CULTURA

La Biblioteca al paso de Artigas festejó sus 3 años

Las bibliotecas al paso se multiplican por los barrios. Desde que apareció la primera, en 2016, en Parque Chas, la iniciativa fue creciendo en todo el país impulsada por bibliotecarios y vecinos. La de la calle Artigas en La Paternal festejó sus 3 años de existencia.

Dafne Strobino

La primera biblioteca al paso se instaló en la plaza Éxodo Jujeño del barrio de Parque Chas en 2016, a partir de allí se fueron multiplicando por los barrios porteños y también lo hicieron en tiempos de pandemia. Hay distintos estilos como casitas hechas con madera, viejas heladeras, antiguas cabinas de teléfonos públicos, cajas de cartón o madera, todas invitan a acercarse con la frase: “Lleváte un libro y dejá otro”.
                                                                                                 
Las bibliotecas al paso contienen libros usados de distintos géneros como novelas, poesía, cuentos, historia e infantiles. Ya hay más de un centenar de estas bibliotecas que funcionan por todo el país. Aunque todas proponen el intercambio y la circulación de libros, cada biblioteca al paso sigue un modelo propio.
 
Los impulsores de estas bibliotecas revisan frecuentemente si hay ejemplares, qué títulos nuevos aparecieron, cuáles volvieron. Sí, algunos circulan por varias manos e, incluso, por otras bibliotecas al paso y, en algunos casos, vuelven a su primer refugio. Algunos ejemplares traen sorpresas como señaladores, fotografías, invitaciones, tarjetas, flores secas. La circulación libre de libros hace que resulte muy difícil establecer un “catálogo” de cada biblioteca. Hay días en los que la rotación es tan rápida que ni los responsables alcanzan a identificar qué títulos entraron y cuáles salieron.
 
La Biblioteca al paso de Artigas, ubicada en esa calle al 2600, en el barrio de La Paternal, cumplió 3 años y lo festejó con un festival artístico a fines de octubre. Esta biblioteca se caracteriza además por organizar actividades gratuitas como charlas, lecturas, música en vivo. La movida empezó en octubre de 2018, cuando un grupo de vecinos de ese barrio y de otros como Villa General Mitre y Villa del Parque convocó a sumarse a un primer encuentro para reunir libros.
 
Marinés Gómez, bibliotecaria de la biblioteca popular del barrio Ramón Carrillo, ofreció la vereda de su casa para instalar la Biblioteca al paso Artigas. Motivados por la literatura, por compartir lecturas y generar un espacio de movimiento alrededor de los libros y la literatura fuimos sumando gente y ahora somos unos 25 integrantes”, cuenta Graciela Ortega, profesora de literatura. “Construimos un hermoso mueble y empezamos a donar y a recibir libros con la consigna de quien pase por ahí abra las puertas, busque, elija un libro, se lo lleve y, si tiene la oportunidad de dejar otro en algún momento, que vuelva a pasar y lo deje. En general, la gente cumple con esta consigna, aunque no sea un requisito obligatorio. Es libre”.
 
Estas bibliotecas están abiertas todo el tiempo, no tienen horarios ni restricciones. “Funciona con la libertad de que hay libros disponibles en cualquier momento del día. Sabemos que hay habitués. También hacemos encuentros en la vereda, invitamos a los vecinos a compartir lecturas, narraciones, música, actividades para chicos. Incluso hemos invitado a algún escritor a presentar su libro, poetas y autores de literatura infantil como Istvanch”, agregó Ortega.
 
Mariano es músico, vive a la vuelta de la biblioteca e integra el grupo de vecinos, contó a Nueva Ciudad cómo llegó a este proyecto “mi hijo Caetano es compañero de jardín del hijo de Marinés, nos conocimos ahí, ella conoce mucha gente del barrio porque su familia siempre fue de acá, yo llegué hace 11 años. Un día se acerca y me dice que tiene ganas de armar la biblioteca, entonces armamos una reunión y nos dimos cuenta con los vecinos de alrededor que teníamos muchos intereses en común y decidimos hacer la biblioteca con las características de que sea abierta, que la pueda usar cualquiera y en cualquier momento”.
 
