OPINIÓN

Sí se inunda más

En una misma semana, se inundó el Paseo del Bajo y una escuela recién construida en la villa 31 tuvo un derrumbe de su techo. La primera es la obra emblemática de la Ciudad y también la que está siendo investigada por presunta corrupción.

Werner Pertot
El Paseo del Bajo, bajo el agua


A veces, los problemas en la gestión se notan. El “no se inunda más” de Mauricio Macri intentó instalar la idea de que, pese a los problemas económicos que arrastran –y por los que siempre culpan a otros-, son un Gobierno de obras, de cloacas, de fierros. Esa noción quizás no sea tan cierta. El que hace alarde de lo que hizo también es el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Sus spots son una enumeración de inauguraciones. Menos publicitable es que en el temporal de la semana pasada una escuela de la villa 31 sufrió el derrumbe de un techo. Había sido inaugurada en junio. Los vecinos contaron que sufren siempre inundaciones. Menos costoso socialmente, pero más simbólico, es que en el mismo día se inundó el Paseo del Bajo. Además del agua, sobre esa obra corre una causa judicial por presunta corrupción para beneficiar a una empresa vinculada a Macri.

Larreta sigue en campaña para evitar el ballotage y anduvo de recorridas por redacciones de distintos diarios. Algunos de esos medios quizás estuvieron demasiado ocupados recibiendo al jefe de Gobierno como para contar que en un aula de una primaria del Polo Educativo Mugica, a donde asisten niños y niñas de la Villa 31, se cayó un techo. En la tormenta del martes pasado, el aula de primer grado, que está en el primer piso, sufrió la caída de los paneles de un techo (los que quedaron, los tuvieron que retirar por cuestiones de seguridad). “Por suerte vinieron pocos chicos a la escuela. Cuando llueve, el barrio se inunda y muchos no vienen a clase”, dijo Verónica Topalián, maestra de la escuela, al diario PáginaI12. Notorio: techos que se caen e inundaciones, de esas que Macri prometía que no ocurrían más. También contaron que el agua entra por los ventanales de vidrio y por las paredes a la escuela, por lo que se inunda el aula de música y el SUM (único espacio con techo para hacer gimnasia para los niños y niñas cuando llueve). Tampoco es la primera vez que se cae el techo de un aula. De hecho, la escuela sigue en obra, pese a que la “inauguraron”.

¿Y cuándo fue inaugurada esa escuela? El 12 de junio de este año. En su momento, Larreta y la ministra de Educación, Soledad Acuña, prometieron que sería la escuela con más vacantes de la Ciudad. No dijeron nada de las inundaciones y los techos que se caen. “A sus hijos no les construiría una escuela así”, dijo Paulina Vera, maestra de plástica de la escuela. Después se preguntan por qué en la 31 les votaron en contra masivamente.

Quizás fue menos impactante desde lo social, pero sí más desde lo simbólico que con el temporal se inundó también el Paseo del Bajo. Las imágenes de la capa de agua que inundó los carriles se pudieron ver en varios tuits que se viralizaron. “No se inunda más… hasta que llueve”, escribió la gente mala que tuitea. ¿No es un tanto irónico que la promesa de campaña, vinculada a las obras y al hacer que tanto le gusta mostrar a Macri, terminó viéndose incumplida antes incluso de que termine la campaña? ¿Y encima en la obra emblema del Gobierno porteño y del nacional (por algo, tuvieron publicidad conjunta)? ¿Qué falta? ¿Qué Durán Barba salga a decir que “no se puede”? (Por cierto, parece que el consultor ecuatoriano está preparando todo para refugiarse bajo el ala de Larreta cuando termine la hecatombe PRO de este año. Algunos siempre caen parados).

Pero el agua es solo una anécdota en Twitter al lado de la causa judicial en la que están imputados Larreta, el ministro de Transporte nacional, Guillermo Dietrich, entre otros, por cómo se resolvió la licitación del Paseo del Bajo. Como contamos acá, el corredor vial fue licitado en tres partes. Hubo un cambio de último momento en la forma de licitar, que nunca fue explicado, y que terminó beneficiando a IECSA, la empresa del primo del presidente, Angelo Calcaterra, que supuestamente le vendió al amigo presidencial Marcelo Mindlin, aunque en sectores del Poder Judicial se investiga si Calcaterra no creó sociedades pantalla para seguir controlándola. La maniobra –que implicó una modificación del orden en el que se licitaban que posibilitó a IECSA a quedarse con el tramo más caro- fue encontrada por la Auditoría General de la Ciudad y su presidenta, Cecilia Segura.  Fue ella quien presentó la denuncia penal para que se investigue cómo fue que IECSA se quedó con el tramo más importante, que asciende a 3 mil millones de pesos.

La causa cayó en el juzgado de Claudio Bonadío y, al principio, supusieron que la congelaría para siempre. No obstante, el juez sorprendió con una orden de presentación contra AUSA para que entregue información sobre la licitación. Esa causa puede deparar sorpresas en el futuro.

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