EMERGENCIA SANITARIA

La curva de contagios avanza más rápido en las villas y denuncian inacción estatal

Con más de 500 infectados de coronavirus en barrios vulnerables porteños, la expansión de la enfermedad es mucho más vertiginosa en estos ámbitos que en el resto del país. Advierten que el Estado llegó tarde y no garantiza el resguardo en el entorno de los enfermos.

Foto: La Poderosa.


Los números lo reflejaron en la Ciudad: en cuanto el Ejecutivo local comenzó a admitir la gravedad de la situación en las villas y a reforzar los testeos allí, quedó claro que los contagios de coronavirus en los barrios vulnerables porteños están creciendo de forma exponencial. Primero fue la explosión en la Villa 31, afectada también por la falta de agua. Luego, las muertes confirmadas en la 1-11-14. Se suman datos preocupantes en Zavaleta y la 21-24 de Barracas.

Mientras la curva de contagios mantiene un crecimiento estable a nivel nacional, en las últimas dos semanas se dio un crecimiento exponencial de casos en zonas donde hay hacinamiento, el nivel de higiene es bajo –porque el Estado no garantiza los servicios ni el acceso al agua en plena campaña sobre la importancia del lavado de manos- y donde la cuarentena es más difícil de respetarse por las acuciantes necesidades económicas. Esta ola de contagios avanza a un ritmo mucho más acelerado que la primera.



Pasaron solo 16 días desde el primer caso registrado en barrios populares de la ciudad hasta que la cifra llegó a 365, el jueves pasado. Y ya superó los 500. "Cuando se confirma un caso se lo aísla y se informa a los contactos estrechos las medidas que tienen que tomar. Quedan aislados en su domicilio y se hace seguimiento diario", explicaron al diario La Nación desde la cartera que conduce Fernán Quirós, ministro de Salud local.

Organizaciones sociales como La Poderosa, con anclaje territorial en las villas, vienen advirtiendo sobre los riesgos que corren los barrios vulnerables. Antes que explotara el número de contagios, señalaban la falta de resguardo de adultos mayores. Y cuando empezaron a confirmarse los casos alertaron sobre las pocas medidas dadas para el aislamiento de contactos estrechos. De hecho, la primera víctima fatal en la Villa 31 fue la mamá de la primera contagiada, en una casa donde 13 personas compartían un baño.

Pese a la gravedad de la situación, los funcionarios del Ejecutivo porteño evitaron dar detalles sobre cuáles son los protocolos sanitarios que se aplican en villas y asentamientos. "El protocolo es igual en la Ciudad de Buenos Aires. Caso que se detecta que es positivo es aislado, o en hoteles o en hospital. Igual que en todo el distrito”, dijo el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, en diálogo con Página 12 tras la conferencia brindada el sábado, donde sólo hubo una mínima alusión a las villas.

En los últimos días, vecinos de las villas porteñas denunciaron que los operativos sanitarios no llegaron a tiempo. "Preocupa también la Villa 21-24 de Barracas, donde el 70% del agua llega contaminada y hoy tenemos varios casos sospechosos esperando confirmación", reclamó una publicación de la organización La Garganta Poderosa.

Además, en las últimas horas trascendió otra alarma vinculada a la falta de resguardo en torno a los casos positivos. El Gobierno de la Ciudad emitió un nuevo protocolo que –como consignó Clarín- permite a los pacientes leves que se asisten en hoteles se retiren del lugar al séptimo día de su ingreso para que completen el aislamiento en sus casas, siempre y cuando no hayan tenido fiebre en las últimas 48 horas. La medida no fue bien recibida por miembros de la comunidad médica local, preocupados por el riesgo que implica si llegara a incluir a vecinos de barrios vulnerables, en peores condiciones para cumplir la cuarentena.


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