“Empezamos a ver cómo funcionaba esa dinámica con los libros que unos traían y otros se llevaban, tratando de no generar ninguna limitación de ningún tipo, ni de usos, ni de horarios, ni de cantidades. También sigue siendo un espacio a construir. Muchos venimos de la música y de las artes visuales, de la narración, la literatura, entonces se armó un combo explosivo espectacular, desequilibrado en el buen sentido porque nadie pone límites a nada, está bueno todo lo que va surgiendo. La biblioteca física es un fiel reflejo de eso”, continúa Mariano.
 
La Biblioteca al paso de Artigas tiene como tres bibliotecas, cada una es un personaje, tiene también un banco para sentarse alrededor del árbol y un canasto para dejar mensajes. Con la aparición de la pandemia sumaron ideas como grabar audios con poesías para enviar a personas internadas, talleres virtuales. Las actividades se difunden por las redes sociales y gracias al boca a boca.
 
“Los personajes de la biblioteca, su belleza y las actividades que hacemos como talleres de plástica, narración, música son excusas que invitan a pasar un rato en el espacio. La idea es despertar interés en la lectura o en un libro para el que no lo tenía previamente, también está bueno que los que lo tienen lo sigan teniendo y se acerquen. Además, es bueno encontrarnos en ese espacio. Nosotros no somos los dueños de la Biblioteca, la cuidamos y en todo caso la administramos, pero no tiene dueño”, relata Mariano.
 
Antes de la pandemia, cada mes y medio, los vecinos de Biblioteca de Artigas realizaban eventos culturales que tenían que ver con alguna efeméride como el carnaval, la primavera, el cumpleaños de la biblioteca, el 24 de marzo, el Día de la Mujer. Con la pandemia fue más difícil y el primer encuentro fue el domingo 24 de octubre.
 
Somos muchos los que participamos, muy heterogéneos, pero hay un vínculo y algo muy homogéneo que nos convoca y que fluye. Todos tenemos muchas actividades, pero no nos pesa la biblioteca, es un hecho colectivo, nadie se carga con una mochila y todo lo que sucede es porque hay ganas de que pase. No tenemos tareas asignadas, cada uno se va ubicando donde le es cómodo y donde puede colaborar, entonces se va construyendo”, agrega el músico de La Paternal.
 
“Con los libros pasa que un día hay muchos, al otro día no queda ninguno, no le encontramos la vuelta a por qué pasa esto, también pasa lo que tenga que pasar. No tiene ningún sentido poner trabas como cerrar la biblioteca o poner horarios porque no cumpliría con lo más básico que es lo que queremos hacer. Es triste cuando de golpe la vacían porque le saca la oportunidad a otros de leer un libro, pero bueno, la biblioteca no es nuestra. Los vecinos que por ahí no participan activamente también la cuidan, nos avisan que faltan libros, por ejemplo, como el policía de la cuadra. Mientras más actividad haya y más gente transite, mejor funciona la biblioteca, queremos que se mantenga viva”, describe Mariano.
 

Además, armaron una biblioteca rodante con unos muebles que donó una de las vecinas para llevarla a plazas y parques. “Para el cumpleaños pasado hicimos una rotación por el barrio con un auto que tenía poesías grabadas, fue como una caravana. El 24 de marzo plantamos un árbol y terminamos con música acá en la puerta de casa. Otra actividad que hicimos fue que armamos estaciones en algunas cuadras donde pasaban cosas y rotábamos con los personajes de la Biblioteca, en cada esquina había una propuesta y terminaba acá con música, cortamos la calle, estuvo muy lindo”, relata Mariano.
 
Tratamos que haya espacios de narrativa, plástica, música, para que la gente entre en sintonía con nosotros y sea un espacio de expresión para cualquier artista del barrio o fuera de él. Siempre van surgiendo propuestas y proyectos. La escuela Francisco Beiró, que es dónde van nuestros hijos, ha hecho visitas a la Biblioteca o la García Lorca, se convocaron ellos como un espacio alternativo de lectura. Siempre van surgiendo cosas nuevas. Somos muy felices en la Biblioteca porque se da con mucha naturalidad, todavía tenemos como una fascinación de las cosas que van saliendo, somos un grupo muy lindo y eso te nutre, te enriquece porque cada uno viene de diferentes experiencias, pero a su vez terminamos en el mismo lugar”, concluye Mariano.
 
Para contactarse con la biblioteca:
Facebook: Biblioteca al paso Artigas
Instagram: @biblioteca_al_paso_artigas
 


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