COMUNA 1

Curiosidades: la casa más angosta de la Ciudad queda en San Telmo

Le dicen la Casa Mínima, tiene 2,30 metros de ancho y forma parte del complejo histórico El Zanjón de Granados ubicado en el barrio de San Telmo.


Sobre el pequeño pasaje San Lorenzo al 300 se encuentra la casa más angosta de la Ciudad de Buenos Aires, bautizada por los vecinos como la Casa Mínima. Tiene 2,30 metros de ancho y forma parte del complejo histórico El Zanjón de Granados, informa el portal Zonaprop.
 
“La casa más pequeña de Buenos Aires debe ser esta del callejón de San Lorenzo. Más que casa, es una intersección, una fisura que llenaron de ladrillo y cal para que no se vea el azul del cielo”, así describía a la Casa Mínima el poeta Baldomero Fernández Moreno.
 
Una puerta de dos hojas verde, un farol clásico, una pequeña ventana con cortinas tejidas a crochet y un balconcito francés forman parte de la fachada blanca semi revestida de ladrillo. La casa aún conserva los materiales originales del siglo XVIII: paredes de barro cocido y bosta, restos de antiguo revoque, vigas y puertas de madera.
 
Construida a principio del 1800, la pequeña residencia solía formar parte de una estructura más grande. Este hecho fue descubierto por José María Peña, arquitecto y director del Museo de la Ciudad, que encontró un catastro de esa época en el que se muestra que el terreno donde actualmente está la casa mínima era parte de una propiedad que tenía 16 metros de frente con 17 de fondo. En tiempos coloniales existieron este tipo de propiedades ínfimas que construían los esclavos libertos en pequeñas porciones de tierra que les cedían sus antiguos amos.
 
Después de diversas investigaciones, como las del arquitecto José María Peña y Daniel Schávelzon, director del Centro de Arqueología Urbana, se comprobó que el mito de que la Casa Mínima era la casa de un esclavo liberto era falso y que era parte de una casa mayor que sobrevivió a los embates del tiempo.
 
Jorge Eckstein ya tenía experiencia en restauraciones cuando decidió comprar la Casa Mínima. Este químico de raíces húngaras y vecino de San Telmo había logrado una restauración exitosa del complejo histórico Zanjón de Granados, una propiedad que se encuentra a metros de la Casa Mínima sobre la calle Defensa. Aunque la idea original era utilizarlo con fines comerciales, cuando Eckstein descubrió esta joya arqueológica decidió devolverle su esencia y su historia. La misma intención tuvo al adquirir la Casa Mínima en 1994. El objetivo era conciliar los diferentes estilos arquitectónicos y materiales que devinieron con el paso del tiempo.
 
Como quería conocer el origen de la construcción, buscó en los catastros más antiguos. Encontró asentado en el plano del primer reparto de lotes realizado por Juan de Garay en 1580 que el terreno había pertenecido a Antón de Porras.Jorge certifica la presencia de Porras yendo al Archivo de Indias en Sevilla. Allí se encuentra el archivo más grande de documentos y planos”, cuenta a Zonaprop el guía y museólogo Enrique Salmoiraghi.
 
Durante la época colonial, San Telmo era un barrio formado por familias de alta alcurnia. La gran casona de la que formaba parte la Casa Mínima, situada entre Defensa y el pasaje San Lorenzo, había pertenecido a familias como los Lezica, los Peña y los Serrano, entre otras. Actualmente, los apellidos que pasaron por la casa se encuentran grabados en una placa de mármol en el suelo del lugar.
 
Luego de grandes oleadas de inmigración y graves epidemias, la clase pudiente se mudó a zonas altas de la Ciudad. San Telmo se pobló mayormente de inmigrantes, criollos y esclavos libertos. Muchas de las grandes casas de familias apoderadas se convirtieron en conventillos y lo mismo sucedió con la estructura a la que pertenecía la Casa Mínima.
 
La casona de la que la Casa Mínima quedó como residuo arquitectónico tenía su entrada principal por la calle Defensa. En ella se observan leyendas sobre pantallas y carteles que relatan su historia. A través de los años, la Casa Mínima pasó por todo tipo de dueños. Antes que la adquiriera Eckstein estuvo alquilada por el artista plástico Silvio Bassi.
 
En el patio nace una escalera de madera apoyada en la medianera este que lleva a la única habitación de esta pequeña casa. Es larga y angosta. Se compone de vigas de madera en el techo, revoques originales de barro y bosta y listones de madera en el suelo. “Lo  más interesante de esta puerta es que su pintura original, parcialmente oculta bajo dos tonos de verde, es de color rojo punzó. El descubrimiento de este tipo de pintura aplicada directamente sobre el sustrato de madera, indicaría que la habitación en altos fue edificada antes o durante el gobierno  de Juan Manuel de Rosas”, revela a Zonaprop López Coda respecto de la puerta de entrada. 
 
La única entrada de luz de la habitación proviene de una puerta ventana vidriada de dos hojas con un dintel arqueado. A través de ella es inevitable observar el empedrado del pasaje San Lorenzo y pensar en la cantidad de acontecimientos que se pueden haber visto desde este punto: revoluciones, fiestas, candombes y en la actualidad grupos de turistas que se acercan a conocer la historia de la Casa Mínima.
 
La Casa Mínima se puede visitar los viernes a las 15 horas  y los domingos de 11 a 17 horas, con recorrido guiados. La entrada cuesta $ 250 para residentes y $ 300 para extranjeros. Se sacan en el Zanjón de Granados, Defensa 755.
 


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