TRANSPORTE

La terminal de Retiro está terminada pero no reabre por un conflicto

La obra de la Terminal de Ómnibus de Retiro ya está terminada, pero no reabre por un conflicto entre Nación y Ciudad. La refacción llevó nueve meses.


Tras nueve meses de espera, ya está terminada la obra en la Terminal de Ómnibus de Retiro. Tiene mayor accesibilidad, orden e higiene. Ya estaría en condiciones de volver a operar, mientras sigue en espera el cambio de concesión. Pero un conflicto entre Nación y Ciudad demora la reapertura. Mientras tanto, los micros siguen partiendo desde la terminal Dellepiane.
 
Desde el Ministerio de Transporte de la Nación explican que están “a la espera de que el Gobierno de la Ciudad traslade los servicios de Dellepiane a Retiro. Las modernas instalaciones de la terminal de Flores, inaugurada en 2017 pero que casi no operaba, fueron desempolvadas en noviembre pasado mientras Retiro entraba en obra.
 
Pero desde el Gobierno de la Ciudad sostienen que “el Gobierno porteño no tiene la facultad para decidir la apertura o cierre de la Terminal de Ómnibus de Retiro”, y que va a “acompañar la definición que tome el Gobierno nacional, explicó a Clarín un vocero de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas porteña.
 
“En caso de que se determine la apertura de la Terminal de Retiro, ya se realizaron las visitas operativas necesarias para el traslado de los arribos y salidas de micros que hoy operan en la de Dellepiane, indica el vocero.
 
Desde esa Secretaría también informan que el Ministerio de Transporte de la Nación envió una nota para conocer la situación epidemiológica de la Villa 31 en particular y de la Ciudad en general: “Esa nota fue respondida el 17 de marzo por la Secretaría con información provista por el Ministerio de Salud porteño”.
 
Ese informe es importante porque fue el pico de contagios en la Villa 31 el que llevó a que las operaciones se trasladaran de Retiro a Dellepiane en mayo del año pasado, tras un pedido de la concesionaria Teba S.A. En ese momento, los únicos micros que partían eran para quienes se habían quedado varados en la Ciudad.
 
A este conflicto se suman las demoras propias de la obra, que iba a durar cinco meses y finalmente llevó nueve. Un retraso que preocupó a empresarios y pasajeros: pese a las restricciones a la actividad, la necesidad de reabrir Retiro sigue vigente.
 
Es que esa terminal es clave para el transporte de larga distancia: antes de la pandemia, la mitad de los pasajeros ingresaban o partían desde Retiro, según datos de la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi). Y, aunque la actividad sea escasa, hoy lunes los viajes en micro volverán a estar habilitados para todo pasajero, sea esencial o no. Es por eso que las empresas del sector lanzaron una campaña para pedir que reabra la terminal. Desde hace un mes, difunden en redes y sitios web la consigna #AperturaRetiroYa.
 
Al mismo tiempo, la Celadi informa que envió notas y pedidos de información al Gobierno nacional para que le explicara por qué las obras estaban demoradas, así como consultas al de la Ciudad.
 
“Necesitamos urgentemente la reapertura de Retiro. No es fácil el acceso a Dellepiane: es inseguro y no hay subte ni trenes cerca. A mucha gente le sale más caro el taxi hasta ahí que el propio viaje”, sostiene Gustavo Gaona, vocero de la Celadi. La reciente reapertura del parador Liniers alivia esta situación, pero sólo en parte.
 
Los trabajos en Retiro arrancaron en agosto e incluyeron refacción, pintura y limpieza en baños, andenes y salas de espera. El cronograma contempló además el pulido de pisos, la reparación o el reemplazo de las escaleras mecánicas y ascensores, y el refuerzo de la iluminación y del sistema de luces de emergencia.
 
El plan abarcó incluso el reacondicionamiento del sistema contra incendios y la refacción de sanitarios y vestuarios para el personal que están ubicados en el Nivel 0. Las obras estuvieron a cargo de Teba S.A., ligada al empresario Néstor Otero y a cargo de la concesión desde 1993, con una nueva prórroga otorgada en junio del año pasado. Esas mejoras son parte del plan de contingencia que se exigió como condición para dicha extensión, hasta que se encuentre un nuevo adjudicatario en una próxima licitación.


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