OPINIÓN

Del testaferro honesto a la segura culpabilidad

Con la honestidad y el candor que caracteriza al ámbito empresarial, Díaz Gilligan explicó que la plata depositada en la cuenta a su nombre (un millón de USD) no era suya sino de un amigo que tenía problemas con el fisco. No encontramos una mejor definición de “testaferro”.

Sebastián Fernández

Termina otra semana trepidante en la que no tuvimos noticias de la lluvia de inversiones pero tampoco de la Pobreza Cero; es decir, una de cal y otra de arena. Además, según lo que explicó el ineludible ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, en enero el superávit fiscal creció un 10% con respecto al mismo mes del 2017, lo que es una noticia alentadora. Es cierto que, de la misma forma, el déficit financiero total (que incluye el pago de la deuda) se disparó un 366% en igual período, pero como bien sabemos quienes leemos a los analistas serios, todo no se puede. Es el famoso paradigma de la manta corta que estipula- para decirlo en términos de nuestro presidente- que en algunos lugares sobra manta y en otros, falta.

Por otro lado, el gobierno sostuvo que la economía creció "cerca de 2,8%" en 2017. Es prácticamente lo mismo que había crecido en 2015 (2,65%), según la medición del incuestionable INDEC de Todesca, pero en aquel entonces tanto nuestros analistas serios como los opositores, hoy oficialistas, sostenían que eso no era crecimiento". Como explica el economista poco serio Mariano Kestelboim estaríamos frente a un caso de #Léxico químicamente puro.

Hoy se realizará la marcha en contra del ajuste, impulsada por el gremio de Camioneros, ambas CTA, parte de la CGT y varias organizaciones sociales y partidos de la oposición. Según algunos expertos independientes, la obstinación de cierto sindicalismo por exigir un salario atentaría contra la creación de empleo genuino. “El sueldo es el verdadero cepo al empleo, acá trabajo sobra” nos explicó un alto funcionario del ministerio de Trabajo que pidió reserva de su identidad. Elbita, la señora que ayuda a María Julia Oliván en la casa, tuvo un enfoque parecido: “El salario es un anacronismo que atenta contra la iniciativa individual y que debemos dejar atrás si queremos volver al mundo y coso”. Para pensar.

En todo caso esperamos que durante la marcha ningún infiltrado de los servicios sea baleado por la Policía de la Ciudad. Confiamos en que trabajen en equipo, como suele aconsejar el presidente Macri.

Luego de que el diario español El País publicara que el subsecretario de la presidencia Valentín Díaz Gilligan- principal accionista de una firma británica dedicada a negociar pases de futbolistas, controlada por una sociedad panameña- abrió una cuenta en Andorra en 2012, cuando trabajaba para el Gobierno porteño encabezado por Mauricio Macri, el funcionario presentó su “renuncia indeclinable”. Con la honestidad y el candor que caracteriza al ámbito empresarial, Díaz Gilligan explicó que la plata depositada en la cuenta a su nombre (un millón de USD) no era suya sino de su amigo Paco Casal que por tener problemas con el fisco no podía realizar dicha transacción. Buscamos en el diccionario de la Real Academia, en la Enciclopedia Británica e incluso en el Libro Gordo de Petete pero no encontramos una mejor definición de “testaferro”.

Que una suma tan modesta sea la razón de la primera renuncia en el seno de Cambiemos por sospechas de corrupción nos asombró un poco. Como bien lo explicó el periodista Hugo Alconada Mon, Díaz Gilligan ocultó que fue titular de una cuenta offshore que manejó plata de tercero (Paco Casal), incurriendo en una omisión maliciosa, y renunció. Luis Caputo ocultó que fue accionista de un entramado offshore que manejó plata de terceros (no se sabe quiénes son), incurriendo también en una omisión maliciosa pero no renunció. Tal vez las omisiones maliciosas sean como el colesterol: las hay buenas y las hay francamente malas.

En estos días, la Cámara de Casación rechazó el pedido de excarcelación de Carlos Zannini por “inadmisible”, obviando el fastidio de argumentar ese rechazo. La abogada Graciana Peñafort explicó que el fallo es disparatado por varias razones: por un lado, Zannini está preso por un delito excarcelable; por el otro, no existe riesgo procesal ya que los propios jueces reconocieron que no hay riesgo de fuga y el juez Bonadío clausuró la investigación en diciembre del 2017, por lo que difícilmente el ex secretario de CFK podría entorpecerla. La abogada recordó también que ninguno de los acusados del verdadero encubrimiento al atentado a la AMIA (Menem, Anzorregui, el Fino Palacios, el ex juez Galeano…etc) estuvo ni un día preso. Sin contar que Zannini no figuraba en la denuncia de Nisman que dio lugar a la causa colectora de Bonadío: fue un agregado creativo del juez. Igual de creativo que la guerra que según el juez enfrentaría a la Argentina con Irán desde 1994 (que dio lugar a su denuncia por traición a la patria), sin que ninguno de los dos países lo haya percibido ya que continuaron manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales como en tiempos de paz.

Pero debemos reconocer que los argumentos de la doctora Peñafort, aún sólidamente presentados, son tan anacrónicos como la exigencia de un salario. Así como la doctrina Bullrich, perfeccionada por el paradigma Chocobar, reemplazó el debido proceso por el balazo por la espalda, nuestra #JusticiaFabioZerpa, de máxima creatividad, suplantó la inocencia presunta por la segura culpabilidad. Acá el que no entiende es mapuche-iraní.

Todo lo que quieran pero ya no le tenemos miedo al censista.  

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