VIOLENCIA INSTITUCIONAL

Preocupación y pedidos de informes sobre el accionar policial contra niños en la Ciudad

La detención de un nene de 10 años y el asesinato de un adolescente de 16 por un policía fuera de servicio potenciaron la alarma por la creciente violencia policial contra chicos y jóvenes pobres porteños.



por Luciana Rosende

Un nene de 10 años detenido por robar una tarjeta Sube. Un nene de 13, cacheado y retenido contra una pared por tirar piedras en una plaza. Un mes antes, un nene de tercer grado requisado dentro de la escuela, acusado de haber robado. La sucesión de episodios de violencia policial contra nenes pobres porteños alarma a quienes trabajan por los derechos de los niños, niñas y adolescentes en la Ciudad, y la problemática se inserta mediante pedidos de informes en la Legislatura.

“Quienes laburamos con los derechos de los pibes estamos desesperados. Hoy se supo que un policía mató a un pibe por la espalda en el Bajo Flores. Podemos asegurar que hay un avance de la lógica punitiva, que se expresa no sólo en los casos de gatillo fácil –que es el desencadenante más terrible- sino también en la violencia en las detenciones y en otro tipo de indicadores, que antes no pasaba, que tiene que ver con los modos en que la policía ingresa a las escuelas”, advirtió en diálogo con Nueva Ciudad Florencia Gentile, plenarista por la Legislatura porteña en el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad.

Desde el bloque de Unidad Ciudadana, la legisladora Andrea Conde presentará el próximo miércoles pedidos de informes por los dos últimos casos conocidos de violencia policial contra menores: la detención de un nene por robar una tarjeta Sube y el asesinato por la espalda de un adolescente por parte de un policía fuera de servicio.



El primer caso trascendió a través de las redes sociales: un usuario de Twitter registró el momento de la detención y publicó las fotos, alarmado por la violencia con la que trataban a un nene de 10 años (en un principio se dijo que tenía 12), que presuntamente había levantado del suelo una tarjeta Sube que no era suya. Días después, desde el área de prensa del Ministerio de Seguridad de la Ciudad llegó la versión oficial: que tres chicos de 10, 12 y 15 años habían intentado robarle la cartera a una mujer de 72, logrando sustraerle la tarjeta Sube. “Fue en ese momento que personal de la Comisaría 25, luego de individualizarlos procedió a la detención de los chicos”, decía el comunicado.

“Fue totalmente demencial la detención, tenerlo tirado en el piso con suma violencia. Ha habido otros casos de chicos que terminaron en el hospital por golpiza policial, esto se da a menudo”, afirmó a este medio Gustavo Gallo, defensor público que asiste a menores de 16 años a quienes se imputa la comisión de delitos y que depende de la Defensoría General de la Nación. Y agregó: “Hay bastantes casos con chicos muy chicos. Fundamentalmente de la Policía de la Ciudad, sobre todo en lo que va del año. Ya había empezado a mediados del año pasado, pero se incrementó. Los chicos cuando son detenidos van al CAD (Centro de Administración y Derivación), pero muchas veces la detención en sí misma es muy violenta, con mucho golpe. El protocolo dice que deben actuar con la fuerza mínima necesaria para producir la detención, pero superan ampliamente la fuerza mínima”.

Requisa policial a un chico de 13 años


Las redes sociales también fueron el vehículo para que se difundiera el caso de Brian, de 13 años. La agrupación de murga Los Verdes de Montserrat publicó un video donde se veía al adolescente –morocho y con gorrita-, retenido contra la pared y llorando, mientras un operativo de tres patrulleros, tres motos y gran cantidad de policías de la Ciudad se armaba a su alrededor. Según las distintas versiones de los propios policías, algún vecino había denunciado que el chico robaba, o que estaba tirando piedras en la plaza. Un grupo de integrantes de la murga, que además conocía al nene de un merendero de la zona, intercedió y filmó. Así se evitó que el chico fuera detenido, aunque permaneció contra la pared y rodeado de policías hasta que el padre llegó al lugar. “¿Cuántos menores andan matando en la calle? Armados, matando gente. ¿No ves las noticias?”, le dijo uno de los agentes a la persona que filmaba y cuestionaba el procedimiento.

“Se da una legitimación de estas cosas y una distinta respuesta estatal frente a estas cosas. Aunque antes sucedieran, no es lo mismo felicitar, sacarse una foto con el policía asesino, que iniciar un sumario institucional, que es lo que no sucede ahora. Eso de alguna manera habilita”, señaló Gentile. Y remarcó que los casos de requisas policiales a chicos dentro de las escuelas constituyen “un símbolo del avance de la criminalización y de la lógica punitiva como lógica de la relación del Estado con los pibes”.

COMENTARIOS