La terminal de ómnibus de Retiro continúa en un abandono total

En el sector internacional de la terminal de ómnibus de Retiro, los tres escáneres que deberían utilizarse para controlar el equipaje de los pasajeros solo juntan papeles, botellas y bolsas de comida vacías. Los cables cuelgan de las cintas transportadoras detenidas y los monitores de computadora, están apagados y con mugre.
 
Por Retiro circulan al menos 50.000 personas por día, parece detenido en el tiempo y hay sectores totalmente abandonados. Esta situación se hace más evidente en plena temporada de verano, cuando crece la demanda y más usuarios utilizan la terminal, informa La Nación.
 
El ex ministro de Transporte de la Nación Guillermo Dietrich, llamó en dos oportunidades a licitación para terminar con la concesión que desde hace 27 años está en poder de la empresa Terminales Terrestres Argentina (TEBA SA), de Néstor Otero, con contratos vencidos y prórrogas otorgadas desde 2006 en adelante.
 
Las nuevas autoridades de Transporte manejan, por estos días, dos alternativas probables para cambiarle definitivamente la cara a la terminal. A pesar de que hay una licitación en marcha, con dos oferentes que presentaron toda la documentación y hasta renders de sus proyectos, la opción más viable es lanzar una nueva licitación y dar por finalizados todos los procesos iniciados en la gestión anterior. Otra posibilidad es que el ministerio conducido por Mario Meoni intervenga las instalaciones para terminar con las renovaciones automáticas. Durante los próximos 60 días se podría conocer la decisión oficial final.
 
Mientras tanto, hay baños, puertas y escaleras mecánicas clausuradas. Ninguna de las dos cintas transportadoras instaladas en la rampa de esa entrada principal funciona. Una está tapada con una estructura de durlock con agujeros por los que se pueden ver suciedad y telarañas.
 
Los renders que mostraron las dos empresas que participaron de los dos procesos licitatorios proyectan una realidad diferente a lo que allí se ve. Fueron presentadas por las firmas TEBA, actual operadora, y un consorcio formado por Neuss Capital SA con empresarios uruguayos. La propuesta de Otero se basa en la mejora de todas las instalaciones y la construcción de un hotel más un centro de convenciones. Neuss y sus socios uruguayos ofrecen generar un paseo comercial y la puesta en valor de toda la infraestructura.
 
La terminal arrastra varias promesas de cambios y de inversión, necesaria para una estructura que tiene un movimiento mensual de 30.000 ómnibus. Otero, el mandamás de Retiro desde 1993, recibió varios favores y poco hizo a cambio, el primero, en 2006 cuando venció el contrato de concesión, el entonces secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime, le otorgó una prórroga de diez años en el contrato de explotación. En 2016 hizo lo mismo Dietrich, pero por menos tiempo y con una licitación casi en marcha.
 
Ese proceso se lanzó en febrero de 2017 y preveía una inversión de al menos 500 millones de pesos. Los pliegos establecían que la propuesta ganadora debía hacerse cargo de la "administración, explotación comercial, reparaciones, ampliación y servicios complementarios de la Estación Terminal de Ómnibus de Retiro (ETOR)".
 
Por vicios en el procedimiento, el llamado quedó sin efecto en diciembre de 2018 y en mayo del año pasado se lanzó una nueva licitación para cubrir una inversión mayor, cercana a los 1000 millones de pesos. Otero y el Grupo Neuss continuaron con sus propuestas y ahora esperan una definición. "No vamos a tomar en cuenta la licitación anterior. La idea es armar una nueva o encontrar otra solución, porque no puede haber más renovaciones automáticas", explican desde el entorno de Meoni.
 
Unas semanas atrás, los equipos de Transporte empezaron a trabajar para analizar jurídicamente el caso y encontrar una salida rápida. La intervención de Retiro es una de las alternativas en análisis, aunque no es la principal opción.