MEMORIA

Tras 16 años, quieren expropiar el predio de Cromañon para conservar la “memoria histórica”

Este lunes, la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura porteña se reunirá con el Movimiento Cromañón, para exponer un proyecto impulsado por las familias de las víctimas.

Durante años, el Movimiento Cromañon lucha para mantener vivía la memoria de los 194 jóvenes fallecidos en la tragedias de Cromagñón. Este lunes, serán recibidos en la Comisión de Derechos Humanos –a cargo de la diputada Victoria Montenegro (FdT)- con intención de debatir un proyecto de ley que busca expropiar el inmueble con la intención de preservar la memoria en ese espacio.

El encuentro que será las 13, es con una de las integrantes del Movimiento Cromañón, Silvia Bignami, quien presentará el proyecto para expropiar el predio de “República de Cromañón”, ubicado en Bartolomé Mitre 3060 entre Ecuador y Jean Jaures. Según consignó Parlametario, la iniciativa prevé que la edificación existente en el inmueble expropiado “deberá resguardar los elementos testimoniales que hacen a su valor histórico-cultural y configuran la memoria histórica colectiva de la Ciudad” y también exige que el “Santuario” que se creó en las inmediaciones del inmueble, el cual también deberá ser protegido por el Estado.

Uno de sus argumentos es que “corresponde al Estado la concreción de la expropiación así como la determinación de la partida presupuestaria para su restauración y mantenimiento; la administración del lugar estará a cargo de familiares y sobrevivientes de Cromañón con independencia del Estado”.

En ese sentido, piden que se garantice “una consulta amplia e informada a los familiares y sobrevivientes de la masacre de Cromañón, que permita respetar las diversidades presentes en dicho movimiento”.

Además, los familiares sentenciaron que “la creación de un espacio integral para la memoria, significaría para sobrevivientes y familiares, una instancia reparatoria; pero a la vez afecta al conjunto del pueblo de la Ciudad y el país, toda vez que Cromañón marcó un antes y un después en la historia de la corrupción política y administrativa durante el período democrático. Se trata de un espacio para que las futuras generaciones puedan recordar lo que nunca más debería ocurrir”.

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