lo de la ley pasaba como si nada. ¿Qué dijeron los jueces y juezas? Que desde la Legislatura porteña –comandada por Larreta- "extralimitaron en su función" y que la violación constitucional es "palmaria y de una gravedad significativa". “Lo legislado no sólo es contrario a toda lógica jurídica, sino que, además, constituye una decisión violatoria de la supremacía constitucional, desde cualquier punto de vista donde se lo analice y estudie, pues vulnera el principio de jerarquía normativa cuando, como es sabido, el Poder Legislativo (federal) es aquel que tiene a su cargo la sanción de las normas jurídicas que imponen conductas a determinadas categoría de personas y es ejercido por el Congreso Nacional", dice el fallo. Y recuerda que no es posible que “la legislatura local en el ejercicio regular de sus atribuciones, sustituya a los otros poderes del Estado –en este caso el Congreso Nacional– en las funciones que le sean propias para crear un recurso procesal no sancionado por el legislador nacional...".

Traducido: trataron de votar en la Legislatura una ley del Congreso nacional. Una truchada por donde se lo mire, parecida a alterar las mayorías para vender los terrenos públicos de Costanera norte… Cosa que también hizo el larretismo a fines de 2019 y por la que se ganó otro fallo judicial que frenó la venta de los terrenos de Costa Salguero y Punta Carrasco. Pero Larreta no se da por vencido. El viernes pasado buscó que avanzaran en comisiones todos los proyectos de torres de lujo: la rezonificación de Costa Salguero para su privatización, el barrio de lujo del Grupo IRSA en Costanera Sur y las once torres a construir en ocho barrios de Buenos Aires. Todo para preparar una de esas hermosas sesiones navideñas donde se votan cientos de leyes en la madrugada sin que nadie se entere. Yo les llamo “La gran barata” porque “todo tiene que venderse”.

Hay que destacar que Larreta hace esto ahora apurado por el recambio legislativo, que le restará algunas bancas. Por si les quedan dudas: es el mismo espacio político que dice que el Congreso nacional no se pueden refrendar los DNU del presidente hasta que cambie la composición del Congreso. Pero en la Legislatura se apura a votar todo ahora antes de que cambie la composición de las bancas. Lo que critican en la Nación, lo hacen donde gobiernan.

Varios llamaron la atención sobre un dato: el 98 por ciento de los que fueron a las audiencias públicas por estas torres (la mayoría de ellas muy masivas) dijeron que no al proyecto. Y se presentó una iniciativa popular con 50 mil firmas para que Costa Salguero se convierta en un parque público. Y aún así van a votar con los grandes grupos de especulación inmobiliaria. El planteo de Juntos por el Cambio era que los gobernantes tienen que escuchar más. Ellos, ¿a quién escuchan?

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