Otra víctima de femicidio que avisó: “Si me encontrás muerta, ya sabés quién fue"

Tal como pasó en el caso de Úrsula Bahillo, la joven de la localidad bonaerense de Rojas que fue asesinada por su ex pareja policía, otra víctima reciente de femicidio había advertido sobre el peligro que corría. “Si me encontrás muerta, ya sabés quién fue”, le había dicho Sol Acuña Bilbao a su hermana. La joven de 24 años fue encontrada muerta en su casa de Villa del Parque. Aunque su pareja –ambos miembros de la fuerza de seguridad porteña- dijo que se trataba de un suicidio, quedó detenido por sospechas de femicidio. Ayer, el acusado se negó a declarar.

“Si el día de mañana me encontrás muerta, ya sabés quién fue", le dijo Sol a su hermana en relación a su pareja, el también policía porteño Germán Baigorria. El cuerpo de la oficial de la Policía de la Ciudad fue hallado en un inmueble de Terrada 2530, donde también estaba el imputado.

Acuña Bilbao había ingresado en la Policía de la Ciudad hace un año y dos meses y cumplía funciones en la Comisaría Vecinal 12B. El imputado se desempeñaba en Servicios Especiales de Tránsito de la fuerza de seguridad porteña.

La hermana de la víctima, Luz Acuña, contó que "los instructores la veían con moretones y le decían que haga la denuncia pero ella no la quería hacer para no complicarlo con el trabajo". De acuerdo este relato, el personal de la Policía de la Ciudad que detectó esos golpes no actuó al respecto.

Según trascendió, la noche previa al crimen la víctima había salido a cenar con una amiga y regresó a su casa cerca de las 3 de la madrugada, tras lo cual fue agredida por Baigorria. Luego se escuchó un disparo, y tiempo después un segundo tiro. Los peritos hallaron la pistola reglamentaria de Acuña Bilbao, marca Beretta calibre 9 milímetros, al lado de su cuerpo, un disparo en el piso y dos vainas servidas, aseguraron fuentes policiales a la agencia Télam, y agregaron que el cuerpo “presentaba golpes”. Además, hallaron signos de pelea: un vidrio roto en la puerta de la habitación, sillas tiradas, un espejo rajado, un teléfono celular partido en dos y otro con la pantalla astillada.

La causa está a cargo de la jueza en lo criminal y correccional porteña Yamile Bernan.