OPINIÓN

Campaña de baja intensidad

Los candidatos de la Ciudad vienen quedando tapados por la discusión nacional. No obstante, Larreta apunta a mostrar gestión y a algunos guiños creativos. Sus adversarios por ahora siguen una senda más tradicional, salvo Tombolini.

Werner Pertot


Aunque no se vea, la campaña porteña está allí. El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, viene trabajando en un perfil estrictamente municipal para la mayor parte de sus recorridas y spots, aunque tendrá un final nacionalizado con Mauricio Macri en algunas semanas. El candidato del Frente de Todos, Matías Lammens, viene desarrollando una campaña clásica, con la lógica de sumar a más sectores que solo el kirchnerismo. El candidato de Roberto Lavagna, Matías Tombolini, corre muy de atrás y viene recurriendo a golpes de efecto para tratar de hacerse visible.

Se sabe: a Larreta le hubiera gustado una elección desdoblada, lejos de las presidenciales, donde hubiera asegurado su segundo mandato. Nada de eso ocurrió y deberá jugarse la suerte pegado a la boleta de Macri, quien no está pasando por su mejor momento desde el punto de vista electoral. Así las cosas, la campaña que desarrolló el equipo de Larreta viene siendo altamente municipal, con muchos encuentros con vecinos, con spots diferenciados donde muestran las obras de la Ciudad (y buscan la sentimentalidad, al punto de mostrar adultos mayores emocionados con la construcción de un túnel).

El jefe de Gobierno, no obstante, parece no haberse dormido sobre los laureles y recurrió a algunas maniobras creativas que no se veían desde las primeras campañas del PRO en la Ciudad. Así, hizo un video para redes donde leyó tweets en su contra y comentó memes que lo gastan (todos con un nivel de virulencia bajo). El objetivo fue mostrarlo receptivo a las críticas y desactivar la campaña negativa. El formato es una copia de una sección del presentador estadounidense Jimmy Kimmel, quien hace lo mismo en sus “Mean tweets” (tweets malvados).

"Quiero 500 veredas sanas para inaugurar y 500 veredas sanas para romper, y lo haremos así: inaugurar, romper, inaugurar, romper, romper, inaugurar, inaugurar" escribió el usuario en clave Simpsons y Larreta se rió, quizás de una forma un tanto forzada. "Mirá la cara que me pusieron", dijo Larreta. "Te entro como Larreta a la vereda sana", decía otro tweet. La estrategia también sumó charlas digitales con vecinos a través de Facebook Live y otras herramientas y una campaña paralela diseñada por su mismo equipo, donde aparece –por ejemplo- la cuenta de Twitter Taladro Larreta, que hace bromas y lo asocia a la obra pública.

Larreta reunió para esta elección una cantidad masiva de aliados: en total, se llevó todo lo que tuvo en su momento Martín Lousteau, con Lousteau incluído. Los aliados también están siendo usados en la campaña porteña. Así, Elisa Carrió grabó un spot específico para apoyar al jefe de Gobierno, donde elogia su gestión. "Yo creo que algunos pueden decir que si es de derecha, de izquierda, pero a mí no me preocupa: hizo la revolución", exagera Carrió, quien sacó un porcentaje elevadísimo en las últimas elecciones porteñas. Su respaldo es claramente importante, así como el hecho de que haya podido ubicar a la cabeza de la lista de diputados a Maximiliano Ferraro, un hombre de su máxima confianza.

También Lousteau se mostró apoyando a Larreta, algo impensable hace apenas un año. En una entrevista, intentó usar a los personajes de Star Wars para explicar por qué hace cuatro años enfrentó a Larreta, hace dos volvió a competir con su espacio y hoy recomienda votarlo. Se enredó tanto que terminó diciendo que Luke Skywalker podría ser Pichetto. No sería la única gaffe con los personajes de Star Wars. Se vio circular un video donde se asociaba la obra pública con los Storm Troopers de la saga de George Lucas. El único problema es que son los soldados del Imperio Galáctico, es decir, los villanos. Cosas que pasan…

Lammens, por su parte, está haciendo una campaña más clásica. Apunta a presentarse como un progresista no asociado completamente al kirchnerismo para superar el techo que han tenido sus antecesores como adversarios del macrismo en la Ciudad. También se dedica a generar diversos encuentros donde lo central es la horizontalidad y la conversación con trabajadores de la educación, de la salud, de fábricas y otros sectores golpeados por las políticas económicas del PRO. Además de buenos modales, Lammens incorporó en su campaña proyectos que le va a costar discutir al republicanismo, como la idea de una Oficina Anticorrupción de la Ciudad. A eso se le suma el enfoque feminista que le están dando a la campaña Ofelia Fernández o Dora Barrancos. Pino Solanas y Victoria Donda, cada uno sumó su agenda de temas (medio ambiente, alquileres, financiamiento de la ciencia). El candidato a senador Mariano Recalde, lógicamente, convoca al público más kirchnerista.

En un contexto muy polarizado, Tombolini vive en la Ciudad lo que le está pasando a Lavagna a nivel nacional: se le está estrechando el espacio para poder colarse en la discusión. Como hizo en otras campañas, está recurriendo a acciones de campaña que generen algún impacto y comentario en redes para ganar visibilidad. Por ejemplo, fue a Plaza de Mayo con unos actores disfrazados de los personajes de La casa de Papel y discutió con ellos. Solo que en vez de llamarse Tokio, Nairobi, Río o Denver eran Inflación, Impuestos, Desempleo y Tarifas. El Profesor, en este caso, se llamaba la Vieja Política. Habrá que ver si algo de eso le resulta.

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