COMUNA 15

Finalmente, no se construirá el edificio en la plaza Malaver de Villa Ortúzar

El Gobierno de la Ciudad firmó un convenio con la empresa constructora y a cambio de no edificar en la plaza de Villa Ortúzar se le darán más metros para construir en un edificio sobre Avenida Del Libertador.


Tras la lucha de los vecinos y vecinas del barrio de Villa Ortúzar, que estaban movilizados hace meses, no se construirá el edificio de 8 pisos sobre la plaza Malaver. El Gobierno de la Ciudad firmó un convenio con la desarrolladora privada Ykonos Desarrollo, que a cambio obtuvo el permiso para edificar a mayor altura en un proyecto que ya estaba en marcha sobre la Avenida Del Libertador.
 
La superficie que ocupa esa parcela privada ahora será integrada al espacio verde. El proyecto inmobiliario estaba previsto en uno de los lotes ubicados en uno de los vértices de la plaza Malaver, delimitada por las calles Girardot, Heredia, Montenegro y Estomba. Dos de las cuatro esquinas de la manzana están ocupadas por un conjunto de viviendas particulares; una de ellas fue demolida para dar paso a un edificio de ocho pisos que ya estaba siendo promocionado por el desarrollador. Finalmente, los 185 metros cuadrados de ese terreno serán parte de la plaza una vez que se apruebe el traspaso en la Legislatura porteña.
 
Según explicaron a La Nación desde la Secretaría de Desarrollo Urbano de la Ciudad, la parcela privada se convertirá en un espacio verde “como contraprestación de un convenio urbanístico”.  El atajo para encontrar esta solución a un posible conflicto vecinal fue un constructor privado que presentó una propuesta de convenio urbanístico para aumentar los metros construibles en su parcela ubicada sobre la Avenida Del libertador. El cambio de normativa indica que debía entregar una contraprestación equivalente a la Ciudad que puede ser dinero, obras o espacio público. Esa contraprestación se calcula mediante una fórmula que analiza la ganancia que obtiene el desarrollador gracias al cambio normativo. En este caso el Gobierno porteño intercedió y propuso al constructor privado que adquiera la parcela junto a la plaza Malaver y le cediera el dominio a la Ciudad para incorporarla al espacio verde.
 
El costo de la parcela, unos 85 millones de pesos (o el valor de 837.200 UVAs) será descontado de la contraprestación en efectivo que debe pagar el desarrollador en el momento de aprobarse el convenio firmado entre el Ejecutivo y el privado, que debe ser refrendado por la Legislatura.
 
Departamentos de 1, 2 y 3 ambientes con vista a la plaza Malaver era como promocionaba la desarrolladora inmobiliaria el proyecto.
 
La plaza Malaver antiguamente era un terreno en el que convivían, separadas por un alambrado, las canchas de fútbol de dos clubes rivales de la zona: La Paternal y Gutenberg. Las dos instituciones se mudaron y abandonaron el espacio que fue convirtiéndose en una plaza, que fue inaugurada en julio de 1940. Cuando los clubes dejaron el predio el municipio porteño fue adquiriendo las casas familiares para ampliar el espacio verde y sumarlo a las canchas de fútbol que habían quedado abandonadas. Algunos propietarios decidieron no vender y fue así como quedaron dos esquinas con viviendas particulares.
 
Las unidades se encuentran en dos esquinas en diagonal y, en una de esas parcelas, se inició la obra que puso en alerta a los vecinos, que formaron el colectivo Somos la Malaver. Desde la agrupación mostraron su desacuerdo que estaba avalado legalmente por el nuevo Código Urbanístico que autoriza la construcción de un edificio de hasta 25 metros en esa zona. El temor era que si avanzaba esa construcción sentara un precedente para el avance de otros inmuebles similares que puedan producir mayores conos de sombra y modifiquen el espacio verde.
 
Desde Somos la Malaver se expresaron en sus redes sociales diciendo que: “Devolver la parcela a la plaza Malaver fue una transacción electoralista. ¿Quién nos devuelve el patrimonio arquitectónico destruido? Esa casa de Heredia y Girardot tendría que haber estado protegida. Nosotros decimos no al nuevo Código Urbanístico, paren de demoler, juicio político a los barricidas, basta de usar a la Legislatura como escribanía”.


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