OPINIÓN

El año pasa, Metrovías queda

El gobierno de Larreta le metió una nueva prórroga a la ya eterna concesión a Metrovías mientras resuelve quién ganará la licitación. Hay buenas posibilidades de que sea… Metrovías.

Werner Pertot


No importa que la concesión se haya terminado en 2013. Y que estén a cargo del subte desde 1994 con visibles falencias en la operación, entre las cuales están las sospechas de sobreprecios en la entrega de subsidios, el escándalo del amianto en los vagones, y la lista sigue. Pasan los años, pero hay una empresa que siempre continúa a cargo del subte: Metrovías siempre está. El 31 de diciembre pasado vencía la prórroga de la prórroga de la prórroga con la que la gestión PRO había extendido nada menos que seis años el contrato de Metrovías. En el medio, se suponía, iba a concluir la licitación para un nuevo operador (o el mismo, si gana la empresa del Grupo Roggio). Pero la licitación sigue sin concluir y ahora Metrovías tiene carta blanca para seguir operando hasta que se termine ese trámite. No hay fecha clara para que esto ocurra, así que nos preparamos para otro año con Metrovías, esta vez, sin que la extensión del contrato haya pasado por la Legislatura. ¿Instituciones? A donde vamos no necesitamos instituciones.

Ya lo dije por acá, hace tantos años que el subte –propiedad del Estado porteño- está en manos de Metrovías que la mayoría de sus usuarios lo ven como un servicio privado, aunque no lo es. De hecho, para extender una y otra vez el contrato con esta empresa, el PRO debió desoír el planteo de la oposición de que el servicio volviera a manos del Estado. Ni Mauricio Macri ni Horacio Rodríguez Larreta quieren saber nada con eso. En su lugar, lanzaron una licitación por otros 12 años con posibilidad de tres más. Si consideramos que el contrato de Metrovías –firmado en épocas de menemismo profundo- era por 20 años y ya va por los 26, no habría que creerse que este nuevo contrato durará realmente 15 años. 

Por lo pronto, la licitación sigue sin concluir y la administración de Larreta, en lugar de volver a la Legislatura y enfrentar el papelón de una nueva prórroga de la concesión, optó por disponerlo de facto: con un dictamen del directorio de SBASE –la empresa estatal que responde a Larreta- avanzaron en dejarle la concesión a Metrovías “hasta que haya un nuevo contrato firmado”. ¿Cuándo será eso? Quién lo sabe. En SBASE, por lo pronto, no.

Tanto en 2017 como en 2018 hubo prórrogas al servicio de Metrovías, pero en esos casos pasaron por la Legislatura. Ya ni eso hacen. ¿En qué está la licitación? Hasta ahora se abrió solamente el sobre que contiene las propuestas técnicas. En ese aspecto –que no es el determinante, dado que falta la propuesta económica- el consorcio que integra el Grupo Eurnekian junto con la multinacional Keolis, originaria de Francia, y Transport for London aventajó por algunos pocos puntos a Metrovías. No obstante, la empresa del Grupo Roggio tenía pensado apelar el resultado antes de que pasen los cinco días hábiles, después de los que se abriría el segundo sobre con lo que plantearon para la concesión cada uno de los posibles operarios. Todo el proceso tardará no menos de seis meses, aunque quién te dice que no dura todo 2020. En otro momento, esto hubiera sido escandaloso, pero hace tiempo que las acciones que emprende el PRO en la Ciudad parecen haberse naturalizado. Incluso aquellas que van en contra del discurso de la supuesta eficiencia y eficacia de los CEOs y del cuidado de los dineros públicos que siguen declamando en sus discursos.

Así que a esperar y a seguir pagando. Total, Metrovías no tiene apuro. Sigue cobrando generosos subsidios del Gobierno porteño, que nunca mermaron pese a los aumentos de tarifas que tuvieron los usuarios desde la llegada del PRO. El cálculo de las tarifas siempre fue cuestionado por la Auditoría General de la Ciudad, que planteó en distintos informes que está inflado. Es curioso que Larreta haya decidido congelar por el momento la tarifa del subte, luego de subas que alcanzaron las cuatro cifras en porcentajes. En el medio, también hubo denuncias por incluir en los costos a los usuarios viajes para gerentes de Metrovías y periodistas amigos.

Pero Metrovías parece ser de amianto ante esas denuncias y críticas. Y ya que hablamos de ese mineral cancerígeno, el Gobierno porteño sigue siendo un aliado en ignorar los cuestionamientos de las trabajadoras y trabajadores del subte al peligro al que los siguen exponiendo con los trenes que compraron al Metro de Madrid y a los que Macri salvó del destino de chatarra para que terminaran en desuso acá unos años más tarde. Una investigación de la CNN en Español reveló que sabían que estaban comprando trenes con asbesto. El argumento de que no leyeron los manuales no terminó con la renuncia de ningún alto gerente de SBASE, como ocurriría en un país o en una Ciudad seria.

Si a alguna o alguno de los que viaja en el subte apretados como sardinas todo esto le parece propio de una novela de Soriano, es porque lo es: una empresa con prórrogas eternas que presta un servicio bastante pobre con tarifas europeas, un Estado bobo que sigue poniendo millones encima de esa escena y un cambio de concesión que se demora eternamente. Todos componentes que seguiremos viendo en este 2020 que recién empieza.

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