COMUNA 1

Vecinos de San Telmo denuncian la falta de control por parte del Gobierno porteño

Música a todo volumen, alcohol y situaciones de violencia, sufren a diario vecinos y vecinas que viven en esta histórica zona. Denuncian falta de control y ausencia por parte del Estado.


En los últimos meses, en el barrio de San Telmo, cuando comienza la tarde, las cervecerías y locales gastronómicos se apoderan de las calles angostas. Los vecinos y vecinas ven diariamente imposibilitado el acceso al barrio y el ingreso a sus viviendas. Si bien la emergencia sanitaria modificó muchas costumbres y, la vida al aire libre se ha vuelto esencial por razones sanitarias, recreativas y económicas; el espacio público se ha transformado en un bien de pocos en el casco histórico porteño.
 
La decisión del Gobierno de la Ciudad parece ser controlar lo menos posible y que cada comercio saque el mayor provecho del espacio común. Pero esta decisión altera la vida de miles de habitantes del barrio. “Muchos vecinos se están yendo a vivir a otros lugares, es muy triste, va a quedar un casco histórico de pura cáscara; sin habitantes no hay barrio”, afirma a Tiempo Argentino Carolina, que vive sobre la calle Defensa. “No se puede caminar, el alto volumen de la música, todo esto afecta a la convivencia”, agrega Carolina. Las multitudes que se concentran sobre las calles de San Telmo, sumado a la contaminación sonora, son factores que, al parecer, las autoridades porteñas no quieren solucionar.
 
Claudio vive sobre la calle Bolívar, trabaja todo el día y cuando llega a su casa se hace insoportable su descanso. “La desescalada restricciones de los bares que antes tenían un aforo limitado por motivos sanitarios, hizo que sumaran una cantidad de mesas en las veredas muy importante, pero no existe ningún tipo de restricción del uso del espacio público”, alerta y sostiene, “nadie se opone a que trabajen los bares y cervecerías, pero esa forma de instalar mesas de formas indiscriminadas, la gente consume bebidas alcohólicas todo el tiempo en las veredas y en las puertas de las casas, y a partir de allí comienzan a llegar gente por todos lados como si fuera una autoconvocatoria sobre la zona del mercado, hay recitales espontáneos, desde las 16 hasta las 2 o 3 de la mañana”, cuenta Claudio a Tiempo Argentino.
 
Por esta razón, las y los habitantes del barrio se nuclearon en “Vecinos y Vecinas Autoconvocados de San Telmo”, para denunciar estos hechos, ante la falta de respuestas del Gobierno de la Ciudad. “Hay jornadas que llegan a haber 300 o 400 personas bailando en las calles, es un verdadero boliche a cielo abierto. Esta situación nos obligó a organizarnos con el único objetivo de pedir que el Gobierno porteño regule el uso del espacio público al aire libre”, cuenta a Tiempo Argentino Lautaro que vive sobre la calle Estados Unidos.
 
Los vecinos, además, idearon diferentes alternativas para que la convivencia en el barrio vuelva a ser como antes. “Nos juntamos con ganas de pensar creativa y críticamente el lugar donde vivimos y trabajamos, y por eso nos organizamos también con un grupo de comerciantes de la zona para elaborar unas pautas de convivencia que se llama ‘San Telmo Amable’ que creemos que es una campaña bastante innovadora de concientización, dirigida a los locales y a los visitantes”, señala a Tiempo Emma, un joven que vive sobre la calle Estados Unidos, una de las más conflictivas que se ve desbordada de personas a cualquier hora del día.
 
En las calles de San Telmo se pueden encontrar afiches pegados con consignas como “Ayudanos a vivir en un barrio amable para todxs. Sin parlantes, amplificadores, ni gritos”. Esta propuesta emergió “de comerciantes y habitantes de la zona del Mercado nos reunimos para construir juntos un barrio de convivencia que atienda las particularidades de la zona para regular su uso”, cuenta Lola, una vecina de la calle Bolívar. “Como dice una de nuestras consignas: ‘El negocio de algunos es el conflicto’, hace unos días que nosotros y nosotras sufrimos dos agresiones, arrojaron un petardo bomba en la puerta de la casa de uno de los vecinos y nos arrancaron un pasacalles donde invitábamos a disfrutar del barrio con respeto. Lo único que planteamos es que queremos escucharnos y no gritarnos y agredirnos”, termina Lola.
 
Quienes deseen sumarse a la campaña de concientización, pueden entrar a la cuenta de Instagram creada por los vecinos @santelmo.amable


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