CRISIS

Dos clásicas pizzerías porteñas están en riesgo de cierre por la pandemia

Son La Americana y Los Inmortales, no logran recuperar ventas y no descartan tener que cerrar o mudar algunas sucursales si no reciben ayuda. En el sector le temen a un segundo rebrote del virus.


Los turistas no están, tampoco los trabajadores de las oficinas del centro y de la zona de Tribunales. Los teatros están abiertos pero, por razones de protocolo y también por la crisis económica que impide a muchas familias pagar una entrada, el público que los visita es poco. Así, sin el caudal de clientes que había en forma previa a la pandemia, después de varios meses de permanecer cerradas y tras una vuelta con días consecutivos de pérdida, las pizzerías clásicas de la Ciudad de Buenos Aires están en peligro, informa Clarín.
 
La Americana y Los Inmortales son las más debilitadas. La primera, con tres sedes (una en Corrientes y Uruguay, otra en Rivadavia y Jujuy y otra en Callao 83), atraviesa un proceso de reestructuración y evalúa el posible cierre de una de sus sucursales. Mientras que la segunda, con dos locales (en Lavalle 746 y en Corrientes 1369), ya no tiene margen para sobrevivir y analiza bajar las persianas en marzo, en caso de no recibir el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo (ATP), anulado en diciembre.
 
Los Inmortales abrió en 1952 en la avenida Corrientes y enseguida se convirtió en un referente, gracias a la receta de la pizza a la piedra que Doña Rosa di Ciancia había traído de Castronovo, al sur de Italia. Después fue sede de intelectuales, músicos, bohemios y actores. Y más cerca en el tiempo se convirtió en el lugar donde ir a comer junto a Gardel, por el cuadro del cantor ubicado en el centro y al fondo del local, que recibe a quienes entran. Hoy no hay casi clientes y son 19 empleados los que trabajan en el lugar.
 
En los días de mayor trabajo se llega a una caja de $ 30.000, un monto entre cuatro y cinco veces más bajo que un año atrás en la sede de Lavalle. En tanto que, sobre Corrientes, se pasó de un total de 70 cubiertos diarios a 25, en una jornada productiva.
 
En La Americana la situación es parecida. Ahí también se repite el adjetivo "crítico". "Estamos mal, muy mal, como todo el sector pero entre los dueños y los empleados evaluamos la manera de salir. Tiramos todos para el mismo lado", dijo a Clarín Alejandro González, socio gerente de La Americana, pizzería nacida en 1935.
 
Entre los tres locales son 150 empleados. "En toda la pandemia no echamos a nadie y ahora no analizamos hacerlo. Estamos complicados pero no hablamos de cerrar la empresa. Mudarnos sería una opción. El local de Corrientes (en su cruce con la calle Uruguay) es el más perjudicado", explica. Y sigue: "No descartamos cerrar a futuro. En estos momentos es imposible pagar el 100% del alquiler con un 20% de lo que vendíamos hace un año".
 
En la Ciudad de Buenos Aires hay 1.200 pizzerías. Durante la primera etapa del aislamiento, según datos de la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas (APPYCE), un 15% del total dejó de funcionar. "Ahora estamos hablando de un segundo rebrote de cierres. Tanto las pizzerías emblemáticas con una estructura de 40 a 50 personas, como las más chicas, no se están pudiendo sostener. No hay facturación: el dinero no entra porque no hay gente consumiendo", dijo a Clarín Lorena Fernández, al frente de la comisión directiva de APPYCE.
 
Las pizzerías que hoy están bajo una mayor vulnerabilidad son las ubicadas en Tribunales, Retiro, Microcentro, avenida Corrientes y Avenida De Mayo, y que antes de la pandemia no estaban habituadas a hacer delivery porque su mayor demanda ocurría dentro de los salones. "Hicieron un enorme esfuerzo e inversión por adaptarse, incorporaron aplicaciones de delivery con sus comisiones altísimas y pudieron subsistir con el ATP, pero ahora ya no pueden seguir. Desde la Asociación estamos muy preocupados", agregó Fernández.
 
Frente a tal crisis, el sector está en comunicación con el Gobierno porteño, al que le solicita la continuidad de la exención del pago de Ingresos Brutos y ABL, que vence en febrero. Y a nivel nacional, piden por la vuelta del ATP.


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